Europa esquiva la recesión. Creció en 2022 un 3,5% y, aunque se limitará al 0,8% este año, de acuerdo a las previsiones macroeconómicas de la Comisión Europea, sortea los números negativos que aparecieron en otoño, cuando la inflación tocó techo. La Comisión mejora ligeramente las expectativas para España, que quedará de nuevo por encima de la media europea, con un incremento de cuatro décimas respecto a sus sus cálculos de hace unos meses y sitúa el crecimiento de 2023 en un 1,4%, frente al 2,1% que fue la estimación con la que el Gobierno elaboró los Presupuestos Generales del Estado.
España creció el pasado año un 5,5%, dos puntos más que el conjunto de la UE, y por encima de las previsiones que había hecho la Comisión Europea en los últimos meses. Eso ha llevado al gobierno comunitario a corregir ligeramente al alza las expectativas de la economía española para 2023, pasando del 1% al 1,4%, seis décimas por encima de la zona euro y cinco del conjunto de la UE. Para el siguiente año, se espera que la cifra aumente al 2%. Los cálculos son similares a los del FMI, que prevé un aumento del PIB español del 1,1% este años y del 2,4%, en 2024.
“España capeó relativamente bien los efectos negativos de la guerra en Ucrania”, señala la Comisión Europea, que atribuye al repunte del turismo en verano y al dinamismo del consumo privado la resiliencia de su economía, así como a la evolución positiva del mercado de trabajo. El crecimiento fue más fuerte de lo esperado en el primer semestre y la caída menos pronunciada en el último cuarto, cuando la UE llegó a pronosticar una entrada en la recesión del continente, que finalmente ha sorteado. “A pesar de la pérdida de poder adquisitivo, la desaceleración de la inflación desde el otoño, contribuyó un consumo más fuerte y mayor confianza empresarial”, recoge la Comisión Europea que señala, no obstante, que en el último trimestre el PIB se mantuvo por debajo del nivel de la prepandemia.
“Se espera que la actividad económica se recupere gradualmente en la primera mitad de 2023 y gane un mayor impulso en la segunda mitad del año”, expresa la Comisión Europea, que menciona el turismo, la construcción y los equipamientos como sectores relevantes para el crecimiento.
España crecerá más que las grandes economías de la UE, como Alemania (0,2%), Francia (0,6%) e Italia (0,8%), pero por detrás de otros países, como Irlanda, Luxemburgo, Chipre o Malta.
La Comisión Europea respira con cierto alivio tras haber cerrado 2022 con unas previsiones mejores de las que había estimado. “Desde otoño, la economía europea ha tenido una serie de signos positivos. El precio del gas ha caído por debajo de los niveles anteriores a la guerra, ayudado por una caída del consumo y la diversificación en las fuentes de suministro. A pesar del shock energético y del récord de inflación, la desaceleración en el tercer trimestre resultó más suave de lo estimado previamente y en el cuarto trimestre, la economía de la UE se estancó, en vez de la contracción del 0,5% que se esperaba en otoño”, recoge el documento, que da por hecho que Europa ha llegó al pico de inflación en otoño y que ahora ha quedado atrás.
En cuanto a la subida de los precios, la Comisión espera que se vaya conteniendo a lo largo del año respecto a 2022 y que acabe en un 6,4% para el conjunto de la UE (5,6% en la eurozona). La estimación para España está por debajo, en el 4,4%, de nuevo en cabeza respecto a las grandes economías europeas.