Dos proyectos de emprendimiento ponen el cine y la gastronomía al servicio de personas con discapacidades
Iratxe Quintana, directora y productora de cine, y Patricia de Luna, gestora cultural, se decidieron a impulsar La Barraca de Cine, una idea de negocio que perfecciona, si cabe, la idea de Federico García Lorca de acercar la cultura a los pueblos rurales de España, ya que tiene en cuenta a las personas con discapacidades auditivas y visuales. La compañía se dedica a ofrecer sesiones de cine inclusivo a municipios de la España vaciada que carecen de salas de exhibición y ya han llegado a más de 70 localidades.
Su modelo de negocio, no obstante, conllevaba una inversión inicial de varios miles de euros de los que no disponían —en parte para conseguir los equipos técnicos, la construcción del cine móvil, y la tecnología necesaria para permitir que las personas con discapacidades sensoriales puedan disfrutar del cine—, por lo que vieron en la solicitud de un microcrédito una alternativa para conseguir buena parte de la financiación. La compañía es ya una realidad y, a tenor de la respuesta recibida por parte del público, espera consolidarse e ir llegando a cada vez más rincones de España.
Por su parte, Leticia y Sara son dos hermanas de Vigo que estuvieron años dedicadas al cuidado de sus hijos, afectados de una discapacidad que les obliga a seguir una dieta muy estricta. Durante ese tiempo, acumularon una valiosísima experiencia en los fogones que el año pasado decidieron trasladar a Maranatha, un establecimiento de comida casera para vegetarianos, veganos e intolerantes al gluten donde vuelcan todo su conocimiento en este tipo de dietas y recetas. La idea de emprender les rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, pero no fue hasta que repararon en la opción de pedir un microcrédito cuando decidieron atarse el delantal fuera de casa y montar un negocio. Hoy Maranatha, situado en el número 20 de la Avenida da Florida de Vigo, es uno de los máximos reclamos para familias y niños con intolerancias que no quieren renunciar a disfrutar de pan, pizza, croquetas, lasaña o una deliciosa tortilla casera.
Sueños materializados
Soñar es gratis, pero a veces cumplir los sueños cuesta algo más. Hay quien sueña con llevar cine inclusivo a los pueblos de la España vaciada, hay quien sueña con montar un restaurante para que personas con intolerancia puedan disfrutar de ricas comidas. Los proyectos de Iratxe y Patricia y de Leticia y Sara tienen en común que MicroBank, el banco social de CaixaBank, ha contribuido a financiarlos, al igual que ha conseguido que hasta un total de 107.000 se materializaron el año pasado gracias a haber destinado 953 millones de euros a financiación con impacto social en 2021. Se trata de una cifra récord, tanto en número de operaciones como en volumen de financiación y supone un crecimiento del 5,6% respecto al ejercicio anterior, que ya fue excepcionalmente elevado como consecuencia de la pandemia.
Una de las grandes áreas de actividad de MicroBank, la relativa a la concesión de microcréditos para autónomos y microempresas, se saldó en 2021 con un total de 15.221 operaciones en España que han derivado en pequeñas grandes gestas por parte de sus protagonistas. Un estudio de decoración, una operadora de telecomunicaciones, una firma de geles hidroalcohólicos aromáticos, una plataforma de orientación profesional… Son solo algunos ejemplos de los heterogéneos casos de éxito fruto de la ambición de emprendedores de todas las edades y de todos los rincones del país, que han conseguido promover o consolidar una idea de negocio a través del asesoramiento y la concesión de un microcrédito. Tal y como afirma Juan Carlos Gallego, presidente de MicroBank: “es un orgullo para MicroBank poder contribuir a la creación de riqueza y bienestar ofreciendo financiación a proyectos que rebosan talento e ilusión, especialmente en un contexto de complejidad económica y social”.
Apoyo a las familias
Además de arropar a emprendedores, a lo largo de 2021 MicroBank ha focalizado sus esfuerzos en apoyar a las familias con menos recursos y dificultades con acceso al crédito. De hecho, este segmento de actividad fue el que más creció el año pasado, con la concesión de 86.859 microcréditos a este colectivo para hacer frente a necesidades puntuales, un 28% más. La financiación ascendió a 547 millones de euros, cifra que representa un incremento del 46% respecto a 2020. El importe máximo de los microcréditos familiares es de 25.000 euros. “Uno de nuestros objetivos es promover la inclusión financiera y facilitar el acceso al crédito a las personas vulnerables, por lo que en un año todavía marcado por la pandemia hemos puesto el acento en las necesidades de las familias”, señala Cristina González Viu, directora general de MicroBank.
MicroBank dispone también de líneas específicas para sectores con impacto social a través de las cuales contribuyó a materializar 5.142 proyectos en España el año pasado. En total se destinaron 210 millones de euros —un 36,4% más— a este capítulo y cristalizaron 5.142 proyectos de economía social, educación, emprendimiento, innovación y salud que generan un impacto positivo en la sociedad.