Desde hace tres años, los conductores españoles pueden personalizar la matrícula de su vehículo pero, al contrario que en EE. UU, las frases ingeniosas y los dibujos estridentes no están permitidos. En este país, dependiendo del Estado, cada conductor puede elegir el diseño y estampado de su matrícula pagando algo más que por una estándar, pero no así en España, donde tan solo se puede elegir un dibujo de fondo y una forma de placa, autorizadas por la Dirección General de Tráfico (DGT).
Desde 1900, año en que se matriculó el primer coche en nuestro país, todos los vehículos están obligados a registrarse y a llevar una placa identificativa antes de salir a la carretera. El número de matrícula es intransferible y sirve para realizar todos los trámites administrativos del vehículo hasta que el coche o moto se lleva al desguace y nunca se le otorga a otro vehículo. No llevar matrícula o que ésta sea ilegible supone una infracción grave, con una penalización de hasta 200 euros.
El formato de las matrículas en España ha variado poco desde 1900, ya que siguen siendo letras negras sobre fondo blanco. Al principio las matrículas llevaban una o dos letras que indicaban la provincia seguidas de seis números que iban aumentando de forma consecutiva. A partir de 1971, al ir creciendo el parque móvil español, los números se redujeron a cuatro cifras para incluir una letra final o dos hasta completar el alfabeto.
El cambio más grande llegó en el año 2000 cuando se creó un modelo único estatal, que incluye el logotipo de la Unión Europea en azul en la banda izquierda sobre la letra E de España seguido de cuatro cifras y tres letras consonantes – excluyendo la ñ y la q-. La supresión de las iniciales provinciales de la matrícula generó algo de polémica entre los ciudadanos y algunos optaron por tapar la E de su placa, lo que como hemos explicado más arriba es motivo de multa.
Pero, la gran modernización ha llegado con la homologación de matrículas de diseño, creadas por la empresa española de fabricación de matrículas Samar’t- que permite incluir pequeños dibujos -como una bandera de cuadros- o filigranas en el fondo de la placa de aluminio o de metacrilato, en un color tenue que permita la perfecta visibilidad de números y letras. Asimismo, la DGT ha dado permiso para que la placa tenga forma hexagonal u octogonal, pero si la matrícula es de metacrilato, sólo se puede personalizar el dibujo del fondo, no la forma. Así que si siempre has soñado con tener una matrícula original puedes optar por esta pequeña personalización de tu placa, aunque está muy lejos aún de las palabras y dibujos al más puro estilo americano.
El mercado de las matrículas personalizadas
El mercado de Internet que tiene hoy casi cualquier cosa que imagines ofrece matrículas personalizables por menos de 50 euros. Pero recuerda que en España aún no están permitidas, así que si la compras sólo te servirá para darle un toque original a tu salón, no a tu coche.
En el caso de Estados Unidos, dependiendo del Estado y de su legislación, obtener una placa propia cuesta alrededor de 200 euros. ¿Estarías dispuesto a pagar más por tener tu nombre, el de tu película o grupo favorito en la matrícula de tu vehículo? Los defensores de las matrículas personalizadas defienden que el pago extra por este capricho supondría una ganancia para el erario público que podría revertirse en carreteras o seguridad vial.
En algunos países europeos, como Reino Unido, sí se permiten este tipo de placas y tienen a la venta números de matrícula personalizados y, los más codiciados, los vende en subastas que organiza cada cierto tiempo. Hay quien se ha gastado cientos de miles de euros para que en su placa de matrícula aparezca una palabra en concreto. Pero es en países como Abu Dabi donde este capricho automovilístico ha llegado a superar el millón de euros. Caprichos en mano de unos pocos.
Desde hace tres años, los conductores españoles pueden personalizar la matrícula de su vehículo pero, al contrario que en EE. UU, las frases ingeniosas y los dibujos estridentes no están permitidos. En este país, dependiendo del Estado, cada conductor puede elegir el diseño y estampado de su matrícula pagando algo más que por una estándar, pero no así en España, donde tan solo se puede elegir un dibujo de fondo y una forma de placa, autorizadas por la Dirección General de Tráfico (DGT).
Desde 1900, año en que se matriculó el primer coche en nuestro país, todos los vehículos están obligados a registrarse y a llevar una placa identificativa antes de salir a la carretera. El número de matrícula es intransferible y sirve para realizar todos los trámites administrativos del vehículo hasta que el coche o moto se lleva al desguace y nunca se le otorga a otro vehículo. No llevar matrícula o que ésta sea ilegible supone una infracción grave, con una penalización de hasta 200 euros.