Dolores de cabeza recurrentes, ¿cuándo hay que empezar a preocuparse?

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A casi todo el mundo le ha dolido la cabeza alguna vez. Pero algunas personas son más propensas a sufrir ese problema. El dolor de cabeza, cuyo nombre específico es cefalea, es “un síntoma neurológico que afecta a más de la mitad de la población”, según explica la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE).

Existen dos tipos de cefaleas: las primarias y las secundarias. Las primarias son aquellas que no están relacionadas con ningún otro problema. En esos casos, el dolor de cabeza es el principal -y muchas veces único- síntoma

Las cefaleas primarias más comunes son las tensionales, causadas por un endurecimiento de los músculos del cuello, el cual en general se produce por el demasiado estrés o por una mala postura corporal. De acuerdo con la AEMICE, las cefaleas por tensión afectan al 70% de la población.

Otras cefaleas primarias son originadas por razones tan variadas como un esfuerzo físico, malos hábitos alimentarios, la ingesta de ciertos medicamentos, cambios de tiempo, etc. No representan un problema grave: no duran más que unos minutos o pocas horas, y se pueden remediar o aliviar con analgésicos como ibuprofeno o paracetamol.

No obstante, entre las cefaleas primarias también se cuentan las derivadas de la migraña, un desorden neurológico que también puede producir náuseas y vómitos e intolerancia a los ruidos y a la luz. Este problema aqueja al 12-15% de la población, en su mayoría mujeres de entre 18 y 44 años.

Y también es primaria la cefalea en racimos o cefalea de Horton. Es menos común que las anteriores, pero más intensa: el dolor a menudo se localiza en un ojo, no dura mucho pero se repite varias veces (de ahí su nombre) en un lapso de entre quince minutos y hasta tres horas, y es tan punzante que incluso es conocida como “cefalea suicida”.

¿Cuándo resulta preocupante el dolor de cabeza?

El dolor de cabeza es preocupante, en primer lugar, si aparece de modo repentino y muy intenso. También si es acompañado de:

  • rigidez en el cuello
  • fiebre
  • desorientación
  • visión doble
  • entumecimiento
  • debilidad para hablar
  • convulsiones.
  • si aparece después de una lesión en la cabeza
  • si empeora pese al descanso y los analgésicos

Así lo especifican los expertos de la Clínica Mayo, con sede en Estados Unidos, quienes aconsejan, en esos casos, buscar atención médica. La razón es que podría tratarse de una cefalea secundaria, es decir, asociada con una enfermedad u otro problema físico.

Las causas de la cefalea secundaria pueden ser muchas y muy variadas:

  • depresión,
  • estrabismo,
  • enfermedades que alteran el metabolismo (renales, hepáticas, diabetes, etc.),
  • enfermedades infecciosas como la meningitis
  • inflamaciones no infecciosas
  • epilepsia
  • glaucoma
  • un tumor

No todos esos factores generan un dolor repentino y muy intenso, está claro. En ocasiones, lo que provocan es un dolor de cabeza recurrente (pero no siempre el dolor recurrente es síntoma de una cefalea secundaria). En cualquier caso, conviene estar atento a si esos dolores se producen con mucha frecuencia.

Los dolores de cabeza recurrentes y sus implicaciones

El dolor de cabeza se considera crónico cuando aparece en quince o más días de cada mes. Esto puede deberse a una migraña crónica, lo que representa un problema importante: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña es la octava enfermedad más discapacitante si se cuentan los días de capacidad por años vividos.

Las cefaleas crónicas también pueden ser de origen tensional, por los motivos ya mencionados: altos niveles de estrés o malas posturas corporales. En estos casos, el dolor se siente como una presión constante (al contrario de lo que sucede en la migraña, que produce un dolor pulsátil).

El dolor crónico también puede tratarse de una cefalea secundaria, es decir, causada por una enfermedad u otro problema asociado. En cualquier caso, conviene acudir al médico lo antes posible si los días con dolor de cabeza abarcan la mitad o más de la mitad del mes.

Desde la Clínica Mayo también recomiendan que consulten con un especialista las personas que la mayoría de los días toman un analgésico contra los dolores de cabeza, o necesitan ingerir una dosis de analgésicos mayor a la recomendada, o si el dolor cambia de patrón, empeora o se torna incapacitante.

Herramientas para tratar los dolores de cabeza

Para saber en cuántos días al mes aparece y otros datos relacionados con la cefalea, se puede recurrir a una herramienta muy valiosa: escribir un diario. Lo aconseja, por ejemplo, la web midolordecabeza.org, que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Neurología y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas.

La información imprescindible que se debe apuntar en ese diario, o calendario, es: los días con dolor de cabeza y qué analgésicos y en qué cantidad se han tomado. Como datos adicionales, se recomienda registrar también la intensidad del dolor, los desencadenantes de la cefalea (días festivos, muy estresantes, etc.) y posibles síntomas asociados.

C on esos datos, es mucho más fácil detectar la gravedad del problema con premura, hallar sus patrones y factores relacionados y, para el médico, formular un diagnóstico correcto.

Acudir a un médico sin dilaciones puede ser fundamental para tratar el problema. Por un lado, porque la rapidez en el inicio del tratamiento tras la cronificación de la migraña es clave para obtener resultados óptimos, tal como lo comprobó un estudio realizado por científicos españoles y publicado en 2018.

Por el otro, porque si la cefalea es secundaria también resulta de vital importancia la detección precoz del problema que la está causando. Y, en cualquier caso, sea cual fuere la causa, para mejorar la calidad de vida de la persona.

La AEMICE destaca que en muchas ocasiones “el paciente sufre el dolor en silencio”, pues “cree que su enfermedad no es importante y no actúa para reconocer su situación”. Sin embargo, más del 50% de las personas con migraña presenta una discapacidad grave o muy grave, según el Atlas de la Migraña 2018, que afecta su vida en los ámbitos familiar, social y laboral.

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