IAG y su consejero delegado Willie Walsh han emprendido una cruzada para convertir a Iberia en una empresa de bajos costes con la aplicación de un plan de viabilidad que exige 4.500 despidos, el 23% de la plantilla, y una rebaja salarial entre el 30 y el 35%. Plantean además una disminución de capacidad de hasta el 15% con la supresión de 25 aeronaves de la flota. Advierten que solo si se introducen hasta la médula, hasta en el ADN de la aerolínea, las esencias del ‘low cost´, se podrá asegurar su supervivencia.
El objetivo es imponer niveles salariales de mileuristas a los nuevos contratados y amortizar con un ERE los ingresos más elevados, de manera que el salario anual promedio en Iberia baje del nivel actual de 45.000 euros a 30.000. Los gastos vinculados a la remuneración de la plantilla de 56.791 trabajadores de IAG en 2011 fueron de 3.870 millones de euros. No hay datos segregados por compañías, pero los sindicatos aseguran que, en función de las cifras de 2010 y las diferencias salariales entre British y la aerolínea española, en promedio, el actual ingreso bruto por trabajador de Iberia es de los citados 45.000 euros anuales.
Sólo la fuerte oposición de los 20.000 trabajadores de la aerolínea, reflejada en un acuerdo de unidad de acción de todos sus representantes sindicales, y las advertencias de hasta cuatro ministros del Gobierno han logrado conjurar un estallido de conflictividad en los aeropuertos. No obstante, la tranquilidad está solo asegurada hasta después de la fiesta de Reyes.
Ajustes para otros
La militancia en favor de los valores del bajo coste en Iberia que practica Willie Walsh y su fiel escudero en España, Rafael Sánchez Lozano, solo parece ser aplicable en dirección vertical, de arriba a abajo. Esto es, en los salarios de los tres principales colectivos de la empresa: los trabajadores de tierra (que incluyen aeropuertos, handling, mantenimiento y corporativo), los tripulantes de cabina de pasajeros (azafatas y sobrecargos) y los pilotos. Por el contrario, la contención de costes no es una política aplicable a la cúpula directiva de IAG e Iberia y, mucho menos, a ellos mismos.
Tomando como fuente los datos publicados por la propia IAG y un articulo del Financial Times del 4 de abril 2012, Willie Walsh incrementó su salario de 2010, cuando era el primer ejecutivo de British Airways, desde 735.000 libras (896.000 euros) hasta 825.000 libras (1,006 millones de euros), coincidiendo con su nombramiento como consejero delegado de IAG. Durante su primer año al frente del holding nacido de la fusión de Iberia y British, Walsh recibió 302.000 libras (370.000 euros) adicionales en concepto de bonus por la consecución de unos objetivos “no especificados”, según el rotativo. El consejero delegado de IAG sumó en total unos ingresos de 1,376 millones de euros.
El promotor del plan de ajuste duro en Iberia, Willie Walsh, no solo no se aplica a sí mismo un salario low cost, sino que tras subirse el salario un 9% y embolsarse un jugoso bonus, deja sus ingresos en una cantidad tal que sería necesario sumar los sueldos anuales de 46 trabajadores de Iberia con el sueldo promedio, tras el plan de ajuste de 30.000 euros, para igualar sus emolumentos.
Hay que recordar que una institución nada sospechosa de propugnar el igualitarismo social como es New Economics Fundation con sede en Londres, establece que la máxima horquilla salarial en una organización empresarial debe resultar de establecer que los ingresos totales del ejecutivo que más gane no superarán la cantidad que se obtiene de multiplicar por ocho el salario medio de la plantilla. Las razones que le llevan a fijar este techo no son de justicia social sino “de eficiencia y productividad”. En su opinión, horquillas mayores solo servirán para desmotivar a los trabajadores y para impulsar a los ejecutivos a mirar más por asegurar sus propios ingresos que por impulsar los resultados de la empresa.
Los ingresos anuales de Willie Walsh no solo multiplican por 46 el salario medio de Iberia a partir de febrero, sino que multiplican también los salarios de los pilotos de la compañía a los que el consejero delegado de IAG ha acusado de arruinar Iberia con sus retribuciones fuera de mercado. Habría que sumar las remuneraciones de 42 pilotos de Iberia Express o de 12 comandantes de vuelos de corto y medio radio de la matriz o de 7 comandantes de la flota de largo radio para igualar los ingresos del primer ejecutivo de IAG.
El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez Lozano, por su parte ganó, en 2011 (según los datos de Financial Times) 625.000 euros. Sería necesario sumar los ingresos promedio de 21 trabajadores de Iberia, una vez consumado el plan de ajuste, para igualar la retribución de quien es el mayor promotor en la aerolínea del recorte de costes.