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Tener y cuidar plantas en el interior del hogar es un verdadero clásico entre las actividades recreativas domésticas. Sus beneficios, además, son numerosos. Algunos de ellos se relacionan con la mejora en la calidad del aire, tal como comprobó un estudio publicado en febrero por científicos del Reino Unido.
Pero un buen número de los efectos positivos de esta práctica no tienen que ver con la salud física sino con la salud mental. Los cuidados y las rutinas necesarias para que las plantas se desarrollen de forma saludable proporcionan algunas ventajas a nivel psicológico que conviene conocer.
Algunas de las más importantes se enumeran a continuación.
1. Reducen el estrés y proporcionan tranquilidad
La interacción activa con plantas de interior ayudan a reducir el estrés, tanto a nivel fisiológico como psicológico, sobre todo si esa tarea se compara con el trabajo mental o intelectual. Esa fue la principal conclusión a la que arribó un experimento realizado por científicos surcoreanos, publicado en 2015.
El experimento se basó no solo en la impresión subjetiva de los participantes, sino también en datos objetivos como las variaciones en su frecuencia cardiaca y su presión arterial. Y comprobó una disminución en la actividad del sistema nervioso simpático y en la presión arterial diastólica, hechos que se traducen en una mayor serenidad.
De hecho, las personas que trasplantaron algunas plantas se sintieron “más cómodas, tranquilas y con mayor sensación de naturaleza” que aquellas que -también como parte de la prueba- habían trabajado con un ordenador.
2. Favorecen el bienestar emocional
Varios estudios se realizaron en los últimos años, después del comienzo de la pandemia de COVID-19. Analizaron en especial los efectos de tener y cuidar plantas en el hogar durante las largas semanas de confinamiento, unas épocas que representaron un desafío para la salud mental de la población.
Uno de los más importantes fue realizado por un equipo de científicos españoles, griegos e italianos. Los datos de más de 4.200 personas que estuvieron confinadas les permitieron corroborar que dedicaron más tiempo al cuidado de sus plantas de interior y que, durante ese periodo, esa tarea “se correlacionó con el bienestar emocional”.
Asimismo, la investigación -publicada en la revista especializada Urban Forestry & Urban Greening en abril de 2021- también apunta que “las emociones negativas fueron más frecuentes en personas que vivían en casas pequeñas, con poca luz natural y desprovistas de plantas”.
Otra conclusión de este trabajo apunta que es preferible tener pocas plantas colocadas en posiciones estratégicas, en comparación con tener una gran cantidad de ejemplares. El texto también recomienda las llamadas paredes vivas o jardines verticales, aunque destaca lo costoso de su instalación.
3. Estimulan los sentidos y ayudan a trabajar mejor
En un artículo sobre los beneficios para la salud mental de tener y cuidar plantas en el hogar, el médico Matthew Flanigan, de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, destaca que esta práctica estimula los sentidos, en particular el tacto y el olfato.
Esas texturas y aromas de la naturaleza, a menudo tan lejanos para quienes viven en la ciudad, ayudan a desconectarse del resto de las actividades (entre otras cosas, de las pantallas y los dispositivos digitales) y a “conectarse” de otra manera con uno mismo.
De acuerdo con este especialista, esto no solo reduce el estrés y la ansiedad, sino que también permite aumentar la productividad. Un dato en línea con estudios que afirman que los entornos laborales que incluyen “plantas de interior próximas al escritorio” presentan “asociaciones pequeñas pero estadísticamente confiables” con un rendimiento mejor.
Esto se debe a que las plantas “atraen la atención sin esfuerzo y evocan emociones positivas que renuevan la capacidad de concentración”, de acuerdo con este trabajo realizado por investigadores de Noruega y Suecia. Para quienes teletrabajan, este puede ser un motivo más para tener plantas en casa.
4. Fomentan la responsabilidad y refuerzan la autoestima
Flanigan destaca también estos aspectos que están íntimamente relacionados. Las plantas son seres vivos que requieren de cuidado y acompañamiento, algo que implica la organización de unas ciertas rutinas y un sentido de la responsabilidad por parte de la persona que se propone vivir con ellas.
En consecuencia, el desarrollo saludable de las plantas “pueden mejorar de manera significativa la confianza de una persona”, destaca el experto. En este sentido, está involucrada su autoestima, que se fortalece al observar los buenos resultados alcanzados. Todo esto, desde luego, contribuye con el bienestar general.
5. Fortalecen el vínculo con la naturaleza
Ya se ha destacado que el cultivo de plantas de interior estimula los sentidos, sobre todo los del tacto y el olfato, pues los ponen en contacto con la naturaleza. En este sentido, hay que añadir los beneficios de este vínculo con el mundo natural, del que tanto suele alejar la vida en las grandes ciudades.
En Japón existe una práctica llamada Shinrin-yoku, conocida en occidente como “baño de bosque”. Consiste en acudir a los entornos naturales no solo para contemplarlos sino también para tratar de “absorberlo” con todos los sentidos: percibir sus aromas, las texturas y rugosidades de sus superficies, oír la interacción de los animales y los elementos.
Los beneficios psicológicos de ese contacto con la naturaleza han sido corroborados por la ciencia: se produce una disminución del pulso cardiaco, de la presión arterial y de la actividad nerviosa simpática, y aumenta la relajación del organismo.
Un estudio de científicos japoneses -realizado durante la pandemia y publicado en 2020- indicó que “la frecuencia del uso de espacios verdes y la existencia de ventanas con vistas a esos espacios verdes desde el interior del hogar se asociaron con mayores niveles de autoestima, satisfacción con la vida y felicidad subjetiva y menores niveles de depresión, ansiedad y sensación de soledad”.
Por supuesto, el efecto en este sentido de tener plantas en casa no se puede comparar con el de dar un paseo con el bosque. Pero es una manera de mantener un vínculo con la naturaleza que alimente la “memoria sensorial” del cuerpo.
Y ya que incluso la mera contemplación de espacios verdes tiene efectos positivos, tener plantas en casa es una forma también de tener esos paisajes a la vista. Si pueden contribuir con la reducción de sensaciones negativas como la ansiedad y la soledad y con el aumento de la felicidad subjetiva, merece la pena intentarlo.
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