Rosa Escandell defiende que “otra forma de hacer moda es posible”. No solo hace tiempo que lo cree, sino que se ha decidido a demostrarlo con la firma de textil para el hogar que dirige desde el parque empresarial de Elche: Malas Meninas.
Aseguran ser lo que dicen. Y dicen creer en la revolución individual y en que la transformación del mundo empieza por nosotros y nuestro hogar: “Ponemos el motor en lo humano, sin descuidar lo demás. Combinamos con transparencia valores de competitividad empresarial, diseño atractivo y de calidad, con materiales orgánicos, respetuosos con el medio, y responsabilidad social. Queremos ser la primera marca de moda social para el hogar de Europa y serlo made in Spain, porque es importante apoyar el textil en España. Somos la traducción de valores en moda”.
La sucia ley del textil
A Puntadas es la primera empresa de inserción en el sector en la Comunidad Valenciana, que junto a Cataluña y Galicia representa el castigado centro histórico estatal del textil y la confección. Tres comunidades que notan la situación de una industria dominada por las reglas de la deslocalización, malas prácticas, explotación laboral y agresiones medioambientales, que ha sufrido sin apenas remisión la crisis. El 66 % se continúa produciendo en Cataluña, a la que siguen ahora Madrid, Andalucía y Galicia.
Las marcas basan la costura de sus prendas en salarios ínfimos, jornadas de entre 12 y 18 horas y plazos de entrega breves en países económicamente pobres como India, Bangladesh, Brasil, Egipto, México o China –que comienza a alzar sus salarios-.
Se ha pasado de unos 400.000 puestos de trabajo en los años 90 a unos 160.000 en la actualidad. En el año 2012 España contaba con 8.668 empresas textiles, un 46,4% menos que diez años antes. Sin embargo, parte del sector comienza a dar muestras de querer retornar a España un porcentaje de la producción que deslocalizó hace 20 años, ahora que la crisis y la reforma laboral han abaratado el empleo y su despido.
En A puntadas sostienen que son diferentes: “Nuestra marca es inclusiva por muchas razones: ofrecemos oportunidad de empleo a mujeres en riesgo de exclusión, integramos en nuestra cadena de producción acuerdos con cooperativas artesanas de países en vías de desarrollo, seleccionamos nuestros proveedores certificados bajo el compromiso de reducir al máximo la huella climática”.
Se posicionan en un target de clientes con nivel adquisitivo medio/alto. Su nombre quiere evocar refinamiento estético –se han inspirado en la obra de Velázquez- y apertura de mente: “Meninas porque creemos en la creatividad, la belleza, el arte y la cultura como elemento transformador así como en el oficio artesano. Malas porque rompemos con lo preestablecido, con las ataduras que limitan a las personas, abriendo oportunidades a través de los valores constructivos de las mujeres”.
2014, el año del salto de Malas Meninas
Con un pasado vinculado a la banca y al comercio exterior, Rosa Escarell “lo dejó todo” para implicarse durante quince años en el mundo de la cooperación en países en vías de desarrollo. Trabajó con el Nobel de la Paz Muhammad Yunus y puso en marcha proyectos de sensibilización y difusión de microcréditos en Bangladesh, Brasil, India o Colombia. En 2005 crea la Asociación de Desarrollo Comercio Alternativo y Microcrédito con un proyecto pionero en inserción social con la comunidad maasai en Kenya. Dos años después ve la luz en Alicante el PRM-Programa de Reinserción de Mujeres y al inicio de 2009 se abre a la moda.
La marca arranca su andadura asociada a los productos que elaboran las reclusas de Villena. Se articula a través de la empresa social propietaria, A Puntadas S.L. -un 30% pertenece a la Fundación Juan Perán Pikolinos- y la asociación PRM-Programa de Reinserción de Mujeres, dos ramificaciones de un universo que trabaja apoyando a un colectivo con dificultades sociales.
Para montar Malas Meninas contó con el asesoramiento de Charo Mora, profesora de historia de la moda y últimas tendencias de la Universidad Ramon LLull de Barcelona, y la contratación de Cristina Cusell como diseñadora principal.
El 2014 será un año clave en la expansión de la marca. En primavera, se celebrará un concurso para estudiantes de moda del IED-Instituto Europeo de Diseño de Barcelona sobre una colección cápsula inspirada en la playa y el sol de la ciudad condal. A partir de ahí, “nuestra intención es que este convenio se traslade a los IED de Roma y Londres, y que realicen una colección por año. Por otro lado, aprovechando los contactos disponibles y el apoyo de nuestro Comité de Moda, queremos colaboraciones anuales con diseñadores estrella basadas en su propia forma de entender la marca”.