El sector financiero avanza hacia la sostenibilidad a toda velocidad. En 2020, la inversión con criterios ASG —Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno— aumentó en España un 21%, hasta alcanzar un volumen de 345.314 millones de euros, según el último informe de Spainsif. Con ello, los fondos ASG van arañando, poco a poco, cuota de mercado a los productos de inversión tradicionales.
En esta carrera, Santander Wealth Management & Insurance (WMI), la división del grupo Santander que engloba banca privada, gestora de fondos y seguros, ha reforzado su apuesta por liderar y avanzar en el proceso de transición hacia una economía más verde y sostenible.
Los tres pilares sobre los que se sustentan los compromisos de banca responsable del banco presidido por Ana Botín son contribuir al cambio hacia una economía verde, apoyar el crecimiento inclusivo e incorporar comportamientos y políticas en la gobernanza.
Unas aspiraciones que fueron ratificadas en la última junta general de accionistas de la entidad. “La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar las políticas energéticas y clarificar los plazos aceptables para la transición de empresas y sectores en todo el mundo, y además de acelerar las inversiones en energías renovables, para que podamos apoyar a las personas y las empresas en su transición hacia una economía verde”, señaló la presidenta del grupo español durante su intervención en la junta.
Y añadió: “Esta transición será más difícil para los países emergentes, pymes y colectivos vulnerables. Por ello serán necesarios incentivos para apoyar una transición justa, gradual, y aceptable”.
La entidad financiera se ha marcado once objetivos en banca responsable para el periodo 2019-2025 alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Entre ellos, algunos orientados a combatir el cambio climático: financiar proyectos verdes por importe de 120.000 millones de euros hasta 2025 y 220.000 millones para 2030; reducir su exposición a la minería del carbón térmico a cero para 2030; o rebajar la intensidad de emisiones de la cartera de generación eléctrica.
Un impulso a los fondos sostenibles
Dentro del grupo, Santander Wealth Management & Insurance también se ha marcado una meta propia: alcanzar 100.000 millones de euros en fondos sostenibles en 2025, una cifra muy ambiciosa que incluye fondos de inversión propios y de terceras gestoras. Actualmente, entre banca privada —Santander Private Banking— y la gestora de fondos —Santander Asset Management— gestionan 27.000 millones de euros en este tipo de activos.
Para lograr este objetivo, la división que dirige Víctor Matarranz creó a finales del año pasado una unidad propia de ASG que está incluida dentro del área de la división de Estrategia y Finanzas. Y, recientemente, ha reforzado sus equipos para impulsar esta estrategia con la incorporación de Laura Blanco como responsable global de ASG en Santander Wealth Management & Insurance; Ana Rivero, como directora de Inversiones Sostenibles; y Augusto Caro, para pilotar el proyecto en la gestora de fondos.
“Estamos firmemente comprometidos con la necesidad de apoyar la transición ecológica y contribuir a crear un mundo más sostenible. Con este refuerzo queremos dar un paso más en nuestro liderazgo en ASG, tanto en Europa como en América Latina”, ha asegurado Víctor Matarranz, responsable de la división Santander Wealth Management & Insurance.
La gestora de fondos de Banco Santander cuenta con un equipo propio de análisis ASG y ha desarrollado una metodología de rating ISR. Además, ha sido la primera gestora española en suscribir a nivel global la iniciativa Net Zero, para lograr el objetivo de cero emisiones netas de carbono en todos los activos bajo gestión en 2050 o antes.
Ya el pasado noviembre se fijó como meta la reducción a la mitad de las emisiones netas de sus activos con gestión Net Zero para 2030. Estos activos son aquellos para los que existen metodologías de medición y métricas de emisiones y para los que se han fijado objetivos de alineamiento con Net Zero Asset Managers.
También ha sido la primera entidad española con alcance global en adherirse al Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC), el organismo europeo para la colaboración entre inversores en materia de cambio climático y la voz de los inversores comprometidos con un futuro bajo en carbono, y es firmante de los Principios de Inversión Responsable (PRI) de la ONU.
Esta apuesta ya quedó plasmada en el último informe de perspectivas de la unidad que, bajo el título Invirtiendo en un mundo de transición, destacaba la necesidad de posicionarse en las oportunidades de sostenibilidad. “La presión regulatoria y de la sociedad exige un fuerte compromiso para alcanzar el objetivo de emisiones cero.
La sostenibilidad es probablemente la tendencia y la oportunidad más importante en nuestro radar de inversiones dado el impresionante nivel de flujos de inversión de los sectores público y privado que van a canalizarse para optimizar factores medioambientales“, señala el estudio.