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La UE prepara a contrarreloj un plan de ayudas de emergencia para Grecia ante la posible victoria del No

La Unión Europea se prepara para que uno de sus países entre en situación de “catástrofe”. Suena exagerado, pero la maquinaria burocrática ha puesto en marcha un plan B con este escenario, y se busca dinero debajo de las piedras que poder inyectar a Grecia en caso de que el domingo gane el No en el referéndum y se extienda indefinidamente la situación de corralito. Así, la Comisión ha dado la orden a las direcciones generales (los ministerios que componen el Gobierno de la UE) de que rasquen de donde no hay fondos para enchufar al Estado griego, “flexibilidad máxima”, incluidos paquetes de ayuda humanitaria, según ha podido saber eldiario.es de fuentes comunitarias implicadas en la operación.

Un plan así no se había activado en la Unión Europea salvo en casos de catástrofe natural, como las inundaciones que asolaron Alemania en agosto de 2002 y que dieron lugar a lo que se llamó “la cumbre de las inundaciones” lo que permitió un desembolso extraordinario de fondos para el país germano y otros de Europa Central. En este caso, las ayudas, que serán dinero contante y sonante, buscan paliar la falta de acceso a financiación y las posibles situaciones de desabastecimiento debido a la falta de pago de proveedores internacionales. Así, el paquete contempla compra de comida y alimentos en caso de que los supermercados griegos no puedan reponer sus existencias.

Pese a la activación del plan, fuentes comunitarias aseguran que el escenario central con el que se trabaja desde Bruselas sigue siendo llegar a un acuerdo, pero no se podía demorar más la activación del plan ante la posibilidad de que se complique la situación derivada del corralito que ahora mismo está en marcha. Se trataría de compensar la falta de liquidez.

El plan es transversal y cada departamento tratará de encontrar partidas que puedan redirigir a Grecia. El problema es que más del 80% del Presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 ya está comprometido. Así que se trataría de raspar los fondos de reserva que por así decirlo cada dirección se guarda para imprevistos y destinarlo al país heleno. Pero la partida más importante debería de venir de los alrededor de 30.000 millones de euros de fondos estructurales que le tocan a Grecia como parte de la política de cohesión de la UE.

Atenas no puede gestionar fondos

Atenas opta a casi 3.500 millones de euros anuales en estos fondos estructurales y por ahora solo se ha desembolsado alrededor de un 1%. Se están buscando fórmulas para poder inyectar al país más del límite legal establecido en este momento para las asignaciones adicionales (alrededor del 1,5%) y anticipar fondos previstos para otros años. La burocracia europea se encuentra con otro problema: el colapso del sector público en Grecia es tal que en realidad aún queda casi un tercio de fondos del periodo de 2007-2013 por desembolsar. Casi 7.000 millones de euros que también se trataría de transferir al país.

La razón por la que la UE no ha podido ejecutar estos fondos es, por un lado, por la incapacidad del Estado griego en ese periodo de gestionar las ayudas (se necesitan programas específicos y comisiones de control) y porque la UE exige un mínimo copago por parte del país receptor, que puede ser hasta del 5%, para dar su parte. Grecia no tiene dinero ni para aportar esos fondos pese a que ya se había relajado la exigencia que en otros países es del 15%.

La orden desde Bruselas a los encargados de cada dirección ha sido clara: “flexibilidad máxima, buscad fórmulas, lo que sea”.

Así las cosas, la Comisión estudia cómo cambiar el reglamento europeo para poder dar esas ayudas. Se tendría que permitir dar hasta el 100% del dinero y elevar el techo actual. Estos cambios necesitan no solo la aprobación del Consejo Europeo sino también del Parlamento Europeo. Aunque el trámite se realizaría de urgencia, se tardaría como mínimo un mes para cambiar los reglamentos y empezar a chutar este dinero.

Atenas ya habría sido puesta al día de que este plan está en marcha y que opera de forma paralela, o complementaria, a la Operación Albania, el plan de contingencia que adelanto El País hace días. Este plan tiene como principal actor al Banco Central Europeo (BCE) que desarrolla un plan de contingencia para evitar que la situación de extrema debilidad financiera de Grecia contagie al resto de países del euro. Básicamente el plan implica que Mario Draghi active toda la artillería del plan de compra de deuda pública para estabilizar las primas de riesgo y los bonos de los países periféricos.

El plan de ayudas de la UE está dentro del marco comunitario, no de los países de la zona del euro que son un subgrupo dentro de la UE. Reino Unido, Suecia, Dinamarca o varios países del Este como , Polonia, República Checa, Hungría, Croacia, Rumanía y Bulgaria no están en el euro y sí están en los presupuestos de la UE.