La probabilidad de que suframos alguna vez quemaduras domésticas no es baja, por lo que conviene saber cómo debemos actuar en tal caso para evitar tanto el dolor como la inflamación de la zona, pero sobre todo para prevenir posibles infecciones en caso de que la quemadura sea de segundo grado y haya producido ampollas, llagas o heridas supurantes.
La mayor parte de los remedios y cataplasmas aconsejados en las distintas páginas de internet no especializadas en salud, dicen estar apoyados en el saber popular y la tradición, pero lo cierto es que salvo en caso de quemaduras muy leves, son inadecuados cuando no contraproducentes. A continuación te relatamos ocho de estas soluciones milagrosas que debes evitar porque no funcionan.
1 Agua muy fría
El agua excesivamente fría, por ejemplo de la nevara, aplicado sobre la quemadura conseguirá un efecto contrario al deseado, que es bajar la temperatura del tejido quemado y evitar que el daño se extienda. En lugar de esto, provocará una profundización de la quemadura al constreñir los capilares por el frío y evitar que la sangre llegue para regenerar.
2. Hielo
Es el mismo caso que el del agua muy fría, pero con el añadido de que además utilizamos un agua que puede estar no clorada y contaminada de los dedos, por ejemplo con fecales, con lo que aumentamos el riesgo de infección.
3. Piel de patata
Se dice que es un remedio tradicional pelar una patata y colocar las mondas, por la cara interior, sobre la quemadura, ya que es fresco y hidratante. Lo cierto es que más allá de provocar posibles infecciones por el contacto con la cara externa de la patata, que viene del suelo y ha pasado por muchas manos, no conseguiremos nada.
4. Miel
Otra teoría habla de la miel para evitar que la piel dañada se deshidrate y se infecte. Pasa justo lo contrario: por presión osmótica, la miel tenderá a deshidratar la herida, además de proporcionar azúcares al posible crecimiento bacteriano. Este remedio es una chapuza a evitar.
5. Iodo
El iodo es excesivamente secante y abrasivo para aplicar sobre una quemadura reciente. Si bien desinfecta y cicatriza, cuando la quemadura está tierna podría agravar el problema quemando tejidos más profundos y provocando tensiones que terminasen en grietas, lo que generaría mayor superficie de infección.
6. Vinagre
Otro desinfectante demasiado agresivo para una herida tierna. Nos provocará dolor y sequedad en la zona, lo que puede empeorar la curación a largo plazo.
7. Aceite
El remedio tradicional más extendido es bañar la zona quemada con aceite. Puede funcionar a nivel de reducir la inflamación al absorber el aceite el calor de la zona, especialmente con quemaduras de primer grado. También evitaremos la deshidratación superficial. Pero si se han producido ampollas o heridas, corremos el riesgo de infectar la zona, por lo que en estos casos es totalmente desaconsejable, más si cabe si pensamos en que su posterior limpieza requerirá jabones.
8. Pasta de dientes
El caso de la pasta de dientes es similar al del aceite. Puede ser indicado y eficaz para quemaduras sin herida (primer grado) -pues absorbe el calor- pero no cuando se producen lesiones más profundas.
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