La presidenta de Madrid se matriculó en su máster de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) tres meses después de que arrancaran las clases. No fue vista en el aula por sus compañeros de curso en todo el año. Tampoco apareció en los exámenes y dos años después de terminar el curso, en 2014, una funcionaria que no estaba asignada a estas tareas, Amalia Calonge, entró en su expediente de forma irregular y cambió dos “no presentados” por dos notables.
No fue este el único papel importante en esta historia de Amalia Calonge. Cifuentes intentó que esa misma funcionaria, tres años más tarde, recogiese su título en su nombre para evitar presentase ella misma en la secretaría de la Universidad.
Cristina Cifuentes y Amalia Calonge se conocen hace años. En un primer momento, el equipo de la presidenta de Madrid lo negó. “He hablado con la jefa y me dice que no tiene ni idea de quién es”, aseguró una portavoz de la presidenta a eldiario.es. Pero después, en una entrevista en Onda Cero, Cifuentes admitió que sí se conocían, y también que Calonge la acompañó “amablemente” a recoger su título. Este selfie de ambas está hecho ese día: el 16 de noviembre de 2017. Hasta que eldiario.es publicó este escándalo, Calonge tenía esa imagen como foto de perfil en su WhatsApp.
Tal y como expliqué hace unos días en este blog –donde avancé una parte de esta historia de la que hoy tengo más información– en el resguardo que Cifuentes firmó para recoger su título universitario hay una extraña anomalía. Aparecen dos fechas para la retirada del título: el 3 de marzo de 2017 y también el 26 de noviembre de 2017.
¿Por qué aparecen dos fechas? Por una nueva irregularidad que intentó Cristina Cifuentes. La presidenta de Madrid quiso que Amalia Calonge retirase el título en su nombre. Según afirman fuentes de la URJC, lo hizo por una razón: para no despertar sospechas entre los funcionarios de esta Universidad; para no tener que pasar en persona por la secretaría de la Universidad a recoger un título del que casi nadie tenía constancia porque no pisó las clases jamás, según aseguran sus propios compañeros de curso.
Las fechas en el resguardo que dejó firmado Cifuentes para retirar su título de máster dan la pista exacta de cómo ocurrió. El 3 de marzo de 2017 no fue un día normal en la Universidad Rey Juan Carlos. Esa mañana se celebró la toma de posesión del actual rector, Javier Ramos, tras la caída en desgracia del anterior rector como consecuencia de otra investigación periodística de eldiario.es, también firmada por nuestra compañera Raquel Ejerique, que demostró sus muchos plagios.
Ese 3 de marzo, Cristina Cifuentes estuvo en la Universidad y allí coincidió con Amalia Calonge. Fue ese día cuando Cifuentes firmó el recibí para recoger su título, pero no se lo llegó a llevar. Según confirman fuentes de la propia Universidad, Cifuentes encargó a Calonge que lo retirase en su nombre con este resguardo con su firma.
Amalia Calonge se presentó en la secretaría con el resguardo pero no lo consiguió. Las normas son bastante claras. Si el título no lo recoge la persona interesada, hace falta que otorgue un poder notarial; aunque se trate de alguien tan conocido como la presidenta de Madrid. Los funcionarios de la URJC que atendieron a Calonge se negaron a entregárselo a ella sin ese poder, así que Cifuentes tuvo que regresar nueve meses después, el 16 de noviembre de 2017. Ese día se añadió la segunda fecha al papel.
El 3 de marzo de 2017, el alcalde de Alcorcón, David Pérez, también estuvo en la toma de posesión del nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos. Suya es esta foto del día:
En la fotografía, en segunda fila a la derecha del todo, se ve un rostro: el de la sombra de Cifuentes en la URJC. Amalia Calonge, una vez más.
La presidenta de Madrid se matriculó en su máster de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) tres meses después de que arrancaran las clases. No fue vista en el aula por sus compañeros de curso en todo el año. Tampoco apareció en los exámenes y dos años después de terminar el curso, en 2014, una funcionaria que no estaba asignada a estas tareas, Amalia Calonge, entró en su expediente de forma irregular y cambió dos “no presentados” por dos notables.
No fue este el único papel importante en esta historia de Amalia Calonge. Cifuentes intentó que esa misma funcionaria, tres años más tarde, recogiese su título en su nombre para evitar presentase ella misma en la secretaría de la Universidad.