El anuncio de la Comisión de Economía de la Eurocámara en el que señalaba que el candidato irlandés, Philip Lane, “fue más convincente” que el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su propuesta para el puesto de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) ha provocado nerviosismo y desconcierto en el Gobierno de Mariano Rajoy.
La posibilidad de que De Guindos salga derrotado por segunda vez en su carrera por alcanzar un puesto importante en una institución europea puede provocar un seísmo en el Ejecutivo de Rajoy en un momento en el que está asediado en los tribunales por los casos de corrupción, tiene la presión del acecho de Ciudadanos sobre sus votantes y las encuestas en caída libre y la minoría parlamentaria le impide una acción de Gobierno eficiente para sacar rédito político.
Con este panorama hay diferentes visiones en el Gobierno sobre la posición del ministro de Economía en su carrera por conseguir el puesto en el BCE. Por un lado, unas fuentes señalan que la vicepesidencia está asegurada para De Guindos, ya que se cuenta con el apoyo de Alemania y Francia, “con un peso específico y que tiran de otros países para conseguir los votos”.
El eurodiputado Por ICV, Ernest Urtasun, apunta que “el más que evidente acuerdo entre España y Alemania para situar a De Guindos en la vicepresidencia a cambio de dar apoyo al halcón Jen Weidmann [presidente del Bundesbank] en la presidencia es otro de los elementos que juegan claramente en contra de su candidatura, además de suponer un acuerdo que es objetivamente nefasto para los intereses del sur de Europa”.
Otras fuentes del Ejecutivo reconocen que todavía no está cerrado completamente porque se está trabajando para conseguir el apoyo de países como Italia, “que están poniendo algunas reticencias”. Esta misma fuente recuerda que “estamos en un juego de estrategia donde cada voto es un debe, nadie nos va a apoyar por De Guindos sino porque esperan algo a cambio y España está trabajando para conseguirlo”.
Lo cierto es que aunque el comentario de la comisión del Parlamento europeo no es vinculante los partidos de la oposición subrayaron la debilidad de la candidatura de De Guindos, que no consiguió el apoyo siquiera de sus correligionarios ideológicos del Partido Popular Europeo o de los liberales. “Luis de Guindos ha fracasado en su examen ante los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. Tras la reunión, todos los grupos, incluido el popular y los liberales, consensuamos un comunicado con nuestras conclusiones”, apunta el eurodiputado del PSOE, Jonás Fernández.
Urtasun argumenta que las dudas que provoca De Guindos en Bruselas y Frankfurt están justificadas por “su pésima gestión en materia financiera en España, los posibles conflictos de intereses que emanan de su pasado como banquero de inversión y su negativa a dimitir como ministro”.
Sin embargo, desde Moncloa se culpa directamente a estos partidos españoles, además de a Ciudadanos, de “forzar” a las formaciones políticas europeas para decantarse por el candidato irlandés en lugar de a De Guindos. “¿Podemos, PSOE y Cs votaron al irlandés y contra De Guindos, ¿cómo iba a ganar el español? Solo el PP votó por De Guindos. Jonás Fernández forzó a los socialistas a votar a favor de Irlanda. Y lo mismo hizo Ernest Urtasun con los verdes y la extrema izquierda”, comentan en Moncloa.
Los populares han cargado especialmente contra Ciudadanos que, en teoría, se había manifestado a favor de la candidatura del ministro de Economía español. “Más humillante es el papel de Ciudadanos. Su representante en la comisión, una europarlamentaria flamenca, llamó a Ramon Tremosa, diputado europeo del PDeCAT y protector de Carles Puigdemont, para preguntar qué votaba y no llamó al partido de Albert Rivera”.
A pesar de este tropiezo, donde De Guindos se la juega realmente es el próximo 19 de febrero cuando el vicepresidente del BCE será designado por los ministros europeos de Economía y Finanzas y, posteriormente, el 22 de marzo, tendrá que ser confirmado por los jefes de Estado de los Veintiocho. Hasta entonces, el Gobierno de Rajoy trabajará a destajo para conseguir el puesto de vicepresidente que le permita coger aire en estos momentos de debilidad.