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¿Alergia o resfriado? Ocho cosas en las que fijarnos para diferenciarlos

Los expertos en alergias ya lo han avisado: esta primavera será especialmente dura para los alérgicos españoles. La conjunción de un otoño especialmente húmedo en el mediterráneo y la bonanza de un invierno muy cálido, seco y soleado, provocan que el aire que respiremos está hasta los topes de polen.

En consecuencia, todos aquellos órganos que contengan mucosa se verán afectados: ojos rojos, narices tapadas, estornudos, cansancio, dificultad para respirar, dolor muscular o incluso cambios de temperatura… En las personas más reactivas, los síntomas pueden llegar a ser tales que no quede claro si se padece una alergia o un resfriado, especialmente cuando empiecen las primeras lluvias primaverales y la atmósfera se refresque.

¿Cómo distinguirlos si tienen una sintomatología parecida?

Las doctoras Lourdes Arochena y Mar Fernández, alergólogas de la Fundación Jiménez DíaFundación Jiménez Díaz, han desarrollado una tabla diferenciadora para clarificar qué señales muestran las personas aquejadas de alergia al polen, y cuáles son las que distinguen a las que padecen un resfriado. Las facultativas explican que con frecuencia en esta época del año “atendemos en consulta a pacientes que en ocasiones llegan con dudas sobre si el cuadro que presentan es por un simple resfriado, una gripe o algún tipo de alergia”.

“En todos los casos el paciente presenta mocos y estornudos, y en muchos casos incluso recuerda que en años anteriores ha presentado algún cuadro similar”, prosiguen, no sin antes subrayar que también en invierno se produce este tipo de confusiones: “la alergia al polen no se limita a la primavera, tenemos partículas de polen en el ambiente todos los meses del año, variando la especie y concentración en función de la localización geográfica; así, en Madrid, por ejemplo, en los meses fríos de diciembre a marzo hay una alta concentración de polen de la familia de las cupresáceas (ciprés, arizónicas, enebro) y, en cambio, en marzo y abril podemos encontrar polen del platanero de sombra en el Mediterráneo”.

Por lo tanto, el peligro de confusión persiste durante cualquier época y es importante saber distinguir entre uno y otro trastorno, puesto que así los médicos podrán darle el tratamiento adecuado sin confusiones ni, lo que es más importante, dilaciones que hagan que el proceso se agrave. En el caso del resfriado se trata de evitar que derive en una sinusitis, una bronquitis o una neumonía, y en el de la alergia de contrarrestar lo antes posible la merma de la calidad de vida. 

“Esto es de especial importancia en los niños, para evitar que reciban tratamientos inadecuadoy para asegurar que puedan proporcionarles atención inmediata en el caso de una crisis alérgica”, aseguran las alergólogas de la Fundación Jiménez Díaz, que explican que “la mejor manera de distinguir estos procesos en los menores es el picor de nariz: en el cuadro catarral es leve, pero en la rinitis alérgica es intenso, muy molesto y persistente, por lo que puede alterar mucho la calidad de vida del niño, afectando incluso a su rendimiento escolar, al sueño e incluso a la relación social”.

La rinitis afecta a uno de cada tres niños, siendo más frecuente en menores de cinco años, y con frecuencia se confunden los cuadros catarrales virales con cuadros de alergia. En cuanto a los adultos, aunque la diferenciación puede ser más evidente, no siempre es posible estar seguros, por lo que las siguientes ocho claves elaboradas por las doctoras Arochena y Fernández pueden ser de gran ayuda.

Las ocho claves para distinguir la alergia de los resfriados

  1. La mucosidad: en la alergia la mucosidad es “clara, líquida, transparente”; en el resfriado por contra aparece “densa o espesa, amarilla o verdosa”
  2. El picor: en la alergia el picor de ojos y de nariz está presente; en el resfriado es “ausente o muy leve”, según las doctoras.
  3. El lagrimeo: mientras es muy frecuente en las alergias, está casi ausente en los resfriados.
  4. Los estornudos: “frecuentes y agrupados” en las alergias y “casi aislados” en los resfriados.
  5. La fiebre: aunque no tiene por qué presentarse en el caso de los refriados, está totalmente descartada en las alergias: si hay fiebre, es resfriado infeccioso.
  6. La tos: si aparece en las alergias, es seca. En el resfriado está apañada de mucosidad.
  7. La rapidez de manifestación sintomática: en caso de alergia aparecen de forma súbita, en menos de 24 horas, y en los resfriados su manifestación es mucho más lenta.
  8. La duración: las alergias tienen una duración prolongada, mientras que el resfriado no suele durar más de una hora.