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Las trampas de la vicepresidenta para sacar pecho con los resultados económicos

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría llegó cargada de datos para sacar pecho de las reformas ejecutadas en cuatro años de legislatura del Partido Popular. Sin embargo, la vicepresidenta usó un batiburrillo de datos sobre empleo, paro y pensiones a discreción, hasta el punto de contradecirse a sí misma en algunas ocasiones. Se inició diciendo que “1.500 españoles encuentran empleo al día y otros 1.500 creen que pueden encontrarlo” y que en el último año se habían creado 600.000 puestos de trabajo.

Además de lo confuso de esta aseveración (creer que pueden encontrar empleo), las cifras concretas de los últimos 365 días tomando como fuente la Seguridad Social indican la creación de 1.444 empleos diarios con un total de 527.335 cotizantes más que en noviembre de 2014.

Ahora bien, si se hace el dibujo desde que Mariano Rajoy llegó al Gobierno, la foto es muy diferente. Hay 25.000 empleos menos (cotizantes) que en noviembre de 2011 cuando el PP ganó las elecciones. Esta es la razón por la que durante el debate la cuenta oficial del PP tuiteó cosas como esta:

Comparan el empleo destruido durante los tres años de legislatura del PSOE con un año de creación de empleo del PP. Por eso sorprende también que en un determinado momento, la vicepresidenta defendió las virtudes de la reforma laboral y quitó hierro a quienes dicen que ha afectado a la negociación colectiva, ya que, citando un informe de la OIT, los convenios siguen amparando al mismo número de trabajadores que en 2011. “Y eso que hay 800.000 personas más trabajando gracias a la reforma laboral”, añadió la vicepresidenta:

Las cuentas para esta afirmación casan con dificultad con el balance de la legislatura en cuanto a empleo.

Además, la vicepresidenta asegura que hay más trabajadores fijos ahora que cuando llegó al Gobierno. Este es uno de los datos del PP que se desmonta rápidamente. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el inicio de la legislatura el 24,79% de los trabajadores eran temporales y en el trimestre del verano (el último que se conoce) la cifra subía al 26,15%.

Para mitigar la desaparición de activos en el mercado laboral español, uno de las principales pegas que se pone a la marcha del mercado laboral a lo largo de la legislatura, la vicepresidenta aclaró que de los trabajadores que se habían ido, 620.000 no eran “nacidos en España”. Sin embargo, en el tercer trimestre de 2015 había 790.000 activos menos de nacionalidad extranjera (personas que trabajan o quieren hacerlo y lo intentan) que en el cuarto trimestre de 2011.

En un momento determinado del debate, para dramatizar la gravedad de la situación de España, la vicepresidenta aseguró que habían logrado esquivar un recorte del 20% a las pensiones. Si esta era una petición de Bruselas o de la troika, nunca se trasladó así ni se difundió.

Poco después la vicepresidenta se complicó muchísimo intentando cifrar el número de personas que reciben prestaciones en España, sumando casi dos veces el número de pensionistas que calculó en 17,6 millones. Lo cierto es que hay poco más de nueve millones de personas que reciben algún tipo de pensión en España, y poco más de dos millones que cobran el paro. Quedan aún otros siete millones para completar la cifra que ha dado la vicepresidenta.

También respecto a las pensiones, la vicepresidenta aseguró varias veces con contundencia que el PP nunca había congelado las pensiones. En diciembre de 2011, en uno de los primeros consejos de ministros que hizo el Gobierno de Rajoy, se aprobó una subida de las pensiones para el año siguiente del 1%, y la inflación terminó siendo del 2,4%. En 2013, las pensiones de forma general volvieron a subir un 1%, y la inflación un 1,4%.

En 2013 se quitó la revalorización de las pensiones tomando como referencia el IPC (aunque ya no se estaba haciendo con este indicador) y se puso en su lugar una fórmula (el factor de sostenibilidad) que durante años supondrá que los pensionistas vean subir sus pensiones un 0,25%. Esto en una pensión media es una subida de alrededor de dos euros, aunque justo en su primer año de aplicación, 2014, no se perdió poder adquisitivo ya que ese año bajaron los precios un 0,4%.

En cualquier caso, con esta reforma, el PP prevé que el sistema se ahorrará 33.000 millones de euros a costa del poder adquisitivo que perderán las pensiones una vez que se regule la revalorización de las prestaciones.