Imagínate que un ciclón destruya tu casa. Ahora imagínate que en tu pueblo comienza un conflicto armado. Y por último, que llega una pandemia, a la que no puedes hacer frente porque ya lo has perdido todo. Esta es la situación en la que se encuentran más de dos millones y medio de personas en Mozambique, que se han visto forzadas a dejar sus casas y necesitan ayuda humanitaria urgente.“En este momento no sé dónde está mi familia. Busco a mi madre, mis hermanos, mi mujer”, contaba Alou, un mozambiqueño desplazado por los ataques en Palma, el pasado abril desde un centro de refugiados de Acnur. “¿Eso que va generar? Un impacto acumulativo y devastador”, explica la jefa de la oficina de ACNUR en Pemba, al norte del país.