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La nariz contiene numerosos vasos sanguíneos que se encuentran cerca de la superficie, en la parte anterior y posterior de la nariz. Estos vasos sanguíneos son muy frágiles y sangran con facilidad, tanto en adultos como en niños (especialmente de tres a diez años).
Se calcula que las hemorragias nasales, de nombre médico epistaxis, afectan a un 10-15% de la población general, según datos de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG). Más que un diagnóstico, el sangrado nasal está considerado como un signo clínico. Por tanto, una hemorragia nasal obliga siempre a investigar cuál es la enfermedad o la causa que las produce.
El lugar dónde se produce la hemorragia, clave para determinar el riesgo
Las hemorragias nasales pueden producirse en la parte anterior del tabique (las más habituales) o en la posterior (menos comunes). En la mayoría de los casos, el sangrado suele empezar en la parte anterior de la nariz, cuando los vasos sanguíneos se rompen y sangran, y cede en pocos minutos. En este caso, no es grave y suele ser fácil detener la hemorragia en casa.
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC), el 10% de las hemorragias nasales son graves, bien porque son abundantes o porque son repetitivas. Y es que cuando la hemorragia nasal es posterior, la sangre fluye por la parte posterior de la garganta, lo que hace que este tipo de sangrado pueda ser peligroso.
Cuáles son las causas más frecuentes de las hemorragias nasales
Las hemorragias nasales repentinas e inexplicables pueden asustar mucho, pero por lo general no lo son. Los culpables más comunes pero menos graves suelen ser:
- Microtraumatismos: en niños suelen estar causados por fuertes rascados, aunque también aparecen por cambios de presión que provocan lesiones barotraumáticas.
- Manipulación de las fosas nasales: cualquier tipo de cirugía nasal que implique manipular las fosas nasales: cirugía de cornetes, endoscópica nasal, sonda nasogástrica o tras una intubación nasotraqueal.
- Ambientes secos como la calefacción o el aire acondicionado
- Rotura de los vasos sanguíneos de la nariz.
- Infecciones o inflamaciones de las fosas nasales: pueden estar provocadas por la presencia de cuerpos extraños, la sequedad nasal o como consecuencia de una rinitis seca.
- Uso excesivo de aerosoles descongestivos nasales esteroides.
- Medicamentos anticoagulantes: cualquier medicamento que cambia la capacidad de la sangre para coagularse, como la aspirina, puede causar sangrado en la nariz y dificultar el control.
Deben descartarse también otras causas que, aunque menos comunes, no deben pasarse por alto, como:
- Alteraciones de la hemostasia
- Hipertensión arterial, una de las causas más comunes de hemorragia nasal posterior.
- Alteraciones hormonales
- Trastornos de la coagulación de la sangre como leucemia
- Abuso de drogas ilegales por vía nasal como cocaína.
Qué tenemos que hacer cuando nos sangra la nariz
La mayoría de las veces, frente a un sangrado de nariz, solemos cometer algunos errores como colocar la cabeza hacia atrás. Lo más recomendable, sin embargo, es:
- Colocar a la persona sentada un poco inclinada hacia delante. De esta manera, facilitamos que la sangre pueda ser expulsada y evitamos la deglución desde la boca. Nunca debe inclinarse la cabeza hacia detrás porque esto facilita que traguemos la sangre, lo que puede provocar náuseas y vómitos.
- Ejercer un poco de presión con el dedo pulgar e índice, como una pinza, sobre las alas de las fosas nasales unos cinco minutos. Deberemos respirar por la boca. pasados los cinco minutos, comprobaremos si ha cesado el sangrado; en caso contrario, volveremos a repetir la operación. La mayoría de las hemorragias suelen ceder con esta medida.
- Aplicar hielo o compresas frías por encima de los huesos de la nariz puede ayudar a controlar la hemorragia nasal.
- No debe colocarse algodón o un pañuelo dentro de la nariz porque corremos el riesgo de que se forme un coágulo.
- Finalizado el sangrado, es aconsejable no realizar esfuerzo, como sonarse la nariz ni realizar ejercicio físico durante 24-48 horas.
¿Cuándo es recomendable consultar con el médico? Deberemos hacerlo en los siguientes casos:
- Cuando el sangrado dura más de 15-20 minutos, a pesar de comprimir las fosas nasales.
- Si la sangre cae de manera continuada hacia la garganta.
- Si el sangrado se produce tras recibir un golpe ya que puede indicar una fractura de nariz, una fractura de cráneo o una hemorragia interna.
- Si la nariz sangra muy a menudo: tener más de una hemorragia nasal a la semana es una señal de alerta. Una hemorragia nasal recurrente puede indicar la presencia de otras afecciones médicas más importantes.
Los casos más severos pueden necesitar que se apliquen otros tratamientos como la cauterización con nitrato de plata tras limpiar bien las fosas nasales, la intervención quirúrgica o la embolización.
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