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Cuando se trata de comer, en España solemos ir un poco tarde: comemos sobre las tres, cenamos a partir de las nueve de la noche y nos acostamos no más pronto de las once (nuestro prime time televisivo es de diez de la noche a una de la madrugada, lo que retrasa nuestra hora de ir a dormir porque la televisión está muy ligada a nuestros hábitos de sueño).
Demasiado tarde todo si se tienen en cuenta algunas de las últimas investigaciones sobre los efectos de los horarios de las comidas y la salud. Nuestro cuerpo tiene ritmos circadianos que afectan a nuestra digestión, al metabolismo y al sistema hormonal.
Por tanto, no es exagerado pensar que el horario de las comidas puede afectar a la respuesta del organismo a la comida. Porque, si retrasamos la hora de la cena, también lo hacemos con la hora de ir a dormir.
Contar las horas y no las calorías
La forma en la que elegimos el momento para comer podría tener un importante impacto en la pérdida de peso. “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un pobre” es una expresión que habla directamente de la relación entre lo que se conoce como cronobiología y cómo debemos comer.
En función de la hora del día, las hormonas metabolizan mejor ciertos nutrientes, algo a tener en cuenta cuando se trata de mantener un peso adecuado. Sí, algunas investigaciones revelan que cenar mientras todavía hay luz solar (algo fácil en esta época del año), ofrece claros beneficios.
La hora en la que comemos puede que importe tanto o igual que las calorías que ingerimos, por tanto, puede jugar un papel importante en el aumento de peso. Lo demuestra una investigación publicada en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism de la Endocrine Society, según la cual cenar tarde se asocia con un aumento de peso y niveles altos de azúcar en sangre.
Según esta investigación, los niveles de azúcar en sangre son un 20% más altos y la cantidad de grasa que se quema es un 10% más baja cuando se cena tarde (sobre las 10 de la noche), en comparación con las personas que cenan antes (sobre las 7 de la tarde).
Cenar pronto reduce el riesgo de ciertas enfermedades
Hasta ahora las investigaciones sobre alimentación y cáncer se han centrado en los patrones de la dieta (si se consume carne roja, fruta o verdura, etc.), pero no se ha prestado atención a otros factores relacionados con las horas de ingesta y las actividades que se hacen antes y después.
En una investigación realizada por expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona y publicada en la Revista Internacional de Cáncer, los investigadores han descubierto que las personas que cenan antes de las nueve de la noche, o las que esperan al menos dos horas entre comer y dormir, tienen un 20% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de mama o próstata.
A pesar de que los responsables del estudio admiten que son necesarios más estudios que permitan determinar el porqué de esta relación, lo que sí tienen claro es que todo apunta a que la hora de ir a dormir afecta a la capacidad de metabolizar la comida.
Cena y sueño
La alimentación y el sueño están directamente relacionados porque los ingredientes son necesarios para sintetizar los distintos neurotransmisores que intervienen en la vigilia y el sueño. La Sociedad Española del Sueño (SES) recomienda, para tener un buen sueño:
- Establecer una rutina de hábitos dietéticos y horarios de comidas saludables.
- Acostarse unas dos horas después de cenar.
- Evitar los alimentos ricos en aminoácidos tirosina y fenilalanina (carne roja, huevos y jamón) a últimas horas de la noche.
- Ingerir alimentos ricos en triptófano (precursor de melatonina y serotonina) por la tarde (lácteos, plátanos, pescado azul o frutos secos).
- Moderar el consumo de bebidas ricas en metilxantinas como el café, el té y el chocolate, así como alimentos con alto contenido en aminas biógenas como quesos curados, pescados y vino.
- Evitar alimentos que producen flatulencia.
Early bird dinner (“cena para madrugadores”) es un término que hace referencia a una tendencia gastronómica en la que los restaurantes ofrecen a sus clientes la opción de realizar una cena antes de la hora tradicional. Acciones como esta podrían convertirse en una opción más sana de ir a comer de restaurante.
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