“Buenos días y bienvenidos a Ouigo. Gracias por acompañarnos en este histórico día para la alta velocidad en España. El Oui Bar está cerrado, pero tenemos botellas de agua para todos los viajeros”.
Una voz amable da la bienvenida al tren. Son las diez y cuarto de la mañana y parte de Atocha el primer viaje de OUIGO, la marca low-cost de la compañía francesa SNCF. Es un día señalado porque comienza de forma efectiva la liberalización del ferrocarril en nuestro país. Hasta ahora, las vías del corredor Madrid-Barcelona solo las usaba Renfe, nuestra empresa estatal de trenes. Liberalizarlas significa abrirlas a otros operadores.
Además de los franceses de Ouigo, en 2022 entrará Ilsa, operador de capital italiano participado por Air Nostrum y Trenitalia. Renfe no solo operará el AVE, sino que ha decidido entrar a competir con AVLO, un AVE rosa, sin cafetería y con más asientos para poder vender billetes más baratos: entre 7 y 65 euros por trayecto. Empieza el 23 de junio e hizo su primer viaje de prueba con viajeros en marzo.
El de este viernes —de Madrid a Barcelona en dos horas y media— es un viaje inaugural para medios y directivos de la compañía. El lunes 10 de mayo empiezan los viajes normales. OUIGO sacó billetes a partir de 9 euros: una búsqueda en su web devuelve resultados de 9, 25, 45, 65 y hasta 79 euros por trayecto.
“No tenemos precio máximo”, aclara Federico Pareja, director comercial de Ouigo en España a elDiario.es. “Lo que tenemos es un compromiso por ser la opción mas barata del mercado. Que sea, como mucho, un 50% del precio que existía hasta ahora. El precio final depende de la antelación y otros factores, pero ese es nuestro compromiso”. Los niños hasta 14 años solo pagan 5 euros, los bebés viajan gratis hasta los tres. Como en las aerolíneas, el sistema de precios es dinámico. De momento se puede viajar barato, pero según qué días y a qué horas.
“No estábamos siendo capaces de sacarle todo el partido a las infraestructuras”, dijo Isabel Pardo de Vera, presidenta del administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) en un acto inaugural en la estación madrileña. “Con la liberalización hemos incrementado un 65% la capacidad de los corredores para asegurarnos de que casi siempre están llenos”.
Adif sacó tres paquetes para repartir su capacidad entre distintos operadores. El paquete A, que contiene la circulación de 32 trenes al día entre Madrid y Barcelona, se lo llevó Renfe. El B, con el 16, Ilsa. Y el C, con los 5 restantes, SNCF. Según datos de Adif, se pasa de 99 circulaciones por sentido y día a 165. Estos paquetes también incluyen circulaciones en los corredores de Madrid a Valencia y Alicante y de Madrid a Sevilla y Málaga, aunque las empresas aún no han empezado a operar en ellos. El director comercial de Ouigo señala que abrirán la ruta del levante antes de que acabe el año y la del sur en 2022.
El viaje inicial de Ouigo fue mucho más pomposo que el de AVLO. SNCF colocó alfombras rosas en el andén de Atocha desde el que partía su tren; también en la estación barcelonesa de Sants, donde esperaban más medios para unirse a la inauguración. Convocó a Hélène Valenzuela, la directora de Ouigo en España y a Christophe Fanichet, CEO de SNCF, que dieron un discurso frente a la prensa. En representación de España estuvieron, además de Pardo de Vera, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, y el secretario de estado de infraestructuras, Pedro Saura. En Barcelona esperaban Janet Sanz, concejala de urbanismo y movilidad del Ayuntamiento, y Damià Calvet, consejero de Territorio del Govern catalán.
“[Con la liberalización] ganamos todos. Ganan los usuarios, que tendrán precios más asequibles, y gana la sociedad”, dijo Saura. “Los españoles han hecho un esfuerzo muy importante invirtiendo en alta velocidad. Sería un desperdicio que esta infraestructura no tuviera un uso adecuado. Ahora tenemos que conseguir que haya un trasvase modal”. Tras sus intervenciones hubo música y unos pequeños fuegos artificiales (en el viaje inaugural de AVLO no hubo cargos políticos y las intervenciones de los directivos de Renfe fueron en el propio tren).
Dos plantas y 3 euros por el wifi
Los trenes de Ouigo tienen dos plantas y están llenos de simpáticos mensajes e ilustraciones. Como el que hace alusión a la competencia y dice que “no somos aves, pero también volamos”, o los que definen la planta baja como “tierra” y la de arriba como “cielo”.
El modelo de tren es el Alstom Euroduplex, con 509 asientos. Hay tres vagones con dos filas dobles (dos asientos normales a cada lado) y tres vagones con una fila doble y una individual. En estos últimos, los asientos son grandes, tamaño XL. Se venden más caros: al comprar el billete, puedes elegir la opción Ouigo Plus por 9 euros por trayecto más, que incluye elección de asiento, otro equipaje de mano y uno de cabina, un equipaje adicional y un acceso al servicio de entretenimiento.
En el precio del billete normal sí está incluido el equipaje de mano y en cabina; si solo quieres meter una maleta más, pagas 5 euros. Todos los asientos tienen mesita desplegable, enchufes y reposabrazos. El wifi no está incluido en el precio, cuesta 3 euros. A diferencia de AVLO, aquí sí hay vagón cafetería. Pero, como en AVLO, no está permitido llevar bicicletas. “Dejamos meter mascotas y equipajes de hasta dos metros, así que puedes meter tu tabla de surf, los esquís... Pero la bici genera un problema de seguridad. Por la configuración de los trenes, es complicado”.
Los nuevos trenes de alta velocidad competirán con AVE, con el coche y con las compañías aéreas que cubren el mismo trayecto. Pareja insiste en que su objetivo es captar clientes de coche, no al resto. “No vemos que vayamos a robar clientes a un competidor. Y la competencia contra el avión ya la hacía el operador actual. Nuestra intención es robar clientes a la carretera. Solo puedes meter a las personas en un medio de transporte eficiente y sostenible si tienes un precio competitivo”. La empresa cuenta con que las ocupaciones de estos primeros meses, aún en pandemia, no serán tan altas como a las que aspiran. “Pero estamos muy tranquilos. Este fin de semana es la recta final y la gente está comprando. Suceda lo que suceda, mantendremos cinco idas y vueltas diarias a Barcelona”.