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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Con el tope al gas, los hogares españoles pagan la luz un 41% más barata que Italia y un 27%, que Alemania

Han pasado dos meses y medio desde que echó a andar la llamada 'excepción ibérica', el tope al precio del gas para mitigar la escalada imparable de la factura de la luz en los consumidores con tarifa regulada. Desde ese 15 de junio, no es que los precios de la electricidad no hayan subido. Lo han hecho, hasta el punto de que agosto se despide como el mes con el precio de la luz más cara de toda la historia; pero han subido mucho menos que si no existiese ese tope.

Además, esa subida ha golpeado menos el bolsillo de los consumidores acogidos a la denominada tarifa regulada del precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC) que lo que está ocurriendo en otros mercados de la Unión Europea. El tope funciona hasta el punto de que Bruselas se plantea ahora poner en marcha medidas similares para intervenir el precio del gas.

Desde el 15 de junio el tope al gas ha permitido un ahorro medio para los consumidores con estas tarifas reguladas de más del 18%, aunque hay días de julio que ha llegado a superar el 30% y, en agosto, ha rozado el 40% en algunas jornadas.

Hay que recordar que la previsión del Gobierno situaba el ahorro del tope en una franja de entre el 15% y el 20%, con lo que se están cumpliendo sus estimaciones.

Este 31 de agosto, el precio de la luz se ha situado en 476,39 euros/MWh. Es el segundo día más caro, solo por detrás de los 544,98 euros/MWh del pasado 8 de marzo, antes de la entrada en vigor del tope al gas que comenzó a ser efectivo el 15 de junio. De esa cifra, 187,3 euros/MWh corresponden al precio de la luz en el mercado mayorista, el denominado 'pool'; y los restantes 289 euros/MWh son la compensación a las gasistas, que obligó a poner en marcha Bruselas para compensar a las empresas por lo que dejan de ingresar con este mecanismo ibérico.

¿Qué sucede en otros países?

Si este 31 de agosto no hubiese estado en marcha el tope al gas, el precio que estarían pagando los consumidores españoles con tarifa regulada escalaría hasta por encima de los 533 euros/MWh, según los cálculos elaborados por elDiario.es

Si se tiene en cuenta lo ocurrido desde ese 15 de junio, el precio medio que han pagado estos hogares, que incluye dos olas de calor -que disparan la electricidad producida con ciclo combinado y, por tanto, con gas- se ha situado en 266 euros/MWh. Si no hubiera estado en marcha el tope, el precio hubiese estado por encima de los 326 euros, según los citados cálculos.

Esa cifra nos acercaría a los precios que se están alcanzando en otros mercados europeos. En estos dos meses y medio, los hogares españoles están pagando un 27% menos que los precios que se alcanzan en Alemania, un 41% menos que en Italia y un 36% menos que en Francia.

España se aleja con la excepción ibérica de las facturas que se alcanzan en otros mercados, aunque hay que recordar que, en Francia, el Gobierno ha limitado la subida del precio de la luz que pagan los consumidores a un repunte del 4%. Eso no significa que la factura no les llegue en algún momento. A día de hoy, lo que ha hecho el Ejecutivo francés es utilizar el paraguas de EdF, que es quien va correr con el coste de la subida de la luz. Una eléctrica que, en un 85% está controlada por el Estado y que, además, tiene intención de alcanzar una participación pública del 100%. Además, EdF tiene que abonar el coste de la inversión prevista en nucleares, que asciende a 50.000 millones de euros, lo que eleva las tensiones financieras de esta empresa.

Teniendo en cuenta esta circunstancia, con excepción del 28 de agosto, Francia no ha bajado de los 600 euros/MWH desde el día 23 del mes que acaba de concluir; y prácticamente lo mismo ha ocurrido en Alemania. En Italia, no se baja de los 500 euros MWh desde el 15 de agosto.

De cara a los próximos meses, a la espera de ver si Bruselas pone en marcha mecanismo de intervención para toda Europa, los precios del gas no tienen perspectiva de bajar.

Según los datos que figuran en el regulador portugués, los contratos a futuro en Alemania para el cuarto trimestre alcanzan los 845 euros; y, para Francia son muy superiores, ya que se sitúan por encima de los 1.400 euros.