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Pueblos a la venta y préstamos que no hay que devolver: el último intento por evitar el éxodo rural

Vista de un pueblo en la zona rural asturiana

Maica Méndez

Los pueblos de España se quedan vacíos. Prácticamente todas las provincias tienen aldeas deshabitadas. En Asturias, la situación se está tornando en extrema, ya que la zona rural se encuentra en situación crítica. Ante este fenómeno imparable del éxodo rural, surgen con fuerzas reclamos publicitarios como “te vendo mi pueblo”. En el Principado, el último anuncio en aparecer es la venta del pueblo de Lindes, en el concejo de Quirós, y propiedad de los descendientes de Manuel Nieto, presidente de la Diputación de Asturias, a mediados del siglo XX.

El precio ronda los 2,8 millones de euros por 772 hectáreas de bosques, pastizales, prados, cuadras, casas, una iglesia y cementerio. Algunas de las casas y cuadras se encuentran en ruinas o abandono total y necesitarían de una fuerte inversión para su rehabilitación. Esta aldea llegó a contar con un centenar de vecinos, pero hoy es un paraje fantasmagórico, similar al que presentan otros pueblos desahitados de la zona rural asturiana. Sus actuales copropietarios, reconocen que son muy mayores para hacerse cargo del estado de las actuales propiedades en Lindes y que tampoco les aportan ingresos.

Éste no es el único caso. El portal inmobiliario especializado Aldeasabandonadas.com, recoge una amplia oferta inmobiliaria de estas características en toda España. En Asturias hay actualmente activas seis ofertas de venta de aldeas. Muchas de esas propiedades tienen demandas con fines turísticos.

Está claro que el abandono de la zona rural es creciente, pero el interés por frenar esta situación también ha ido aumentando y además de la venta de pueblos se están desarrollando otras iniciativas para recuperar la vida de las aldeas rurales. En el concejo de Ponga, en el oriente asturiano, el Consistorio ha decidido regalar casas a los jóvenes con hijos que quieran trasladarse a la zona y emprender su vida laboral en el mundo rural. Y es que, la Asturias rural está en una situación crítica. Con una pirámide de población muy envejecida y una natalidad casi nula.

Según datos del último estudio realizado por técnicos de la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader), Asturias es una de las provincias españolas con mayor número de núcleos de población deshabitados. Hay contabilizadas 672 entidades deshabitadas (año 2012), datos que siguen en aumento y que no tiene visos de moderarse.

A la hora de valorar las causas de la sangría poblacional de la Asturias rural, los técnicos citan el notable envejecimiento de los residentes en estos concejos y la emigración interna que se produce hacia las cabeceras comarcales y al área central de la región, así como «la regresión imparable de los efectivos demográficos». Éstos son los parámetros que explican un proceso que trae un buen número de consecuencias negativas y que pueden pasar inadvertidas en muchas ocasiones. Y es que, a la degradación del caserío tradicional, se le unen la ruptura del equilibrio ecológico, una más que evidente degradación paisajística y el olvido de costumbres y de tradiciones.

Subvenciones a fondo perdido

Desde la consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Principado también se están llevando a cabo políticas activas para frenar el despoblamiento. Recientemente, y en colaboración con el Reader y los fondos Leader, sea presentado el “ticket del autónomo rural”. Una ayuda a fondo perdido por valor de 25.000 €, destinada a jóvenes que quieran abrir negocios en la zona rural. Esta ayuda económica es compatible con otras subvenciones y de la mismo se han beneficiado el año pasado, 130 proyectos, según Belarmino Fernández Fervienza, presidente de Reader.

Esta medida es pionera en España y ha sido creada para promover la creación de empresas no agrarias en la zona rural. A cambio, los nuevos emprendedores tendrán que mantener la actividad cinco años. Para Belarmino Fernández, los avances digitales permiten ahora llegar a muchas más actividades en la zona rural que las meramente agrario-ganaderas y “gracias a estas ayudas del ticket rural garantizamos cuota de autónomos más salario mínimo interprofesional durante tres años a los nuevos emprendedores”, comenta.

De igual parecer es la opinión del presidente de la Federación Asturiana de Concejos de Asturias (FACC), Ignacio García Palacios, que comenta que paradójicamente, este declive demográfico de muchas áreas rurales asturianas se produce cuando dichas zonas disfrutan de los mejores servicios e infraestructuras que nunca antes habían tenido, acortando de forma notable la brecha que siempre ha existido en este aspecto entre el campo y la ciudad. Y cree que la mejor forma de frenar y corregir este declive demográfico “no se limita a disponer de buenos servicios (sanidad, educación…), que también; sino que incidir en una mejora de la economía regional que ofrezca un presente y un futuro de trabajo, prosperidad y bienestar a las personas.

A lo que añade que el envejecimiento y la pérdida de población que desde hace décadas sufre esta comunidad es, sin duda, el mayor desafío que afronta la región. “Y si esta problemática es grave a nivel regional, adquiere tintes críticos en amplias zonas rurales, que inexorablemente se están quedando vacías”.

Turismo y conocimiento

Otra actividad pionera en el Principado para potenciar la zona rural y que estos pueblos no caigan en el olvido es la que ha desarrollado el Ayuntamiento de Grado, en colaboración con el Grupo de Montaña Moscón. El año pasado han puesto en servicio la primera ruta turística por los pueblos deshabitados del concejo. Se trata de un recorrido circular de algo más de 14 kilómetros que sale de Sama de Grado, pasa por El Ortigal y llega a La Condesa.

El presidente de este grupo de montaña, José Álvaro García González, señala que la ruta tiene por objeto que no se pierda el contacto con la existencia de estos pueblos. “Como grupo de montaña nos interesa que no caigan en el olvido, se visiten, aunque sea sólo de forma lúdica y durante el verano, y conseguir así que no queden relegados al recuerdo”, comenta. En un futuro tienen la intención de señalizar nuevas rutas, ya que las zonas rurales deshabitadas son muchas y creciendo.

Otra actividad puesta en marcha en marcha por este mismo grupo de montaña denota también el olvido que los ciudadanos ejercemos sobre la zona rural. Hace unos años hicieron un proyecto piloto con escolares del concejo para ver su conocimiento que tenían de la zona rural local. Se trataba de que los escolares identificasen los nombres de unos treinta pueblos, en un área geográfica de entre dos y diez kilómetros. El resultado fue que más del 90 por ciento de los escolares no conocía el nombre de los pueblos situados a diez kilómetros de la capital del concejo, el 60 por ciento desconocían los situados a menos de 5 kilómetros y el 40 por ciento los situados a tan sólo dos kilómetros. El resultado fue “devastador. Se va perdiendo la identidad cultural y no encontré ningún tipo de apoyo”, lamenta el presidente.

Hay otras organizaciones como la de Daniel Carcedo de la plataforma, “Repoblación de pueblos abandonados en Asturias”, que tratan de paliar la negatividad de esta situación con la búsqueda de oportunidades. Para Carcedo, que lleva más de diez años trabajando en defensa de la zona rural, hay que cambiar el foco de interés y ver en la despoblación un problema y una oportunidad al mismo tiempo, como modo de vida alternativo a las urbes. “La misión está clara, las ecoaldeas y los modos de vida alternativos son viables”, dice.

De hecho, comenta que España tiene la mayor cantidad de proyectos de repoblación de Europa. “E indicadores como que el número de eco aldeas en España es el mayor de Europa corroboran esta afirmación”. A lo que añade que es conocedor de que mucha gente de otros países quiere iniciar un proyecto en una aldea (abandonada o no) en España. “Esto se refleja en pueblos como Matavenero, Astorga. Una aldea abandonada a mediados del siglo pasado y que ha sido repoblada hace ya más de 30 años por una comunidad de culturas muy diversa consolidándose como una de las eco aldeas más antiguas del mundo”, cita.

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