Trabajadores que mejoran sus condiciones gracias a la reforma laboral: “En enero ya me pasaron a indefinido”

Laura Olías

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Algunos vieron la votación en directo, otros conocieron el resultado después (con susto incluido), pero todos respiraron aliviados. La reforma laboral quedaba aprobada en el Parlamento. “Alabada sea esa mano que dio donde no tenía que dar”, dice Eva María Cancelo, trabajadora gallega de ayuda a domicilio, sobre el error de un diputado del PP que permitió convalidar la legislación. La reforma incluye mejoras clave para los trabajadores, de las que varias están todavía por desplegar. Algunas ya se han dejado notar para personas trabajadoras con nombre y apellidos. “Viví la aprobación con mucha alegría, nos da más seguridad”, explica Josep, un trabajador al que su empresa ha contratado como indefinido en enero después de encadenar varios contratos temporales de obra y servicio. 

Como a Josep, muchas empresas hicieron fijos a sus trabajadores en el primer mes en vigor de la reforma laboral. Todavía sin que esté vigente en todos sus apartados, los contratos indefinidos se dispararon en enero un 92% interanual hasta alcanzar un 15% del total. Un auge sin precedentes tras el despliegue de la legislación, que tiene entre sus principales objetivos la reducción del trabajo temporal. Josep lo tiene claro, su contrato fijo tiene un único responsable: la reforma laboral. Así se lo dijeron en recursos humanos en la pequeña empresa donde trabaja, asegura a este medio. 

Josep, Eva y otras personas trabajadoras relatan a elDiario.es cómo han visto mejorar las condiciones laborales en sus centros de trabajo debido a la legislación o cómo lo harán en los próximos meses. Al menos, así lo creen. Sus testimonios desprenden esperanza. “Esto no es la panacea, pero menos mal que ha salido adelante. ¿Me gustaría más? Sí, pero esta es la primera reforma que mejora los derechos de los trabajadores, las demás siempre suponían retrocesos”, advierte Juanma del Río, técnico en el sector de la ingeniería que acaba de ver cómo la reforma laboral ha salvado su convenio colectivo, con las condiciones y derechos plasmados en este, de una muerte súbita inminente.

Eva María Cancelo | 200 euros al mes más de salario

Las víctimas de la externalización más “pirata” esperaban con ansia la reforma laboral, explica Eva María Cancelo, trabajadora de ayuda a domicilio en un municipio de Galicia. Su nombre fue uno de los que enunció la vicepresidenta Yolanda Díaz en su defensa de la reforma laboral desde la tribuna del Congreso. Está subcontratada por una empresa multiservicios “que no aplica el convenio colectivo sectorial de ayuda a domicilio de Galicia”, que es el que corresponde, recuerdan en CCOO. Su nómina refleja “unos 200 euros menos” al mes de lo que le corresponde según el convenio, explica Eva María a elDiario.es. “No tenemos ni uniformes, tampoco calzado para poder trabajar en condiciones. Estamos contratadas por unas horas determinadas y, cuando un usuario muere o no está, no cobramos esas horas. Yo le llamo ‘servicio a la carta”, lamenta la trabajadora sociosanitaria.

La reforma laboral recoge expresamente que las subcontratas tienen que aplicar el convenio de la actividad desarrollada o el suyo propio en caso de tenerlo, pero este debe respetar los salarios del sectorial. Eva María confía en que la nueva regulación suponga un cambio en sus condiciones laborales y de sus compañeras, que acaban de quedar subrogadas a una empresa multiservicios sin convenio propio.

Adrián Todolí, profesor de Derecho del Trabajo, advierte de que la jurisprudencia del Supremo ya establece que estas empresas tienen que aplicar los convenios sectoriales de referencia, “por lo que si no lo hace, lo hace ilegalmente”. El catedrático Eduardo Rojo señala que, en muchas ocasiones, las compañías aprovechan la gran variedad de actividades y servicios que cubren para no aplicarlos. Ahora, con la reforma laboral negro sobre blanco en el BOE no hay ambigüedad posible en la que ampararse, considera la trabajadora. “Nos tienen que aplicar el convenio sectorial”.  

Eva María y sus compañeras atienden un servicio público, el de atención en el domicilio a personas dependientes. “Las administraciones públicas deberían licitar los servicios a precios decentes, en este ayuntamiento el precio es muy bajo y eso provoca que solo concurran las empresas low cost, que empeoran las condiciones de los trabajadores y así no se puede prestar un buen servicio”, valora. La trabajadora reconoce que ella y sus compañeras han seguido las negociaciones de la ley “con nervios”. “Queríamos que saliera adelante, estamos deseando que entremos todos a cobrar lo que nos pertenece. Cuando hablan de reconocer el trabajo a un trabajador, de valorarlo, siempre pienso lo mismo: lo que deben hacer es pagarnos lo que nos corresponde. Ese es el mejor reconocimiento”, zanja contundente la gallega. 

Josep | Fijo desde enero por la reforma laboral

Diseñador en una pequeña empresa del metal en Alicante, de una treintena de trabajadores, Josep ha cambiado su estatus laboral de temporal a fijo el pasado mes de enero, “con otros dos compañeros”. “En recursos humanos, que tenemos buena relación, nos explicaron que tenían que pasar a fijos nuestros contratos por la ley, para evitar problemas en controles o posibles denuncias”, explica el empleado, que pide no revelar su identidad para evitar posibles represalias.

En recursos humanos nos explicaron que tenían que pasar a fijos nuestros contratos por la ley, para evitar problemas en controles o posibles denuncias

Josep normaliza el contrato temporal que tenía, vinculado a uno de los clientes habituales de la compañía, pese a que no observaba una causa temporal real que justificara la “obra y servicio” propiamente dicha. “He tenido contratos indefinidos antes, pero en esta empresa funcionaban así, con obra y servicio. No te cogían de otra forma. Imagino que porque es más fácil para gestionar para ellos. Eran contratos por muchos meses, porque trabajo no falta. Al revés”, apunta el diseñador.

“He estado tres veces en esta empresa: entré, salí y volví otra vez... Siempre con contratos de obra y servicio”. Desde el pasado mes de enero, es indefinido. Lo que muchos llaman “fijo”, un contrato estable que −en caso de romperse− tiene reconocidos más días de indemnización que los contratos temporales cuando llegan a término.

“Sentí mucha alegría”, sostiene sobre el momento en el que suscribió su nuevo estatus laboral. Ser indefinido ya le ha abierto una puerta para su futuro. “Estamos mirando una hipoteca con mi pareja, ahora puedo, todo es diferente. Aunque en el banco me preguntaron que 'desde cuándo' era indefinido, algo creo que antes no lo hacían, no sé si es porque hay mucha gente a la que están haciendo fija”, destaca.

Miguel Ángel Sánchez | 4.000 euros anuales más en la nómina

“Supone una subida bestial en el tema monetario”. Así resume Miguel Ángel Sánchez la repercusión de la reforma laboral para él y sus compañeros de la multinacional de comida rápida para la que trabaja en Barcelona. Con más de diez años de experiencia, cuando entró en la empresa tenía las condiciones salariales del sector. “Pero con la crisis y la reforma de Rajoy, eso se acabó, la compañía hizo un convenio de empresa y nos bajaron los sueldos a la mitad, fue una barbaridad”, recuerda el también delegado sindical por CCOO.

Con su categoría profesional, la tabla salarial del convenio de hostelería de Catalunya marca un mínimo de 19.040 euros brutos al año, sin complementos, que al mes se queda en 1.360 euros brutos en 14 pagas. “Piensa que estamos cobrando poco más del salario mínimo en muchos casos, no solo en las categorías más bajas”. Con calculadora en mano, su nómina mejorará en más de 4.000 euros cuando la empresa se adapte a la nueva regulación, por la que los salarios deben respetar el mínimo marcado en la negociación sectorial.

“Los trabajadores nos preguntan mucho. ¿Esto cómo nos va a afectar? ¿Cuándo nos van a subir el sueldo?”, explica Miguel Ángel. “Ya no hay miedo a que no suban los salarios, como llevamos más de una década. Ahora las dudas están en cuándo va a cumplir la empresa, porque tiene que hacerlo. Lo dice la ley”, subraya.

Antes del nuevo marco laboral, “la empresa estaba muy cómoda, no quería negociar un nuevo convenio pese a que el que había concluyó su vigencia. Tiene ultraactividad y la empresa no estaba por la labor, porque todo se mantenía igual. Pero con la reforma laboral cambió la situación, ahora tienen muchas ganas, que si 'negociar, negociar, negociar”, sostiene el trabajador. En CCOO explican que esta multinacional y otras están apresurándose para negociar un nuevo convenio sectorial. “Antes no teníamos casi poder en la mesa y ahora vamos con mucha más fuerza para negociar. Esperamos sentarnos prontos, limar asperezas y mejorar algunas cosas”, explica.

Juanma del Río | Condiciones laborales salvadas de la “muerte súbita”

“Si el convenio decaía, volvíamos al mínimo del Estatuto de los Trabajadores”. Una espada de Damocles pendía sobre el convenio colectivo de Ingeniería, que alcanza al menos a 80.000 trabajadores, y que podía ser cosa del pasado en menos de dos meses. Derechos adquiridos y mejoras laborales pactadas que podían acabar siendo cosa del pasado gracias a la “muerte súbita” de los convenios colectivos que acordó el Gobierno del PP en 2012. Se trata del límite de la ultraactividad a un año, por el que cuando un convenio caduca y no hay acuerdo para uno nuevo solo se prorroga doce meses. Después, decae.

Juanma del Río, técnico en el sector de la ingeniería, explica que la vigencia del convenio sectorial concluía el 31 de diciembre de 2021. El mismo día que entró en vigor la reforma laboral. Unos meses antes, sindicatos y patronales del sector acordaron una breve prórroga, hasta el mes de abril, que daba un poco más de tiempo para intentar un nuevo consenso entre las partes y, sobre todo, para ver qué sucedía con la reforma laboral. “En las patronales decían eso de 'bueno, si sale adelante...'. Muchas empresas estaban a la expectativa, algunas no pagaron el nuevo trienio que correspondía en enero a la espera de qué sucedía con la ley”, afirma el trabajador y representante de CCOO.

Antes había mucha prisa y presión porque el convenio decaía. Ahora la ley nos da tranquilidad. No sabemos cómo acabará la negociación, pero sí que el convenio que tenemos lo mantenemos

Pero el 3 de febrero el Parlamento convalidó la reforma laboral. Por un voto erróneo, eso sí. Las condiciones recogidas en el convenio de Ingeniería no decaen, gracias a la recuperación de la ultraactividad indefinida, y esto da un balón de oxígeno a la negociación por parte de los trabajadores. “Antes no tenías margen, había mucha prisa y presión. Ahora la ley nos da la tranquilidad de no tener que ir corriendo, margen para leer, poder proponer nuevas cosas... Nos da una cierta holgura, no sabemos cómo acabará la negociación, pero sí que el convenio que tenemos lo mantenemos”, destaca.

Del Río reconoce que vivió la votación parlamentaria con mucho enfado: “Me cabreé mucho. Entendía que los grupos que votaron en contra pudieran no estar satisfechos del todo, pero votar 'no' me pareció muy fuerte. La abstención todavía, pero el voto en contra... Menos mal que al final hubo un poco de justicia poética y, por una vez, la moneda ha caído para este lado”. 

Nuria Manzano | Hacia la fijeza de las plantillas

En la recta final hacia la aprobación de la reforma laboral, y sobre todo ahora que ha salido adelante, hay una duda enunciada con tono de esperanza que Nuria Manzano escucha continuamente. “¿Nos van a hacer fijas?”. Es trabajadora del sector del telemarketing (o contact center) y delegada sindical por UGT. Para esta actividad, muy feminizada, en la que la subcontratación es troncal y la temporalidad está muy extendida, la reforma laboral supone que las contratas que debe respetar los salarios del sector, lo que margina a algunos convenios precarizadores “y expulsa a las empresas más piratas”, explica Manzano. “Así se lo hemos explicado a las patronales y compañías del sector que sí cumplen con estas condiciones”, indica la trabajadora, que considera que la legislación también previene de la competencia desleal en el mundo empresarial.

Aunque, sobre todo, Nuria Manzano cree que la norma supondrá una revolución en la organización laboral del telemarketing. “Es un sector con mucho contrato temporal y, aunque el Tribunal Supremo dijo que no podían firmarse por obra y servicio vinculados a contratas, solo alguna empresa ha convertido en indefinidas a las trabajadoras. La mayoría estaba esperando a la reforma laboral, a ver qué pasaba”. El 3 de febrero se desveló el misterio: la reforma laboral se queda. Ahora hay que cumplirla.

La trabajadora y sindicalista confía en las oportunidades de estabilidad que abre la legislación, incluso en un ámbito como el contact center en el que el negocio de las empresas depende mucho de los clientes que tengan. “Siempre les decimos que cuando se va un cliente, luego llega otro. Para estas situaciones, hay que ver cómo recolocar a las trabajadoras cuando termina un servicio y los recursos de formación para adaptarlas a futuros clientes”, sostiene Manzano. La representante de UGT reconoce que la norma es un reto, porque supondrá “cambios organizativos” para las empresas y plantillas, pero confía en que el resultado sea positivo.

“Esto va a suponer para muchas compañeras pasar a indefinidas”, adelanta Nuria. “Aunque los contratos por obra en este sector duraban años, no daban la estabilidad de un indefinido, en el empleo ni en la vida donde no es lo mismo para tomar decisiones. La gente da mucha importancia a la fijeza, es lo que más nos agradecen de la ley”.