En los últimos años, el sector del diseño de interiores y sus industrias asociadas han experimentado un crecimiento sin precedentes en nuestro país y un cambio de paradigma. Así lo revela el estudio The new habitat. Los espacios que habitamos en la realidad pospandémica, elaborado por APE Grupo en primavera de 2021, aunque realmente basta con echar un vistazo alrededor para darse cuenta de que algo está ocurriendo. Viviendas, oficinas y establecimientos a pie de calle se han transformado y, ahora, cada espacio ofrece un diálogo diferente con sus inquilinos y visitantes. Según las conclusiones del informe, este nuevo modelo busca “conciliar vida y trabajo en las viviendas, movilidad laboral en las oficinas y propuestas híbridas —a caballo entre lo digital y lo presencial— en las tiendas”. España vive un auténtico boom del interiorismo, la arquitectura, el diseño industrial, la decoración, la venta de mobiliario o las reformas, cuyo origen se remonta a las dos últimas grandes crisis.
Pero más allá del crack hipotecario de 2008 y del reciclaje profesional que llevaron a cabo muchos especialistas, la verdadera esencia de esta democratización del diseño hay que buscarla en la propia experiencia vital: “Cada vez le damos más importancia al cuidado de nuestros hogares, ya que pocas cosas mejoran tanto nuestra calidad de vida”, reivindica Marta Melián, cofundadora de Studio MO, directora de proyecto y experimentada diseñadora, quien también admite que “la pandemia ha sido la clave en este boom”. “Durante el confinamiento, todos nos dimos cuenta de la importancia que tienen nuestras casas. Son hogares y refugios y, por lo tanto, han de ser prácticos, confortables, lugares dónde apetezca volver y que contribuyan a nuestro bienestar emocional”, sostiene.
A la vez que las prioridades han ido cambiando, el mercado se ha hecho más accesible para el ciudadano medio. “La ayuda de los expertos sirve para conseguir que los resultados sean realmente los deseados. Ya no solo nos contratan aquellas personas que tienen un alto nivel adquisitivo o las grandes compañías, sino que ahora estamos al alcance de todo tipo de clientes”. Todo ello, asimismo, enmarcado en un tejido productivo consolidado: “Esta industria tiene músculo económico porque, alrededor de un buen proyecto de arquitectura, se mueven muchos oficios: desde grandes fabricantes de muebles, hasta pequeños estudios de diseño, por enumerar algunos…. Y todo este talento atrae inversión”, enfatiza la diseñadora.
España tiene un sello propio cada vez más demandado en todo el mundo. “Nuestros proyectos son trascendentes y atemporales, y somos capaces de armonizar el lujo artesanal con la sostenibilidad”. Para Marta Melián, la evidencia de este potencial es “el creciente número de españoles encabezando proyectos internacionales, aportando el toque Mediterráneo y fresco que nos caracteriza”. De puertas adentro, el mercado doméstico también crece a buen ritmo: “Ha aumentado el interés por contar con un asesoramiento profesional. En el futuro, será habitual acudir a un interiorista de la misma forma en que vamos al dentista cuando nos duele una muela”, asegura. Sin embargo, respecto al corto y medio plazo, reconoce que la incertidumbre global afecta al sector: “La inflación nos impacta de lleno porque ha subido el precio de los materiales y las obras se han encarecido un 15% de media”.
El diseño en el XXI: tendencia, sostenibilidad y tecnología
En paralelo a esta fiebre del interiorismo, el sector experimenta una importante transición. “Ocurrió algo parecido en los años 50 cuando nació el Mid Century, un estilo en el que luz, funcionalidad y estética fueron las protagonistas y que, de hecho, continúa en plena forma”. Pero ahora cualquier proyecto, además de centrarse en las tendencias más punteras y los gustos de la generación actual, ha de tener presente un factor extra: la sostenibilidad. Prueba de ello es que están aumentando significativamente, confirma la cofundadora de Studio MO.
Cada vez somos más conscientes de que la sostenibilidad es algo muy importante a tener en cuenta, diseñar espacios donde reine lo hecho a mano y con materiales naturales. Invertir en buenos materiales aislantes que conserven el calor y con inercia térmica ó elegir pinturas al agua o de arcilla.
Y es que la sostenibilidad ya es uno de los factores más determinantes a la hora de diseñar. Así lo recoge el informe ¿Cómo adoptar el diseño ético y responsable en un entorno de negocios?, realizado por la consultora EY y que repasa los beneficios y riesgos de no aplicar el diseño ético (no solo en el ámbito medioambiental, sino también social). Este texto parte, a su vez, de un reporte anual del Design Council publicado en 2002, donde ya se subrayaba que “el 80% del impacto de un producto o servicio se gesta en las primeras etapas del diseño”. Dos décadas después, esta máxima no solo sigue vigente, sino que ha adquirido más fuerza. “Ahora los diseñadores nos esmeramos en ser eficaces”, reconoce Marta Melián y pone un ejemplo: “Un diseño adecuado reduce el gasto energético y ahorra dinero”. “Todo influye —continúa—, especialmente los materiales. En Studio MO trabajamos con madera, hierro, tejidos naturales y pinturas de arcilla. No solo el resultado es más bonito, sino igualmente más sostenible y duradero”, explica.
Si bien la preocupación medioambiental caracteriza en gran medida al diseño internacional actual, hay otros dos factores que no se deben desdeñar: tendencia y flexibilidad. La diseñadora precisa que “la globalización nos permite acceder a todos los estilos decorativos del mundo y conocer de primera mano lo que viene”, no obstante, reconoce que “la clave es adaptarlos a los gustos de cada cliente”. Esta adaptabilidad marca el ritmo en Studio MO, ya que “primero nos contratan porque se sienten identificados con nuestra forma de crear espacios, pero, al mismo tiempo, sabemos adecuar cada decisión a su visión particular para convertir su proyecto en realidad”.
Esta materialización de las ideas se ve afectada de lleno por la cuarta revolución industrial. La digitalización se ha colado en los estudios, hasta el punto de que “las herramientas digitales son ahora tan importantes para nosotros como lo es el bisturí para el cirujano”, señala Marta Melián. De esta forma, destaca cómo la tecnología es fundamental en su labor diaria: “Nos permite ir más rápido y recrear de manera virtual cada diseño para que el cliente vea cómo quedará su proyecto. Esto nos ayuda a tomar mejores decisiones”. Así, del mismo modo que un doctor puede operar a corazón abierto, los actuales profesionales del diseño pueden sanar una casa desde dentro y aportarle salud al espacio más importante de nuestras vidas.