Tapones para los oídos: ¿cuándo utilizarlos?

Los tapones para los oídos, o protectores auditivos, se usan para distintos fines:

  • para proteger el oído debajo del agua
  • en entornos ruidosos
  • para conciliar el sueño cuando el ambiente lo impide (en el caso de las personas que deben dormir durante el día, por ejemplo).

En función del uso que vayan a tener, los hay de varias formas y materiales.

Pueden ser de un solo uso o reutilizables. También pueden distinguirse entre modelables por el usuario, premodelables o personalizados. Este tipo de protectores auditivos no constituyen un problema para la salud del oído siempre que se usen de manera adecuada y de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.

Tipos de tapones

Muchos de los tapones para los oídos están hechos de espuma, aunque los materiales también pueden ser silicona, cera o algodón. Incluso algunos, especialmente los que se suelen usar para combatir el ruido, pueden estar conectados con una cuerda que facilita sacarlos.

  • Silicona blanda: Están pensados para que se adapten dentro del canal auditivo y son indicados para dormir, especialmente en aquellas personas que tienen que dormir de día y quieren reducir el ruido. También son indicados para lugares con mucho ruido. Adicionalmente, algunos se hacen con silicona suave, hipoalergénica -que no causa alergias- y moldeable. Se colocan en la parte externa del conducto auditivo formando un sello hermético.
  • Espuma blanda: Han de quedar encajados dentro del oído. Una de las particularidades de este material es que, una vez introducido en el conducto auditivo externo, se amplía hasta que se ajusta bien. Uno de los problemas es que pueden colocarse mal, es decir, que sobresalga y, por tanto, no se consigue la protección adecuada.
  • Cera: Son moldeables, hipoalergénicos y cómodos. Se adaptan al oído y suelen usarse sobre todo para dormir.

Por otro lado, los tapones pueden hacerse a medida de cada individuo y son los más recomendados para el ruido, ya que filtran mejor el sonido. Al ser premoldeados a medida, se adaptan perfectamente al conducto auditivo y suelen usarse sobre todo para profesionales que están en ambientes ruidosos.

Pero además de por el material de que están hechos, los tapones de los oídos también responden a funciones específicas.

Tapones para el ruido

El ruido es una de las causas más comunes de pérdida de audición. La exposición a ambientes ruidosos durante un periodo prolongado de tiempo puede comportar serios problemas para la salud auditiva. Un ruido muy fuerte, por encima de 140 decibelios (dB), aunque dure poco, puede romper la membrana del tímpano.

En el caso de las personas que trabajan en lugares ruidosos, el Real Decreto 286/2006 establece las medidas preventivas y de control que deben aplicarse para proteger la salud de los trabajadores. Es obligatorio, por ejemplo, el uso de tapones u orejeras cuando los niveles de ruido diario son iguales o superiores a 85 dB o niveles de pico iguales o superiores a 137 dB.

Los protectores auditivos pueden llegar a atenuar el ruido una media de 30 dB de intensidad, pero es recomendable usarlos al menos ocho horas al día de trabajo. Pueden usarse tapones o cascos; los primeros funcionan mejor para ruidos de bajas frecuencias y los segundos para altas frecuencias.

Por otro lado, niños y adolescentes, sobre todo, pueden sufrir pérdidas auditivas importantes si se exponen a un ruido muy fuerte o a ruidos que se repiten con el tiempo. Así, escuchar música demasiado alta también es otra de las principales causas de pérdida auditiva. En estos casos, además de bajar el volumen de la música, también pueden ponerse tapones en conciertos, sobre todo si se está cerca del escenario o de los altavoces.

Tapones para el agua

Uno de los principales enemigos de los oídos, sobre todo para cierto tipo de personas con predisposición a contraer otitis externa u oído del nadador, es el agua. Los tapones en estos casos son la mejor medida de prevención, tanto si se bañan en una piscina como en el mar. Cera o goma son los materiales con los que suelen hacerse.

Es importante, a la hora de elegir el mejor tapón, tener en cuenta que la protección del agua requiere tapones que se adapten perfectamente a la anatomía del canal auditivo. Por tanto, se optará por tapones hechos a medida. Tras el baño, lo mejor es sacarse los tapones y secarse bien el oído con una toalla.

Una de las recomendaciones de los especialistas es que usen los tapones aquellas personas con predisposición a contraer otitis o que hayan sido intervenidos del oído, pero no es necesario que las personas sanas los utilicen. Y si se usan debe hacerse con cuidado: uno de los problemas de estos tapones es que pueden presionar la cera del conducto auditivo y producir tapones que posteriormente se infecten.

Tapones para dormir

El ruido que se genera en algunas zonas, ya sea por la celebración de fiestas o cualquier otro motivo, impide que muchas personas puedan conciliar el sueño. Pero sobre todo es complicado para aquellas que deben dormir durante el día porque trabajan por la noche. Los tapones pueden ser una solución para ellas.

En tales casos, y teniendo en cuenta que la oreja va a estar presionada contra la almohada, lo que puede introducir el tapón en el interior del pabellón o provocar irritaciones del oído externo, se aconseja el uso de tapones de silicona hipoalergénicos, que se amolden con facilidad, pero también con suavidad y ductilidad, al conducto sin lesionarlo.

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