Leche con principios: así es el camino hacia la sostenibilidad láctea

Ricardo Arnaiz

“Cada vez que eliges lo que compras y lo que comes, estás votando por el tipo de mundo que quieres”, asegura Anna Lappé, experta en sistemas alimentarios, defensora de la alimentación sostenible y autora de libros como Diet for a Hot Planet. Y lo dice no solo por el proceso de producción que conllevan los alimentos, sino también por la forma en la que llegan a nuestras casas.

Desde hace décadas el plástico ha sido uno de los envases preferidos por la industria alimentaria, dada su ligereza y practicidad, pero las tendencias están cambiando y el plástico de ahora poco tiene que ver con el plástico que se empleaba antes. Lo demandan los consumidores, lo requiere el planeta y las empresas se suman, conscientes de que para cubrir las necesidades de la población actual y garantizar las de las generaciones futuras, es fundamental impulsar la sostenibilidad de los alimentos por dentro y por fuera.

Es el objetivo de la nueva botella de Leche Pascual, que está hecha al 100% a partir de otras botellas, lo que supone una clara muestra de su compromiso. Con este paso, la compañía pasará a reducir sus emisiones en un 28,7%, exactamente 395.106 kg de CO2 cada año, lo que equivale a lo que emite un coche al dar 58 vueltas al mundo, o al CO2 que pueden absorber 4.782 árboles a lo largo de 30 años.

Cada minuto se vende un millón de botellas de plástico en todo el mundo y cada una de ellas tarda unos 450 años en descomponerse. De manera que se hace necesario que las marcas sobre las que recae parte de esta responsabilidad tomen cartas en el asunto, apuesten por la circularidad y apliquen el principio de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar, poniendo especial atención al abandono de residuos plásticos. Como Bezoya que se comprometió a llegar a final de 2021 utilizando únicamente botellas de plástico reciclado, y así fue.

Botellas hechas de otras botellas

Gracias al proceso que permite la recuperación y reciclaje de las botellas de plástico el futuro de su material puede ser infinito, y tras su consumo basta con depositar el envase en el contenedor amarillo para que sea recogido, reciclado y transformado para que pueda ser empleado en la fabricación de otra botella. Este concepto bottle to bottle, o de vidas infinitas de las botellas, hace que Pascual pueda devolver al ciclo 7,5 millones de botellas de 1,5 litros, lo que supone dejar de utilizar 315 toneladas de plástico virgen al año.

El reciclado de las botellas de plástico y su transformación en nuevas botellas es un éxito de economía circular. Las botellas hechas de botellas dan un respiro al planeta en la lucha contra el cambio climático, mientras que el consumidor sigue disfrutando de una leche cada vez más sostenible.

“Nuestro compromiso y responsabilidad para con las personas y el entorno no se limita a ofrecer productos de calidad, sino que extiende a toda la cadena de valor láctea, preocupándonos por el impacto que nuestra producción y distribución puedan tener en el medioambiente, en las personas y en el conjunto de la sociedad”, afirma Natalia Fernández, directora del Negocio Lácteo de Pascual. Desde hace más de 50 años, Leche Pascual ha formado parte de la rutina diaria de millones de hogares españoles. 

Leche sostenible por fuera y por dentro

La nueva botella transparente fabricada con plástico 100% reciclado es uno de los grandes hitos del proceso de Pascual en busca de la sostenibilidad, pero es solo parte de un ambicioso proceso mucho más complejo en el que se cuida toda la cadena de valor. Desde el productor hasta el consumidor final, buscando siempre ofrecer un producto sostenible, responsable y de la máxima calidad.

El cuidado de las vacas es fundamental, son las grandes responsables de los matices de la leche y su bienestar es garantía de calidad. Por eso en 2018 Pascual certificó todas sus granjas con el sello de Bienestar Animal, Welfare Quality®, el más alto estándar europeo para las evaluaciones en granja de vacuno lechero, convirtiéndose en el primer gran fabricante en hacerlo de la mano de AENOR. El Premio PRAN, obtenido por la compañía arandina en 2022, reconoce su Programa de Seguridad Alimentaria, Medioambiente, Salud y Bienestar Animal en las granjas que proveen de leche a la compañía.

Y otro dato esclarecedor es el hecho de que el 85% de los ganaderos lleva más de 15 años trabajando con Pascual, por lo que demuestra la buena relación entre la compañía y sus proveedores. Para seguir fortaleciendo sus lazos, Pascual trabaja con ellos en programas de eficiencia productiva ayudándoles a rentabilizar y mejorar su negocio y, al mismo tiempo, fijando población en el medio rural y apoyando las economías locales. Iniciativas como las becas a los hijos de los ganaderos, para que continúen el negocio familiar, y el hecho de comprar leche de origen 100% español, sobre todo de municipios de menos de 40.000 habitantes, son buenos ejemplos de su apoyo a los pueblos de la España vaciada.