La cirugía robótica, un concepto que podría sonar a ciencia ficción pero que no lo es, ha avanzado mucho en los últimos años y está allanando el camino de las intervenciones quirúrgicas. Su origen se debe en gran parte a las tecnologías de cirugía mínimamente invasiva que la precedieron, como la laparoscopia, que hace unos 30 años supuso un antes y un después de la cirugía.
Da Vinci es el nombre de uno de los robots más conocidos en los quirófanos de todo el mundo y de España. El sistema Da Vinci Xi, una de las últimas y más recientes evoluciones de la cirugía mínimamente invasiva que se consolida como modelo de cirugías robóticas, es un gigante de cuatro brazos que resuelve intervenciones de alta complejidad que requieren un alto grado de precisión.
Entre otras ventajas, se pone al servicio tanto del cirujano como del paciente, porque tras su apariencia de un sofisticado sistema con un infinito tejido de cables y torres mecánicas, permite a los cirujanos examinar, de forma minuciosa, el área que están operando.
Quirófanos con brazos quirúrgicos y cámaras especiales
Los sistemas quirúrgicos Da Vinci avanzan en la cirugía mínimamente invasiva en un amplio espectro de procedimientos quirúrgicos. Están diseñados para permitir que los cirujanos usen sus habilidades de la manera más efectiva posible. Es una asociación que beneficia tanto al médico como al paciente.
De la mano de brazos quirúrgicos, cámaras especiales y consolas quirúrgicas, la cirugía robótica también se ha asociado a un menor uso de recursos hospitalarios porque la durada de la estancia de los paciente es menor, según un estudio realizado sobre el impacto de la robótica en el enfoque quirúrgico de la histerectomía benigna publicado en International Journal of Medical Robotics and Computer Assisted Surgery.
El robot Da Vinci Xi cuenta con una serie de ventajas únicas, como una visión superior que permite al cirujano visualizar una perspectiva en tres dimensiones. Al permitir un acceso eficaz a través del abdomen o el tórax, este sistema amplía las funciones básicas del anterior Da Vinci, incluidos instrumentos de muñeca, visualización tridimensional (3D) de alta resolución con opciones de gran aumento y un campo operativo muy estable y diseño ergonómico.
El cirujano tiene el 100% del control del sistema Da Vinci asistido por robot, que traduce los movimientos de su mano en otros más pequeños y precisos de diminutos instrumentos que le permiten lograr movimientos extremadamente precisos.
Usando controladores que parecen sofisticados videojuegos, los cirujanos expertos pueden usar este sistema de alta tecnología para realizar procedimientos complicados con resultados a menudo mejores para los pacientes.
Mayor precisión quirúrgica, mayor rango de movimiento, destreza mejorada, visualización precisa y acceso mejorado son algunos de los principales beneficios de esta tecnología. Unas ventajas que repercuten de forma directa en el paciente, como mejor recuperación postoperatoria, menos cicatrices, menos dolor y riesgo de infección y un regreso más rápido a las actividades diarias.
Áreas médicas que se benefician del sistema Da Vinci Xi
La Fundación Jiménez Díaz lleva tres años y medio utilizando el sistema quirúrgico da Vinci Xi, que se ha aplicado ya a cirugías de múltiples áreas. Hasta el momento, las áreas que se han beneficiado de este avance son las de Urología, Cirugía Torácica y Cirugía General y Digestiva, a las que está previsto que se les una, más pronto que tarde, la Otorrinolaringología.
Desde que se empezó a aplicar el Programa de Cirugía Robótica en marzo de 2019, los expertos del hospital madrileño de las distintas áreas ya han realizado más de 500 operaciones con esta plataforma con muy buenos resultados. En Urología, por ejemplo, una de las que cuenta con más número de operaciones con esta técnica (un 45% del total), “permite reducir el impacto de la intervención en el paciente, con menor dolor, tiempo de hospitalización, necesidad de transfusión y convalecencia” afirma el Doctor Ramiro Cabello, jefe asociado del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz.
Por su capacidad para afrontar cirugías complejas, la plataforma Da Vinci Xi ha demostrado ser muy útil en cirugías oncológicas complejas como la prostatectomía radical.
Otra de las áreas que se benefician de esta tecnología es la Cirugía General y Digestiva —con un 40% de intervenciones robóticas, aproximadamente—, en concreto el cáncer de recto, de colon con linfadenectomías más amplias así como enfermedades del hígado y páncreas. Esta tecnología permite dar respuesta a nuevas indicaciones, como “problemas de la pared abdominal y resecciones transanales en cáncer de recto, así como patologías del suelo pélvico, obesidad y de estómago con excelentes resultados”, admite el Doctor Miguel León, especialista del Servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital madrileño.
El nuevo ayudante de los quirófanos de este hospital también ha favorecido la cirugía torácica, que se beneficia sobre todo de materiales como las endograpadoras robotizadas, que permiten “hacer las cirugías más complejas de manera autónoma”, reconoce el Doctor Ignacio Muguruza, jefe del Servicio de Cirugía Torácica de la Fundación Jiménez Díaz. Tumores de pulmón y pleura y otras lesiones benignas son otras patologías que se han tratado con Da Vinci Xi.
En una investigación publicada en la revista especializada en Medicina, JAMA, los expertos han demostrado que la cirugía robótica no solo ha permitido reducir la estancia en el hospital y los reingresos y mejorar los niveles de condiciones física y calidad de vida de los pacientes operados de cirugías abdominales importantes, incluidas la colorectal, gastrointestinales y ginecológicas. También han dado con un hallazgo más, como la reducción de los coágulos sanguíneos.
Como vemos, poco a poco, y gracias a intervenciones como las descritas, se van conociendo más detalles sobre la cirugía robótica, sus componentes, particularidades y desafíos, información fundamental para afrontar tan enorme evolución.