Vicky Gastelo, cantante: “El mensaje en redes es poco real, para triunfar hay que matarse a esfuerzo y dejarse la vida”
En ocasiones se suele decir que obsesionarse con algo no es bueno, que puede resultar perjudicial para la salud de quien ama algo y lo lleva al máximo exponente. Este razonamiento -aunque no por ello menos cierto-, podría privar a la audiencia de conocer a algunos de los artistas más capaces y creativos del panorama. Vicky Gastelo (Torrelavega, 1975) es una de esas personas creativas que merece la pena conocer.
La cantante y compositora cántabra ha dedicado toda su vida a la música, incluso desde edades tempranas, cuando ya en el conservatorio intentaba poner letra a las composiciones del mítico Frédéric Chopin. La artista, que ha trabajado con figuras de gran renombre tanto en el panorama musical nacional como en el extranjero, ha dedicado toda su vida a hacer lo que más la gusta, disfrutando con compañeros y maravillando a oyentes con sonidos únicos. Sin embargo, Gastelo no siempre es consciente de todas las experiencias que ha vivido y todo lo que ha logrado, por lo que reflexiona sobre su carrera y sobre cómo es la vida de un compositor. “El mundo de la música es muy duro y solitario, así que la única manera de no sufrir es haciendo las cosas que realmente tengan un significado para ti, tengas éxito con ellas o no”, sostiene.
¿Cómo fueron los inicios, desde los primeros años en la música hasta su primer contrato por la multinacional Sony Music?
A mí me gustaba mucho hacer música, aunque en mi casa a todos les gustaba más el deporte. Aun así me apuntaron al conservatorio, donde tocaba piano y los Reyes Magos me trajeron también una guitarra, algo que sigo agradeciendo a día de hoy porque ambos instrumentos son muy diferentes a la hora de componer canciones. En la escuela de música llega un momento en el que no siempre quieres interpretar la partitura que tienes delante. A mí, por ejemplo, me reñía mi profesor cuando le decía que le había puesto letra a un trozo de Chopin [ríe]. De pequeña era bastante tímida y me costaba mucho expresarme, así que encontré el sitio para poder comunicarme a través de la música. Me presenté a concursos locales, los productores se fijaron en mí y ellos me ayudaron a montar una banda. Así es como suelen ascender los músicos...
Comenta que su familia tenía otras preferencias, pero que usted siempre estuvo enfocada en la música. ¿Qué ha supuesto la música para Vicky Gastelo?
La música me ha cambiado la vida y sería otra persona totalmente diferente sin ella. Siempre animo a padres y madres a apuntar a sus hijos a cualquier actividad por la que muestren interés. Cuando somos pequeños, cada uno tiene que hacer algo porque te sana, ya sea deporte, música o cualquier otro pasatiempo. Además, la música tiene su parte matemática también, hay que contar el valor de dos negras en una blanca y mucho más. Si no hubiese seguido este camino, seguramente sería maestra de colegio, que era el plan B al que me obligaron en casa, pero llega un momento en el que te tienes que decantar por tu pasión. La música también me ha abierto mucho la mente, me dio una manera para expresarme, he conocido un montón de lugares y personas, he vivido situaciones, aprendizajes y experiencias únicas, realmente soy otra gracias a la música.
Han pasado casi 15 años desde su primer álbum, 'Ahórrate las flores' (2007). ¿Qué ha cambiado en su vida desde entonces? ¿Echa la vista atrás de vez en cuando?
La verdad que a veces no echas la vista atrás, porque siempre estás mirando hacia adelante, pero la gente me habla sobre el pasado y reflexiono sobre la cantidad de cosas que he hecho. En los últimos años sí que he sido un poco más consciente de todo, porque es una profesión muy dura y solitaria, así que la manera de no sufrir es haciendo cosas que tengan un significado auténtico para ti, tengas éxito o no. Yo creo que en todos estos años me hubiese gustado no darle tanta importancia a las cosas. Cuando hago los shows de 'Pianissimo', mi compañero y yo siempre tenemos el lema de que, en realidad, nada es para tanto.
Echando la vista atrás en mi carrera, me hubiera gustado no darle tanta importancia a las cosas. Tenemos el lema de que, en realidad, nada es para tanto
Justo ahora que lo menciona, hábleme de 'Pianissimo'.
'Pianissimo' es un show muy bonito y especial que hago acompañado por mi pianista, Iñaki García. El espectáculo es como un viaje a través de múltiples canciones y de mí misma. No ha habido ningún sitio donde lo hayamos hecho y no haya acabado toda la gente en pie. En ellos intercalo poesía de mis autores favoritos como Jose Luis Borges, Charles Bukowski o Ángel González. Tanto Iñaki como yo venimos de la música clásica, aunque él ha acompañado a varios artistas de este tipo, llevábamos tiempo queriendo hacer algo con cariño entre los dos. En el show, te encuentras con detalles como que de repente empiece a cantar 'Cantinero de Cuba', que es la primera canción que aprendí a tocar con la guitarra cuando me empecé a interesar por la música.
Ha colaborado con artistas de gran renombre en el panorama musical nacional. ¿Cómo es trabajar con figuras tan consolidadas como Malú o Pastora Soler?
Para mí son compañeras, incluso desde que soñaba a dedicarme a esto las veía así. Cuando estás en el estudio todos son iguales, todos reman juntos para que la canción salga lo mejor posible. Además, yo por suerte trabajo siempre con la gente que me gusta, así que si no me gusta rechazo trabajar con ellos directamente.
También ha hecho música con artistas internacionales como la alemana Sarah Connor o el belga Frank Galan. ¿Cuál es la diferencia respecto a este tipo de colaboraciones?
Cuando escribes canciones para ti, tú te pones tus propios límites, porque ya sabes a dónde quieres ir a parar y a dónde te va a llevar, pero cuando escribes para otros artistas estás bastante condicionado. Hay veces en las que le das la canción directamente al artista y esperas que le guste, pero no suele ser lo común. Normalmente, te comentan sobre como les gustaría que escribieras y tienes que variar las premisas, porque, por ejemplo, artistas como Pastora Soler se tienen que lucir cuando cantan. Otros te exigen que tenga estribillo y un buen hook para que la pinchen en la radio. También es importante saber de qué vas a hablar, porque no siempre sabes lo que les puede interesar y en qué momento vital están. Igual les mando una canción de desamor cuando se acaban de enamorar y les puede parecer una penuria; o, por otro lado, les mandas algo alegre y se acaban de separar y no tienen la fuerza suficiente para cantar tan contentos. Por eso siempre intento utilizar lenguaje universal, pero siendo original, ahí es donde realmente está el trabajo de un músico.
Hábleme sobre 'Que se Caiga el Estadio', el último tema que acaba de publicar. ¿Cómo surge?
'Que se Caiga el Estadio' es justamente un mensaje de que los sueños hay que permitírselos. Hay muchos chavales que en su casa no veían razonable dedicarse a la música o al deporte, yo les cuento que habrá días difíciles, pero que la vida va de levantarse. El mensaje que dan influencers en redes es poco real, llega uno de muchos, para llegar de verdad es a base de mucho esfuerzo y renunciando a muchas cosas, hay que dejarse la vida. Tanto en el deporte como en la música, si te sacan un minuto como si te sacan 90, como si tienes que estar en casa concentrado y componiendo mientras tus amigos están divirtiéndose. Todo eso es real y hay días más difíciles que otros, tener un sueño y llevarlo a cabo te regala otra vida nueva, de lucha y de sacrificio pero también de ilusión.
¿Cómo es tocar en casa, ya sea en Torrelavega o en otras salas por Cantabria?
En realidad no hay muchos sitios para tocar en Cantabria, aquí no se cuida mucho eso. Cuando llaman mis amigos de fuera les digo que aquí no hay un circuito musical como podría haber en Madrid, donde hay muchos teatros y locales disponibles. En Torrelavega no conozco ningún sitio para tocar, y en Santander tengo mis amigos del Bar Rvbicón que están activando ahora algo el panorama. También está la Sala Niágara, pero poco más, no se le presta apenas atención. Es importante que haya sitios donde empezar a sentar unas bases, porque al principio te viene a ver tu familia y amigos para poder luego ir a tocar fuera con confianza. Es un mal endémico, hay pocos sitios y los pocos que hay no reciben ayudas. Es una pena y deberíamos ser mucho más exigentes con eso.
Ha participado en un gran número de proyectos, no solo como compositora y cantante, sino también para otros sectores como el publicitario. ¿Fueron muy distintas esas experiencias a componer de manera habitual para usted o para otro artista?
Hubo unos años en Madrid que colaboré con una agencia y compuse para empresas como McDonald's o Sprite, incluso para la DGT. Es completamente diferente a componer de 'normal'. Recuerdo que hice una campaña de 'I'm Lovin' It' para el aniversario de la hamburguesa Big Mac. Yo hice la letra y Justin Timberlake hizo la música, era un spot rapeado. Recuerdo que a los dirigentes les encantó la letra, pero me dijeron que no aparecía la palabra hamburguesa en todo el texto. Yo les decía que la comida salía todo el rato en la pantalla, que por qué había que mencionarla también en la letra. No hubo manera, mi agente me miró y me dijo que ya estaba sustituyendo alguna palabra por hamburguesa para el spot. Me fui al estudio cinco minutos y vimos como podíamos cambiarla. En realidad dentro del mundo de la música hay mucho trabajo y todo es muy variado.
Antes mencionaba el gran número de colaboraciones que ha hecho con artistas de gran nivel y repercusión. Sin embargo, ¿hay alguien con quien no haya colaborado y que siempre haya querido hacerlo?
Siempre digo que me encantaría escribir una canción para Ana Belén, porque la admiro mucho y me parece una dama, me encanta su voz desde siempre. Es un referente que tengo desde que era joven, cuando todavía no había muchas mujeres en el mundillo. Muchas veces uno aprende no solo escuchando la música de un artista, sino viendo también cómo manejan otros campos, cómo llevan sus carreras, cómo se posicionan, cómo se presentan en un escenario, cómo tratan su vida personal o cómo trabajan con los productores.
Hay muchas cosas que uno puede aprender de un referente. Cuando tengo alguna duda o tengo que tomar una decisión complicada, siempre me pregunto si eso lo haría Ana Belén, Van Morrison o Bob Dylan
Hay muchas cosas que uno puede aprender de un referente. Cuando tengo alguna duda o una decisión complicada, siempre me pregunto si eso lo haría Ana Belén, Van Morrison o Bob Dylan. A mí eso me ayuda a saber cómo llevar mi carrera, porque a nosotros nos proponen muchas cosas a lo largo de un mes, y a veces son ideas un poco estrambóticas. En ocasiones puede parecer divertido, pero tienes que pensar también en tu público. Yo creo que uno tiene que componer honestamente y desde el corazón, pero también es un camino que haces junto a tu audiencia y no me gustaría hacer algo que a ellos les pudiese ofender o molestar.
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