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Atragantamientos: por qué no deben solucionarse nunca con unas palmadas en las espalda

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El tracto respiratorio asegura el paso del aire desde la boca y la nariz hasta los pulmones. Puede suceder, sin embargo, que este paso quede interrumpido por alguna circunstancia, en la mayoría de los casos por la presencia de un pequeño trozo de alimento que ha quedado atascado. Un problema que puede llegar a complicarse y tener fatales consecuencias.

Se calcula que en España mueren por atragantamiento unas 2.300 personas cada año, situándose así en la tercera causa no natural que más muertes provoca a lo largo del año, por delante incluso de las muertes provocadas por accidentes de tráfico, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

¿Cómo podemos reconocer las señales de que alguien se está ahogando? ¿De qué manera debemos actuar en una situación como esta? 

Qué son los atragantamientos

El atragantamiento es una obstrucción, total o parcial, de la vía aérea, ya sea por la presencia de un objeto o de un trozo de comida. Muchas veces los atragantamientos se producen durante una comida, cuando sin darnos cuenta estamos hablando o riendo y comiendo a la vez.

Cuando se realiza una gran inspiración, el cuerpo extraño puede desviarse de su camino habitual y, en lugar de tomar el tracto digestivo normal (esófago), entra en el tracto respiratorio, en este caso la parte superior de la tráquea. 

La tos suele ser la respuesta que nos da el cuerpo para despejar las vías respiratorias, por lo que puede ser un signo de obstrucción parcial de estas. Una persona que tose aún puede respirar. En cambio, en una obstrucción completa, la vía aérea está totalmente bloqueada. En este caso, la persona no puede respirar.

El Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP) advierte que si no se resuelve en pocos minutos, puede conducir a una disminución muy importante de oxígeno en la sangre, que provoca una pérdida del conocimiento y que llevará a una situación de parada cardiorrespiratoria y muerte cerebral.                                              

Cómo actuar en caso de una obstrucción de la vía aérea en adultos

Dar palmadas en la espalda a alguien que se ha atragantado es un gesto casi instintivo. Sin embargo, lejos de ayudar, estos golpecitos podrían empeorar la situación porque corremos el riesgo de mover el objeto a una mala posición. Tampoco debemos ingerir nada (ni agua, ni pan rallado pensando que esto solucionará el problema) porque podría entorpecer aún más las vías respiratorias.

Las acciones de rescate son distintas en función del tipo de atragantamiento. Ante un caso de obstrucción parcial de las vías aéreas, la persona puede toser –lo que significa que entra y sale aire, aunque sea poco– y hay que animarla para que siga tosiendo con la máxima fuerza posible, hasta que se solucione la obstrucción y para que no derive en una obstrucción total.

En estos casos parciales deberemos estar atentos a ciertos signos como que la persona no pare de toser, que la tos sea muy débil y que no mejore la respiración. En este caso es mejor llamar al 112.

¿Qué ocurre cuando la obstrucción es total?

La persona no puede hablar, ni respirar ni toser. Se trata de una situación crítica frente a la que debemos actuar con rapidez porque el aire no circula y el cuerpo ya no puede desencadenar un reflejo de tos.

Según el CERCP, las guías internacionales americanas y europeas para la desobstrucción de la vía aérea recomiendan, tanto en adultos como niños mayores de un año que estén conscientes, realizar cinco golpes interescapulares –entre los omoplatos con el talón de una mano– y cinco compresiones abdominales.

La maniobra de Heimlich, como muestran aquí los expertos de la Cruz Roja, consiste en situarnos por detrás de la persona y poner los dos brazos alrededor de la parte superior del abdomen de la víctima; inclinarla hacia adelante; situar el puño cerrado unos centímetros entre el ombligo y la caja torácica; agarrar el puño con la otra mano y tirar bruscamente hacia dentro y hacia arriba.

Si, tras cinco compresiones abdominales la obstrucción no se soluciona, alternar los cinco golpes en la espalda con las cinco compresiones abdominales hasta que se resuelva. Si, por el contrario, la persona queda inconsciente y no respira, hay que avisar al SEM e iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

¿Qué ocurre si estamos solos?

Si somos nosotros mismos los que nos atragantamos, estamos solos y el cuerpo nos permite toser, podemos inclinar el cuerpo hacia delante. En los casos más graves es posible realizar la maniobra de Heimlich a uno mismo colocando el puño sobre la parte superior del abdomen y cubriéndolo con la otra mano. Con un apoyo sólido –el borde de una mesa o el respaldo de una silla– nos inclinamos sobre él. 

Qué hacer en caso de atragantamientos en niños

En el caso de que sea un niño el que se ha atragantado deberemos tener en cuenta que, si es leve, podemos ayudarlo a toser, un mecanismo efectivo para evitar el paso a zonas de la vía respiratoria inferior. En caso de atragantamientos más severos, también llevaremos a cabo la maniobra de Heimlich, que adaptaremos a la estatura y peso del niño. 

Para que sea más efectiva, podemos arrodillarnos detrás del niño y, una vez detrás, rodearlo con los brazos, igual que haríamos con un adulto, y localizar el plexo solar.

En lugar de poner los puños cerrados encima de la boca del estómago pondremos una mano en forma de cuchara y la otra mano encima. En esta posición realizaremos cinco compresiones vigilando que el niño no levante los pies del suelo.

En bebés menores de un año debemos colocarlo boca abajo sobre el antebrazo o sobre las rodillas y darle golpes en la espalda, entre los omóplatos, con la mano hueca, suaves pero firmes, según insiste la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL).

Cómo podemos prevenir los atragantamientos

Reducir el riesgo de obstrucción es posible con estas simples acciones:

  • Masticar bien los alimentos antes de tragarlos.
  • Comer despacio y con calma.
  • Evitar hablar, reír, caminar y hacer cualquier otra actividad mientras masticamos.

En el caso de los niños, desde la Asociación Española de Pediatría aconsejan prestar atención a los siguientes puntos:

  • Evitar que los niños jueguen, corran o caminen cuando tengan comida y juguetes en la boca. Es recomendable que permanezcan sentados.
  • No dar al niño alimentos que puedan provocar atragantamiento, al menos hasta que este tenga cuatro años como mínimo. Desde la SEORL recomiendan no dar a los menores de cinco años salchichas, caramelos y dulces duros, uvas, frutos secos, palomitas de maíz o zanahoria cruda.
  • Mantener canicas, botones, monedas y otros objetos alejados de los niños pequeños. Desde la SEORL alertan además que el 29% de las muertes por aspiración de cuerpo extraño no alimentario en niños están provocadas por globos, un objeto peligroso porque, al aspirar, puede desplazar el objeto hacia adentro y este adherirse a la forma de las vías respiratorias, provocando una obstrucción completa.