¿Cuánto aguantaría usted haciendo una vida normal —pagando la vivienda, la comida, los seguros y demás gastos corrientes— si hoy perdiera su principal fuente de ingresos? ¿Cuánto aguantaría sin tener que recurrir a un préstamo, sin vender su casa o sin mudarse a una más barata?
La mayoría de hogares españoles (un 44%) están considerados “financieramente seguros”: aguantarían más de nueve meses con recursos propios. Un porcentaje menor, el 23%, es “vulnerable”: aguantaría entre tres y nueve meses. El resto son “muy vulnerables”: hasta un 33% no podría tirar de ahorros durante más de tres meses. El 9% aguantarían menos de un mes y el 8% menos de una semana.
El dato viene a colación de la pandemia. Los economistas Alfonso Arellano y Noelia Cámara, de BBVA Research, han analizado cómo de preparados están los hogares españoles para la inminente crisis económica, que ya azota con fuerza en los barrios más desfavorecidos del país. Lo hacen a través de la llamada vulnerabilidad financiera, un concepto que mide la capacidad de personas y hogares para afrontar alteraciones económicas con recursos propios.
“La idea es ponernos en un caso extremo: tú tienes un salario y desaparece. Sí, puedes cobrar el ERTE. Pero, ¿qué nivel de seguridad tienes hasta que ese ingreso aparece? ¿Qué ocurre cuando no hay alternativa de ingresos por ningún lado? ¿Tienes algún remanente o recurso alternativo?”, explica Arellano. “Planteamos la vulnerabilidad financiera con una visión clara: cómo te arreglas con tus ahorros y cuánto aguantas en tu situación actual”.
La vulnerabilidad financiera está recogida en la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España. Esta encuesta se hizo en 2016, pasada la anterior crisis, siguiendo los criterios de la OCDE. “Una de las cosas que aprendimos tras la crisis de 2008 era que había que conocer mejor a los consumidores para saber cómo actuar y mejorar su situación financiera”, continúa el economista. “Estas encuestas han demostrado que hay un amplio margen de actuación en conocimiento de conceptos económicos: saber qué es la inflación, los tipos de interés. Es importante que la gente los conozca”.
La Encuesta de Competencias Financieras no solo mide la vulnerabilidad financiera de los hogares. También su grado de conocimiento financiero (inflación, rentabilidad y riesgo, diversificación, etc.) y su actitud ante el ahorro. “El hogar vulnerable está asociado a fuentes de ingresos débiles. Implica un puesto de trabajo inestable, contratos temporales... Pero no es descartable que hogares con grandes ingresos sean vulnerables, si todo lo que ingresan lo gastan”, añade Arellano.
Pese a ello, son las rentas más bajas las que declaran tener ahorros para menos tiempo: el 15% de los hogares que ingresan menos de 14.500 euros anuales no aguantarían una semana, frente al 1% de los que ingresan más de 44.500 euros.
José Ramón Zagalaz, profesor asociado de Economía en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, utilizó los datos de la ECC en su tesis. “Un 38% de los hogares no planifica sus finanzas, lo cual es muy grave desde mi punto de vista. Un 27% no pudo cubrir sus con sus ingresos los gastos de los últimos doce meses”, cuenta. “La fragilidad financiera viene de la disonancia entre la percepción del conocimiento financiero y la realidad: hay quien piensa que tiene conocimientos financieros por encima de la media y luego se ve que no”.
La mayoría de países europeos actualizaron los datos de su encuesta en 2017, así que están en el informe agregado que publicó el Banco Central Europeo en marzo de este año. Los datos de España ahí aún son preliminares. Por eso nuestro país no aparece en un análisis sobre el tema realizado el pasado mes de mayo en VoxEU.org, la publicación del Centro de Investigación en Economía y Política.
El estudio concluye que el 25% de los europeos no aguantarían más de dos meses solo con sus ahorros. Por países, solo Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Austria y Malta están por debajo de ese 25%. Finlandia, Polonia, Portugal, Irlanda, Eslovaquia... están por encima. En Letonia y Hungría se llevan la palma: alrededor del 70% de sus hogares no aguantarían más de dos meses.
El coronavirus polarizará a la sociedad
La vulnerabilidad financiera tiene mucho que ver con lo que uno sea capaz de ahorrar: más ahorros, más colchón y menos vulnerabilidad. En ese sentido, el coronavirus ha cambiado los hábitos de parte de la población, que al verse metida en casa ha reducido su consumo y ha guardado más dinero.
El ahorro bruto en España se disparó ya en el primer trimestre de 2020, pese a que el confinamiento no empezó hasta mediados de marzo. Hay que retroceder hasta el año 2009 para encontrar una cifra tan alta, y aun así no alcanza el dato de este año. En general, los hogares ahorran cuando entienden que la situación económica va a ir a peor. “Cuando uno ve que se acerca la ola, busca alternativa”, señala Arellano. “Si tienes capacidad de reacción, fenomenal: no he ahorrado pero en pocos meses puedo acumular por lo que pueda pasar. Pero hay gente que no tiene esa posibilidad”.
Según una encuesta a nivel europeo realizada en mayo por el banco ING, el 30% de los hogares han ahorrado más debido al coronavirus. En España, la cifra sube al 33%. El problema radica en la brecha para ahorrar entre quienes ya tienen ahorros y quienes no. El 29% de la gente que tenía menos de un mes de sueldo ahorrado no ha podido ahorrar, según los datos del banco, frente al 11% de los que tienen más de un año de sueldo acumulado.
Los economistas creen que la pandemia creará aún más desigualdades. “Polarizará la sociedad. Una de las causas de vulnerabilidad financiera es que tengas un 'shock' de ingresos: que pierdas tu empleo, tengas un problema de salud. Estar en un ERTE te hace más vulnerable. El que ha mantenido su puesto, ha ahorrado”, considera Zagalaz. “Pero las familias que han reducido sus ingresos, o quien haya perdido el empleo y tarde en encontrar uno con el mismo nivel salarial, serán más frágiles”.
“La pandemia ha hecho todo más extremo. Quien ha tenido la suerte de mantener su trabajo y nivel de ingresos, puede retraer el consumo porque la situación es complicada. No es vulnerable. El problema sería la gente que ha perdido ingresos y no puede bajar más el nivel de consumo”, concluye Arellano. “De ahí la importancia de la vulnerabilidad: si eres poco vulnerable, si tienes seguridad financiera, puedes organizarte a largo plazo, reconvertirte y pasarte a otro sector. ¿Qué pasa con los que no pueden pensar a más de un mes vista? Esos hogares tendrán complicada la salida”.