El verano de 2022 va a ser recordado como el de la vuelta a la normalidad en el sector turístico, al menos en lo que a la ocupación hotelera se refiere. Sin embargo, hay datos que no solo apuntan que se han vuelto a alcanzar los niveles previos a la pandemia, sino que están considerablemente por encima: los precios de los hoteles. Un factor coste que ha tenido una implicación directa en la evolución de la inflación durante estos últimos meses.
El análisis realizado por elDiario.es sobre los datos de Coyuntura Turística Hotelera que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) pone de relieve que, si se ven en conjunto junio, julio y agosto, se rozan los niveles de ocupación de 2019, con un 2,8% menos de pernoctaciones en estos establecimientos y un 0,99% menos de viajeros que en el último año anterior a la COVID-19.
Además, no hay prácticamente diferencias en cuanto a la duración de las estancias porque, de media, estas se mantienen prácticamente en el entorno de las 3,5 noches, tanto en el verano de 2019 como en este ejercicio.
En cambio, si se comparan los valores, la evolución de la tarifa media diaria nacional del verano de 2022 -junio, julio y agosto- está muy por encima de los niveles previos al coronavirus. En concreto, en estos tres años ha aumentado un 16,1% y ha pasado de los 101,84 euros que se pagaban de media en el verano de 2019 a los 118,2 euros de este año.
Esta evolución de los precios medios diarios a escala nacional ha derivado en que el sector hotelero haya registrado un 14,6% más de ingresos por habitación disponible a lo largo de este verano en comparación con 2019.
Un repunte que ha sido especialmente significativo en el mes de agosto, ya que se han superado en un 16,9% los datos de ingresos de 2019, gracias a la citada evolución de la tarifa media diaria.
También hay claras diferencias con respecto a la recuperación del turismo nacional frente al extranjero. El primero ya ha superado los niveles de hace tres veranos, ya que los datos publicados por el INE indican que hay un 2,9% más de pernoctaciones de viajeros españoles que pasan aquí sus vacaciones.
En cambio, la evolución de quienes se alojan en hoteles españoles y proceden de otros países, durante los tres meses estivales, está casi un 6% por debajo de los datos previos a la pandemia.
Hay que tener en cuenta dos factores. Por un lado, que 2019 fue el mejor año del turismo en España. Es decir, se está comparando los datos de un año postpandemia, con apetito por viajar, con los mejores datos de la historia. Por otro, que el turismo procedente de países asiáticos, según han indicado en los últimos meses desde el sector, aún está lejos de recuperar el ritmo previo a la COVID-19.
Diferencias por comunidades autónomas
El análisis también permite constatar que todas las comunidades han visto crecimientos de los ingresos de sus establecimientos hoteleros, aunque no todas en la misma proporción. Donde menos han crecido, en Murcia y Madrid. Este últime es, precisamente, un mercado turístico que depende en gran medida de los viajeros asiáticos.
En el extremo contrario, Illes Balears, ha registrado un crecimiento de ingresos por habitación disponible de más del 16%, como se muestra en el siguiente gráfico.
Suben los ingresos porque en todas las comunidades autónomas se observa un crecimiento de la tarifa media diaria de los hoteles que han ofertado los hoteles. Donde más han subido precios: Andalucía (18,5%), Asturias (23%) y Baleares (17,3%).
En cambio, los menores crecimientos se han registrado en Murcia (6%), Castilla-La Mancha (6,8%) y Extremadura (9,7%).
Este detalle autonómico permite ver que, al margen de los ingresos y de cómo hayan evolucionado los precios, hay 16 provincias que ya han superado los niveles de ocupación que tuvieron en 2019.
Illes Balears, por ejemplo, no los ha superado, pero está prácticamente empatada con los datos de ocupación de hace tres años. Lo mismo ocurre con Alicante o con Cádiz. En cambio, A Coruña está un 13% por encima; y Gipuzkoa, un 14%.
Ese análisis regionalizado de cómo han variado las pernoctaciones en cada punto turístico este verano, de nuevo durante los meses de junio, julio y agosto, respecto al mismo periodo de 2019, constata que 39 de los 105 puntos turísticos analizados han mejorado sus cifras de ocupación hotelera en comparación a las del verano de 2019.
Donde más ha aumentado la ocupación es en Tarragona (20,3%), la localidad Asturiana de Llanes (19,5%) y Donostia (17,9%).
En el siguiente gráfico se puede comprobar cómo ha cambiado el turismo después de la pandemia en los distintos puntos turísticos que desglosa el INE. Y cómo ha evolucionado la tarifa media diaria (TMD) de los establecimientos hoteleros. En concreto, los puntos turísticos donde estas han sido más elevadas en los últimos tres meses de verano han sido Marbella (265,9€), Estepona (229,9€) y Donostia (203,2€).
La evolución de la ocupación y de los precios que marcan las hoteleras también conlleva tarifas en función de la categoría de los establecimientos. Si bien independientemente del número de estrellas, en todos hay subidas de precios, los de cinco y los de una estrella son los que registran mayores aumentos, próximos al 23% en la medida de junio, julio y agosto.
En cambio, los hostales y pensiones, así como los hoteles de tres estrellas han registrado las subidas de menor rango, del 13% de media.
Esta evolución ha llevado a que el sector vea de forma positiva la evolución de este verano, a pesar de que también hay nubes en el horizonte. Por ejemplo, qué pasará en otoño e invierno en un escenario inflacionista como el actual, si habrá o no apetito por viajar.
También, la situación en la que está el empleo. Turespaña, que depende del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ha publicado datos hasta julio. Ese mes, los afiliados en alta laboral vinculados a actividades turísticas aumentaron un 5,6% interanualmente, alcanzando un total de 2.702.645 afiliados a la Seguridad Social. En esos 31 días, los afiliados vinculados a actividades turísticas aumentaron interanualmente en términos absolutos en 143.524 trabajadores en alta laboral.
Una recuperación en datos de ingresos, de ocupación y de empleo que, sin embargo, también exige vigilar el modelo laboral. Este viernes, el sindicato CCOO reclamó que las empresas turísticas siguen “sin apostar por el empleo de calidad, la formación, el empleo indefinido y pagar salarios acordes con sus beneficios e incremento de precios”, indica a través de un comunicado. “Desde CCOO se reclama a la Administración una especial vigilancia, a través de la actuación inspectora y sancionadora, de la evolución de los datos efectivos de contratación fija discontinua, incluyendo el periodo de llamamiento y tiempo de trabajo efectivo, a fin de evitar que dicha figura se convierta en una 'puerta trasera' para perpetuar la precariedad del sector”, reclama el sindicato.