Desde que a finales de febrero comenzase la guerra en Ucrania, se estima que casi cinco millones de personas se han visto obligadas a huir del país, según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, en lo que se considera el mayor flujo de refugiados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Según las estimaciones de la Oficina de Naciones Unidas para la coordinación de Asuntos Humanitarios, este conflicto podría provocar 7,5 millones de refugiados nacionales, afectaría a 18 millones de personas y otros 12 millones necesitarían ayuda sanitaria. Además, se calcula que en torno a 5,5 millones de niños y niñas siguen dentro del país y de ellos, 2,5 millones se han convertido en refugiados internos.
Ante esta emergencia humanitaria, las entidades de nuestro país buscan la mejor manera de ayudar e intentar paliar las difíciles situaciones de las personas afectadas por este conflicto. Es el caso de la Fundación “la Caixa” que ha puesto en marcha diferentes iniciativas solidarias, con una dotación global de 6 millones de euros, y cuyos proyectos están orientados a los colectivos más vulnerables, desde niños a familias pasando por los desplazados que han huido del país.
Fundación “La Caixa” con UNICEF
Es el caso por ejemplo de la alianza llevada a cabo con UNICEF que ha enviado ya más de 1.200 toneladas de suministros de emergencia para los menores afectados por la guerra y sus familias. Estos envíos contienen suministros de agua, saneamiento e higiene, así como material médico, medicinas, kits para partos o equipos quirúrgicos, sin olvidar también kits recreativos y de desarrollo de la primera infancia.
Por eso, la Fundación “la Caixa” quiere apoyar esta labor mediante una aportación de un millón de euros. Una cantidad que permitirá a la organización cubrir necesidades básicas de salud y nutrición, así como aquellas relacionadas con agua o saneamientos debido a la destrucción de viviendas, orfanatos, centros de salud o depósitos de agua. En definitiva, una contribución que permitirá reforzar el trabajo de UNICEF en materia de protección social y apoyo económico a las familias ucranianas que lo han dejado todo atrás, incluida su fuente de ingresos.
Además, teniendo en cuenta que una de las líneas de acción prioritarias de UNICEF es la educación, su labor también se ha centrado en conseguir que 3 millones de menores puedan reanudar su aprendizaje vía online a pesar del cierre de los centros educativos.
En cuanto a las familias, otro de los proyectos puestos en marcha es el de acogida de familias de Ucrania. Esta iniciativa, conocida como Familia necesita familia, llevada a cabo junto con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y que permite detectar y acompañar a familias de Madrid, Málaga, Barcelona y Murcia que quieren acoger a personas desplazadas por la guerra.
Apoyo a ACNUR y Cruz Roja
Ante esta crisis de desplazados, la Fundación “la Caixa” ha aportado un millón de euros a ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados, con la que la fundación colabora desde 2002). Esta contribución, que se dirigirá prioritariamente al programa de ayuda en efectivo con fines múltiples (MPC) de ACNUR, se destinarán principalmente a cubrir las necesidades más básicas de los desplazados, especialmente en aquellos países fronterizos para los que la situación representa un mayor reto, como son Polonia y Moldavia. Y es que, según la Agencia para los refugiados, cada día huyen de Ucrania más de 150.000 personas, principalmente mujeres y niños.
Para potenciar tanto la atención a los desplazados internos como a las personas acogidas en España a causa del conflicto, la Fundación “la Caixa” ha apoyado también a la Cruz Roja, aportando 1,5 millones de euros. Esta contribución se empleará principalmente en tres líneas de actuación: promover la integración sociolaboral de los refugiados en España a través de planes personalizados; facilitar traslados sociosanitarios (en vehículos medicalizados, ambulancias, transportes adaptados o avión) de personas en situaciones de extrema vulnerabilidad que vayan a ser acogidas en España; y, en tercer lugar, atender a los desplazados internos en la región suroeste de Ucrania y la frontera con Rumanía.