Actualmente, la carretera es el principal medio de transporte de pasajeros y mercancías en la Unión Europea. A pesar de ser muy criticadas, las autopistas de peaje dan respuesta a algunas de las necesidades de futuro en materia de movilidad y cuentan con numerosas ventajas. A continuación, te contamos algunas:
- Generan recursos económicos. El objetivo tradicional de los peajes es generar recursos para financiar la construcción y mantenimiento de la infraestructura. Tener autopistas de pago puede considerarse una oportunidad, ya que garantiza las inversiones para conservar en buen estado las vías, liberando recursos públicos para otras necesidades sociales. En el caso europeo, la conversión en peajes del 20% de las vías de alta capacidad generaría unos 4.900 millones de euros anuales y 20.000 millones de euros de ahorro en mantenimiento.
- Mejoran la movilidad y reducen atascos. Las autopistas de peaje pueden ayudar a reducir significativamente los atascos. La gestión de la demanda del tráfico a través de los peajes está cobrando ahora importancia en unas ciudades cada vez más congestionadas. Por tanto, el uso de una tarificación se considera una medida eficiente de gestionar el tráfico. En grandes ciudades como Londres o Estocolmo se ha implantado con éxito el peaje urbano, y en los accesos de muchas urbes, como Barcelona, se cuenta con carriles bonificados de uso exclusivo para vehículos con alta ocupación.
- Son más seguras. Está demostrado que las autopistas son más seguras que el resto⨠de carreteras de la red convencional. En la Unión Europea entre 2004 y 2013 disminuyó un 8% el número de personas fallecidas en las autopistas, en comparación con el 6,5% de otras carreteras. En el caso de España, según un estudio de 2015 realizado por PWC -Evaluación y futuro de las concesiones de peaje- la reducción del número de fallecidos en la red de autopistas de peaje había sido del 82,4%, en comparación con el 64,1% en el sistema de autovías de libre circulación, y con una tasa de peligrosidad total de aproximadamente la mitad que en las autovías gratuitas.
- Y menos contaminantes. Poner peajes en función de los niveles de emisión de gases contaminantes de los coches puede ser una medida de futuro para luchar contra la contaminación, ya que contribuye a desincentivar el uso de vehículos poco eficientes y fomenta su renovación por otros más beneficiosos para el medio ambiente. Esto va en la línea del principio “Quien contamina, paga”, que está en la esencia de la aplicación de la directiva europea conocida como Euroviñeta.
- Potencia del mercado y el turismo europeo. Este tipo de vías de alta capacidad ofrecen una mejor accesibilidad en todo el territorio, así como mejores condiciones de transporte por carretera, reduciendo los tiempos de viaje y aumentando el potencial de viajar. Esta accesibilidad puede aumentar el tamaño del mercado para la industria manufacturera -mejorando sus posibilidades de producción y distribución-, así como el del turismo y las actividades laborales. Un sistema de peaje modular en la UE permitirá que los consumidores paguen un precio según el uso de la red europea, consiguiendo así que el transporte por carretera sea más eficiente, más seguro y más competitivo.
Actualmente, la carretera es el principal medio de transporte de pasajeros y mercancías en la Unión Europea. A pesar de ser muy criticadas, las autopistas de peaje dan respuesta a algunas de las necesidades de futuro en materia de movilidad y cuentan con numerosas ventajas. A continuación, te contamos algunas:
- Generan recursos económicos. El objetivo tradicional de los peajes es generar recursos para financiar la construcción y mantenimiento de la infraestructura. Tener autopistas de pago puede considerarse una oportunidad, ya que garantiza las inversiones para conservar en buen estado las vías, liberando recursos públicos para otras necesidades sociales. En el caso europeo, la conversión en peajes del 20% de las vías de alta capacidad generaría unos 4.900 millones de euros anuales y 20.000 millones de euros de ahorro en mantenimiento.
- Mejoran la movilidad y reducen atascos. Las autopistas de peaje pueden ayudar a reducir significativamente los atascos. La gestión de la demanda del tráfico a través de los peajes está cobrando ahora importancia en unas ciudades cada vez más congestionadas. Por tanto, el uso de una tarificación se considera una medida eficiente de gestionar el tráfico. En grandes ciudades como Londres o Estocolmo se ha implantado con éxito el peaje urbano, y en los accesos de muchas urbes, como Barcelona, se cuenta con carriles bonificados de uso exclusivo para vehículos con alta ocupación.
- Son más seguras. Está demostrado que las autopistas son más seguras que el resto⨠de carreteras de la red convencional. En la Unión Europea entre 2004 y 2013 disminuyó un 8% el número de personas fallecidas en las autopistas, en comparación con el 6,5% de otras carreteras. En el caso de España, según un estudio de 2015 realizado por PWC -Evaluación y futuro de las concesiones de peaje- la reducción del número de fallecidos en la red de autopistas de peaje había sido del 82,4%, en comparación con el 64,1% en el sistema de autovías de libre circulación, y con una tasa de peligrosidad total de aproximadamente la mitad que en las autovías gratuitas.
- Y menos contaminantes. Poner peajes en función de los niveles de emisión de gases contaminantes de los coches puede ser una medida de futuro para luchar contra la contaminación, ya que contribuye a desincentivar el uso de vehículos poco eficientes y fomenta su renovación por otros más beneficiosos para el medio ambiente. Esto va en la línea del principio “Quien contamina, paga”, que está en la esencia de la aplicación de la directiva europea conocida como Euroviñeta.
- Potencia del mercado y el turismo europeo. Este tipo de vías de alta capacidad ofrecen una mejor accesibilidad en todo el territorio, así como mejores condiciones de transporte por carretera, reduciendo los tiempos de viaje y aumentando el potencial de viajar. Esta accesibilidad puede aumentar el tamaño del mercado para la industria manufacturera -mejorando sus posibilidades de producción y distribución-, así como el del turismo y las actividades laborales. Un sistema de peaje modular en la UE permitirá que los consumidores paguen un precio según el uso de la red europea, consiguiendo así que el transporte por carretera sea más eficiente, más seguro y más competitivo.