El turismo no frena: en 2024 crecerá un 5% y duplicará el avance del PIB en España

Daniel Yebra

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Hasta el mes de abril, llegaron a nuestro país 24 millones de turistas internacionales, “el mejor comienzo de año en la serie disponible: en apenas unos meses, ya nos han visitado tres millones más de turistas extranjeros que en el mismo periodo de 2023 (un crecimiento del 14,8% interanual)”, recalca el último informe de Caixabank Research. El 'boom' del turismo no se agota pese a las problemas que está creando en el mercado de la vivienda de las grandes capitales y en los principales destinos, pese a la escalada de los precios o pese a los efectos del cambio climático.

Según los cálculos del mismo centro de análisis, crecerá un 5% en 2024 y duplicará el avance del PIB (Productor Interior Bruto) conjunto de España —de cerca del 2,5% según la mayoría de proyecciones, que han ido mejorando en las últimas semanas—.

El PIB turístico real llegó a hundirse un 60% en 2020. En 2021 rebotó un 43%, en 2022 otro 61% hasta rozar el nivel previo a la pandemia. En 2023, creció un 7,6%, situándose cinco puntos por encima de 2019, y Caixabank Research espera que este año avance un 5,4%, y que en 2025 lo haga un 3,2%, hasta rebasar en catorce puntos porcentuales el nivel de antes del shock de la COVID.

En 2023, supuso un tercio de todo el crecimiento del PIB del 2,5%. “En 2024, creemos que representará un cuarta parte del aumento de la actividad económica en nuestro país; en 2024, una quinta parte [el peso del sector turístico respecto al PIB total sigue aumentado pero se estabilizará en alrededor del 13%]”, ha resumido el economista Oriol Aspachs en la presentación del informe. “De mantenerse el ritmo de crecimiento de las llegadas de turistas de este comienzo de año (aumento del 14,8% interanual en enero-abril), estaríamos hablando de cerca de 100 millones de llegadas de turistas a nuestro país en 2024”.

Son varios los motores a los que apunta Caixabank Research en su documento. Primero, a “la recuperación en la eurozona [supone un 70% de la demanda turística extranjera]” gracias a la restitución de parte del poder adquisitivo perdido desde 2021 por la moderación de la inflación y la bajada de los tipos de interés del BCE. Segundo, “a la estabilidad geopolítica de España [a la percepción de mayor seguridad respecto a otros destinos del Mediterráneo]”. Tercero, “a la fortaleza del turismo doméstico” . En contra se encuentran “la recuperación de los destinos competidores” y el polo de atracción que supondrán los Juego Olímpicos de París de este verano.

El reto es “crecer de forma sostenible” y sobre ello los economistas del banco ofrecen algunos datos que invitan a reflexionar. La probabilidad de un turista extranjero regrese a España si sufre una ola de calor en sus vacaciones se reduce casi un 14%, en promedio, y prácticamente hasta la mitad si se trata de turistas estadounidense, como se puede observar en el gráfico y según datos del uso de tarjetas entre 2022 y 2023.

“La excepcional recuperación del turismo tras la pandemia también ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir mejorando la gestión de los flujos turísticos, para minimizar las externalidades negativas que genera la actividad, entre las que se encuentran el impacto en el mercado de la vivienda local (incremento de los precios de compra y de alquileres, y trasvase de viviendas de uso residencial a turístico), la presión sobre los servicios públicos básicos (sanidad y transporte) y la ocupación de los espacios públicos, entre otros. Es deseable que tanto la Administración como el propio sector sigan trabajando para que el crecimiento pueda ser sostenible, tanto desde el punto de vista social como medioambiental”, explica el informe de Caixabank Research.

Impacto del cambio climático

Sobre los efectos del cambio climático, “exposiciones a olas de calor extremas (más de 8 grados centígrados por encima del promedio histórico) reducen la propensión a regresar, especialmente entre los británicos y los estadounidenses. Este resultado resalta la importancia de apostar por la innovación y la inversión en infraestructuras que garanticen la comodidad de los turistas en escenarios climáticos más extremos”, añade el equipo de expertos del banco.

En su informe anual de 2023, el Banco de España argumenta que, desde 2021 y hasta ahora, “cabe destacar el posible impacto positivo sobre las llegadas de turistas de los conflictos geopolíticos de Oriente Medio y, sobre todo, la mayor diversificación en términos de los destinos entre las diferentes regiones españolas y la mayor afluencia de turistas extranjeros en la temporada de otoño e invierno”. Los dos gráficos que escoltan este párrafo muestran sendas tendencias.

El informe también analiza la evolución del gasto turístico internacional por lugar de procedencia. Este análisis revela que el turismo europeo sigue siendo el más importante, aunque ha perdido cierto peso respecto a 2019, y que el turismo procedente del continente americano es el que presenta una mejor evolución. En cambio, el turismo asiático y de Europa del Este ha disminuido su peso en la estructura de la demanda turística internacional.

Una cuestión crucial es que la inflación en el sector no ha restado competitividad a España porque las subidas de precios han sido generales. Es decir, han sido comunes en todos los destinos similares a los de nuestro país.

Baja productividad

Por último, el documento presenta una radiografía del sector de la restauración en España, “un sector que vive un momento coyuntural muy positivo en términos de empleo y facturación gracias, en gran parte, a la plena recuperación del sector turístico”.

Eso sí, cuenta “con un elevado porcentaje de empresas muy pequeñas, de baja productividad y reducida facturación”, pese a lo que “el sector goza de notables fortalezas que debe poner en valor, como su reconocimiento y prestigio internacional y su importante papel cohesionador del tejido social por su presencia en prácticamente todos los municipios españoles”.

Un dato destaca enormemente en el informe. La restauración y la hostelería son las actividades menos productivas respecto a la media si la eficiencia de los trabajadores se mide como la relación del VAB (Valor añadido bruto, una forma de contabilizar los beneficios de los sectores) por empleado.