Tener amigos es bueno para la salud: así lo demuestra la ciencia

No hacen falta estudios científicos para saber que tener amigos nos sienta bien. En los últimos años, sin embargo, diversos investigadores han indagado en este tema y no solo han encontrado algunas de las razones por las cuales los amigos hacen la vida más placentera, sino que han ido más allá: han explicado algunos de los motivos que hacen que tener amigos sea bueno para la salud. Y por qué carecer de ellos es perjudicial.

Uno de los trabajos más notables al respecto es el Estudio del Desarrollo Adulto, realizado por expertos de la Universidad de Harvard, cuyos orígenes se remontan a 1938 y que se sigue llevando a cabo en la actualidad, con la segunda generación de personas analizadas. “El hallazgo sorprendente es que nuestras relaciones y lo felices que somos en ellas tienen una poderosa influencia sobre nuestra salud”,explicael psiquiatra Robert Waldinger, actual director de la investigación.

“Prestar atención a tu cuerpo es importante -añade Waldinger-, pero atender a tus relaciones con otras personas también es una forma de cuidarte. Esa, creo, es la revelación”. Estos efectos se advierten sobre todo en el largo plazo, algo que el estudio iniciado hace casi ocho décadas permite vislumbrar muy bien. “La gente que a sus 50 años está más satisfecha con sus relaciones será la más saludable cuando llegue a los 80”, enfatizó Waldinger en una charla TED de 2015 que se puede ver completa en internet. Contabiliza más de 28 millones de reproducciones en la web de TEDy 14 millones en YouTube.

Más amistades, mayor tolerancia al dolor

Las personas con más amigos, además, tienen mayor tolerancia al dolor. ¿Por qué? Pues debido a que las personas con una red social más amplia son también las que generan un número más grande de endorfinas, un neurotransmisor que actúa como analgésico natural para el cuerpo, cuyo efecto puede ser incluso más poderoso que el de la morfina. Por ello, la conclusión es que “la amistad puede ayudar a aliviar el dolor”. Así lo afirmaKaterina Johnson, responsable de un estudio de la Universidad de Oxford.

Según la especialista, los resultados del trabajo “también son interesantes porque investigaciones recientes sugieren que el sistema de las endorfinas puede ser alterado cuando hay trastornos psicológicos como la depresión”. Allí podría residir la causa de que las personas que padecen este problema no pueden sentir placer y tienden a aislarse socialmente. Otro hallazgo curioso de la investigación es que las personas que hacen más entrenamiento físico y las más estresadas suelen tener menos amigos. Lo que el trabajo no aclara es si esto último estaría entre las causas o las consecuencias de lo primero.

Además de Katerina Johnson, la otra persona que firma el trabajo -publicado en la revista Nature- es Robin Dunbar, antropólogo británico que estudia estas cuestiones desde hace décadas y que ha postulado la hipótesis de que podemos relacionarnos con un grupo social dehasta 150 personas. Una idea que ha tenido tantas repercusiones que esa cifra se conoce como el “número de Dunbar”.

Amigos que ayudan a superar enfermedades

Otros estudios arrojan conclusiones que parecen de orden puramente práctico y casi de sentido común: entre las personas que padecen enfermedades, las que tienen menos amigos y contactos sociales sufren más, debido a que no tienen quienes las cuiden. Una investigaciónelaborada durante una década por expertos de Estados Unidos arrojó esa conclusión al analizar más de 2.800 casos de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. Las tasas más importantes de mortalidadse registraron en el grupo de mujeres con menor cantidad de amigos y familiares.

Pero no solo la falta de cuidados y ayuda genera complicaciones: la soledad es en sí misma un problema. Un estudioreciente, realizado por científicos de Madrid y publicado en la revista especializada Psychology and Health, parte de esa base y busca las consecuencias de dos tipos de soledad: transitoria y crónica.

Para ello, los investigadores entrevistaron a 2.390 personas en dos momentos diferentes, con una diferencia de tres años. Si en uno de esos momentos se sentían solos pero en el otro no, los consideraron como una soledad transitoria; los casos en que se sentían solos en ambos momentos se evaluaron como de soledad crónica.

Las conclusiones del trabajo son contundentes. “Las personas que experimentansoledad crónicatienen el peor estado de salud”soledad crónicade entre todas las que formaron parte del análisis. Pero, en general, las que sufrieron soledad transitoria también empeoraron sus condiciones de salud. Los expertos señalan la importancia de identificar los patrones de los distintos tipos de soledad, ya que esto permitiría intervenciones específicas y por ende más eficaces, paliar los efectos ya sufridos y prevenir la cronificación.

La falta de amigos, tan perjudicial como el cigarrillo o la obesidad

Conviene mirar con atención todos estos datos en un país como España, en el cual, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya son más de dos millones los adultos mayores de 65 años que viven solos (en el 72 % de los casos son mujeres). Y quienes superan la barrera de los 80 años y viven solos son ya más de 850.000 (con un porcentaje de mujeres aún superior: el 78 %).

Por lo demás, los beneficios para la salud de tener amigos no se acaban en los ya enumerados: hay muchos más. Un metaanálisis publicado en 2010, basado en 148 estudios con datos de casi 309.000 personas, determinó que existe una fuerte asociación entre las amistades y la vida social de una persona y la duración de su vida. Es decir, quienes tienen amigos viven más. “La influencia de las relaciones sociales en el riesgo de mortalidad es comparable con el de factores de riesgo bien conocidos, como el tabaco y la falta de actividad física”, concluyó el trabajo.

Y en otro metaanálisis, más reciente (de 2015) y mucho más grande que el anterior (70 estudios que analizaron un total de 3,4 millones de personas), el mismo equipo de investigación fue más allá. De acuerdo con los resultados obtenidos, los efectos perjudiciales de la soledad son peores que los de la obesidad, y podrían equipararse con los de fumar unos 15 cigarrillos diarios durante años.

En suma, parece claro que tener amigos es más valioso aún de lo que parece en el día a día. Lo dice la ciencia: cuidar a los amigos y hacer vida social siempre que se pueda no es solo una forma de pasarlo bien en tiempo presente, sino una inversión para la salud y la calidad de vida del porvenir.

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