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A tenor de los beneficios descubiertos en los últimos tiempos en las comidas picantes, podría pensarse que lo lógico sería que estuvieran presentes en la mayor parte de los platos que come la humanidad, y sin embargo no es así, se limitan a las zonas donde estas especias tienen una mayor producción, a pesar de que estén también presentes en otros climas como el mediterráneo.
Se ha especulado con que antiguamente el picante estaba más presente, pero a medida que los platos se refinaron, se fue apartando de las cocinas de los países ricos y quedó relegada a aquellas cocinas que no tenían más recursos que lo que podían recolectar alrededor.
Uno de los principales mitos desmontados, tras analizar más de 33.000 recetas de 70 cocinas y 90 especias diferentes y compararlas con factores socioeconómicos y ambientales, es el de que las especias picantes, y en concreto el principio químico capsaicina, tengan poder antiséptico y biocida, y que por lo tanto se utilizan para estabilizar platos cuando el calor y las condiciones higiénicas son deficientes.
Al parecer no hay evidencias de que esto sea así y se considera que en los países donde se emplea profusamente, el picante tenía el objetivo de ser una alternativa barata a la sal como saborizante de alimentos, que tradicionalmente es un elemento caro, especialmente en zonas tropicales, ya que debe ser importado.
De hecho, la capsaicina no se recibe en el paladar en los receptores del gusto, sino en los del dolor, los llamados nociceptores, lo que explicaría por qué en las civilizaciones que mejoran las técnicas de cocina esta especia pierde puntos en favor de otros saborizanrtes más refinados.
No obstante, cientos de miles, si no millones, de personas cada día comen picante en el mundo, y no solo en los países tradicionales de este tipo de especias, sino que este sabor está recuperando la cuota de mercado que seguramente tuvo en otros siglos. Este hecho ha propiciado que se haya estudiado profusamente en los últimos tiempos si la capsaicina tiene algún tipo de propiedades beneficiosas.
Beneficios del picante
Pues resulta que si somos de esas personas que sentimos un amor irracional por el picante y nos encanta sudar la gota gorda y sorbernos la nariz que se hace agua, a la vez que echamos fuego por la boca, estamos de enhorabuena, porque en efecto el picante es bueno para nuestra salud.
A continuación te exponemos algunos de su beneficios:
1. Las personas que comen habitualmente con picante viven de media un 23% más que os que no sazonan sus platos
Un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology en el que se siguió a 22.811 personas en Italia a lo largo de cinco años, entre 2005 y 2010, lo certificó.
Los investigadores tomaron datos sobre diversos indicadores de la dieta y su actividad diaria. Eliminando las posibles influencias de otros factores, las personas que consumían comida picante más de cuatro veces por semana vieron reducido su riesgo de muerte por cualquier causa en un 23%. En concreto, el riesgo de morir a causa de enfermedades cardíacas se redujo en un 44%, y el de muerte por accidentes cerebrovasculares (infarto cerebral) en un 61%.
2. La capsaicina reduce el colesterol
Una de las posibles explicaciones a este respecto estribaría en que la capsaicina tiene una cierta acción de bajar el colesterol malo y subir el bueno, con lo que se reduce el riesgo de ateromas o tapones de grasa en las venas.
Ahora bien, estos beneficios se dan si los sujetos acompañan el picante de numerosas verduras y tubérculos y limitan el consumo de carne, tal como sucede en la mayor parte de Asia. Y es que el reto en estos estudios consiste en separar la acción pura del picante de la tradición de usarlos en platos de dietética saludable, para distinguir un beneficio del otro.
3. El picante tiene efecto saciante
Otra causa que explica la gran protección cardiovascular que ejerce puede encontrarse en que el picante sacia, es decir que nos hace sentir llenos antes y por lo tanto solo comemos lo que realmente necesita nuestro cuerpo, dejando de un lado la gula.
Y lo hace sin el concurso de las hormonas de la saciedad, sino por su propio efecto estresante y constrictor sobre el estómago, de modo que el propio picante hace que se nos cierre.
4. Previene el estreñimiento
Es cierto que el picante puede ser muy desagradable para las personas con heridas anales y hemorroides, pues el mismo efecto que produce en la boca lo tiene en el recto, donde también existen nociceptores o receptores del dolor, no obstante, este mismo efecto estresante se aplica en el intestino, donde provoca contracciones y por tanto aumenta la motilidad, activando el movimiento lento del paquete fecal hasta su expulsión.
5. La capsaicina tiene efectos antiinflamatorios
Otra virtud del principio químico del picante es que tiene propiedades desinflamatorias, que tanto pueden actuar a nivel vascular (venas y arterias), previniendo accidentes u embolias, como a nivel rectal, por ejemplo, reduciendo hemorroides.
Un riesgo a tener en cuenta
No obstante, el picante no es para todos los estómagos y en los últimos tiempos se vendría observando un efecto pernicioso de su consumo incluso moderado, y es que diversos estudios poblacionales lo relacionan con mayor incidencia de cáncer de estómago, seguramente debido que favorece la presencia de la bacteria Helicobacter Pylori.
Estudios sucesivos sugieren que el consumo excesivo de chiles picantes y alimentos picantes ricos en capsaicina puede no ser bueno para el estómago y puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago, aunque la capsaicina pueda tener beneficios en otros tipos de cáncer y en el alivio del dolor.
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