“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. A muchos, esta frase les resultará familiar. Pero son menos los que saben que pertenece a George Santayana, el pensador español formado en Harvard, profesor y amigo de importantes figuras de la filosofía y la literatura norteamericanas (T.S. Eliot, Wallace Stevens, Walter Lippmann, Gertrude Stein o Samuel Eliot Morison, entre muchos otros) y considerado uno de los protagonistas de la llamada Edad de Oro de la Filosofía de la prestigiosa universidad de Boston.
Y Santayana es también el protagonista del volumen recientemente publicado por Fundación Banco Santander en su Colección Obra Fundamental. Se trata de una selección de textos heterogéneos reunida bajo el título Una antología del espíritu y que incluye ensayos, poemas, cartas, apuntes autobiográficos y otros escritos, dispuestos de manera cronológica como un recorrido a través de todas las etapas de su obra.
El responsable de esta edición es el doctor en filosofía Antonio Lastra (Valencia, 1967), traductor y prologuista de la antología. Lastra es investigador externo del Instituto Franklin de Investigación en Pensamiento Norteamericano de la Universidad de Alcalá y director académico de La Torre del Virrey. El libro incluye un código QR que permite acceder a una serie de pódcast dramatizados, en los que pueden escucharse una selección de los textos y una entrevista a Antonio Lastra, además de una conversación entre éste y Fernando Savater, admirador de Santayana y que gusta de llamarlo el filósofo de la modestia.
Estos documentos sonoros, que completan el contenido del libro, también son accesibles desde la web de la Fundación para su descarga gratuita o su escucha directa.
Un recorrido por el humanismo clásico y el liberalismo
Muchos estudiosos no consideran a Santayana propiamente como un filósofo español, ni tampoco un genuino representante de la filosofía norteamericana, sino más bien un pensador inclasificable. Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás —su nombre completo— escribió su prolífica obra en inglés. Nacido en Madrid en 1863 y fallecido en Roma a la edad de 88 años, pasó parte de su infancia y toda su juventud en los Estados Unidos, donde se formó. Hasta los nueve años vivió en Madrid y Ávila, y en 1872 se mudó con su familia a Boston. Estudió en Harvard y allí desarrolló una carrera profesoral de gran prestigio hasta 1912, año en que tomó la decisión de retirarse, apoyado en la herencia de su madre, y regresó a Europa, donde acabó residiendo en un convento de Roma.
Santayana fue un constante defensor del humanismo grecolatino y del liberalismo. Su retirada de la cátedra de Harvard y su discreta vida conventual romana no supusieron en absoluto que se dedicara al dolce far niente o la contemplación mística. Al contrario, este ‘apartarse del mundo’ fue lo que le permitió concentrarse plenamente en su producción literaria. Durante sus cuatro décadas en Europa escribió diecinueve libros y rechazó importantes puestos académicos.
El pensador madrileño no simpatizaba con ninguno de los dos fenómenos culturales que estuvieron verdaderamente en boga durante la época finisecular y el comienzo del siglo XX: la optimista fe en el progreso moderno y la pasión por lo sobrenatural. Santayana se definía a sí mismo como filósofo materialista, de un materialismo que vivía como una suerte de, en sus propias palabras, “convicción cotidiana”. Sin embargo, estaba al mismo tiempo muy interesado en la religión y en el espíritu, lo cual puede interpretarse como paradójico.
Para Antonio Lastra, no hay tal contradicción, pues la religión ya es suficientemente materialista. “Diría que es la forma natural de pensar y de vivir: reconocer la materia, que es indestructible e inmortal, pero oscura, y celebrar sus fugaces iluminaciones. Los neurólogos contemporáneos no hacen otra cosa cuando se maravillan del cloister de la conciencia. Santayana habría recordado que, en un claustro, el cielo es la apertura fundamental”, explica.
Más de 30 años de apoyo a la cultura
En sus más de 30 años de existencia, Fundación Banco Santander ha mantenido un compromiso constante con el fomento de la cultura y el arte, hasta el punto de constituir un eje esencial de su misión fundacional, contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa, inclusiva y sostenible. La Fundación reconoce que la presente ola de intensas transformaciones de nuestro mundo hace necesaria, quizá más que nunca, una literatura libre, creativa y fecunda que sirva para afrontarla.
Por esta razón, su labor editorial no se detiene. Son ya casi 70 los títulos publicados en su Colección Obra Fundamental, que contribuye desde 1995 a la recuperación de escritores, textos desconocidos o inéditos y movimientos literarios de distintos géneros.
Esta colección se complementa desde 2012 con la publicación de los Cuadernos de Obra Fundamental, ediciones de textos breves que en su momento fueron excluidos de la bibliografía de sus autores y que aportan una visión diferente de éstos.