Un ingreso hospitalario no es nunca una experiencia que resulte agradable para nadie, aunque sea por motivos leves. Un entorno desconocido, un cambio de rutina y de ritmo de vida, largas esperas, informes y papeles con diagnósticos que no siempre se entienden muy bien, incertidumbre y miedo suelen derivar en una mayor carga emocional para el paciente y una elevada sensación de estrés.
Son consecuencias que corroboran diversos estudios como esta revisión, que analiza el efecto de la hospitalización y el estado emocional y psicológico de los pacientes. Los expertos concluyen en que un ingreso hospitalario afecta de forma negativa en la capacidad que tienen los pacientes para sobrellevar la situación y adaptarse y en un aumento de los sentimientos de depresión y ansiedad.
Reconocer y comprender que esto es así es un primer paso para explorar y buscar alternativas y reducir tanto como sea posible estos efectos. Si bien durante décadas se pensó poco en el diseño de las habitaciones de los hospitales —cumplían determinadas funciones pero se quedaban cortas en otros sentidos— poco a poco se ha ido avanzando hacia entornos más amables.
Bajo esta mirada, y con el fin de continuar trabajando para fomentar la cultura del respeto al paciente, los hospitales universitarios Rey Juan Carlos, Fundación Jiménez Díaz, Infanta Elena y General de Villalba , integrados en la red pública madrileña, han implementado e impulsado la Habitación Inteligente con el proyecto SmartRoom, una iniciativa que aúna los objetivos de humanización y digitalización y que adapta el diseño tradicional de las habitaciones hospitalarias al paciente y mejora la experiencia de este durante su ingreso.
Para Marta del Olmo, directora de Experiencia de Paciente de estos cuatro hospitales madrileños, SmartRoom “apuesta por promover valores como la comunicación, el respeto o la confianza, y por las nuevas tecnologías como mejor aliado para ser más eficientes, adaptándonos a cada proceso de salud, paciente y necesidades”.
Habitaciones digitales que priorizan el bienestar del paciente
Hasta hace unos años la experiencia tradicional del paciente era aquella en la que este tenía poco control sobre cualquier aspecto relacionado con su estancia en el hospital. Sin embargo, con la implementación de las habitaciones inteligentes como las de estos centros madrileños, una iniciativa que se basa en su aplicación, el Portal del Paciente, se reúnen las capacidades de las distintas plataformas tecnológicas del hospital para optimizarla.
En ellas, el paciente tiene acceso a su información general y asistencial, se favorece el aprendizaje sobre su enfermedad y la educación sanitaria, además de que fomenta el autocuidado y empoderamiento del cuidador y ofrece un entorno más agradable. Todo ello gracias a la presencia de elementos tecnológicos como red de comunicación WIFI, tablet en la habitación, dispositivos wearables o red loT de integración de estos dispositivos, integrados con el Portal del Paciente.
Para que todo este proceso de humanización de los ingresos hospitalarios llegue de la forma más sencilla al paciente, desde la tablet de la habitación le da la bienvenida un vídeo explicativo y personalizado en el que una enfermera avatar explica cuáles son las herramientas digitales que puede encontrar en la SmartRoom. Y, si es necesario, el personal de hospitalización puede completar esta información y ayudar a despejar dudas.
De acuerdo con Mayra Castelo, responsable del Servicio de Experiencia de Paciente en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, los beneficios de este tipo de habitaciones se dividen en seis grandes grupos: información general y clínica; monitorización del paciente; salud y educación sanitaria; entretenimiento y ocio; aula educativa y, sobre todo, comunicación activa con los profesionales.
Comunicación centro-paciente, el eje vertebral de las ‘SmartRoom’
La comunicación efectiva es esencial en cualquier ámbito, pero lo es aún más en el cuidado de la salud. Porque una mala comunicación puede tener consecuencias graves y afectar de forma negativa al paciente. Según recoge el estudio Malpractice Risks in Communication Failures, un 30% de las reclamaciones hospitalarias se deben a la falta de comunicación, lo que puede dificultar el diagnóstico o que el tratamiento no se cumpla de la forma correcta.
En este sentido, si hay algo que realmente mejoran las habitaciones digitales es que facilitan la comunicación entre el usuario y el centro, por tanto, transforman la relación médico-paciente.
A este respecto, Castelo admite también que “nos apoyamos en el soporte de las tecnologías de la información para ofrecer nuevas formas de interacción, mejorar la información y la relación médico-paciente y familia”. De la mano de la tecnología, se prioriza que sean los resultados, las inquietudes o las necesidades del paciente lo que marque el tiempo de atención al paciente “y no los trámites burocráticos o los hábitos”, reconoce Del Olmo.