1. Este lunes, en la última reunión de la Junta de Portavoces del Congreso –donde están representados todos los grupos parlamentarios– solo había un partido que pensara que la moción de censura podía prosperar. No era el PSOE, que fuera de micrófonos asumía sin tapujos que la moción no saldría adelante y negociaban la agenda parlamentaria para las próximas semanas con Rajoy en La Moncloa. Era el PP quien temía una derrota. “Aquí todos dais por hecho que no sale pero yo dejaría abierta la opción”, dijo Rafael Hernando (PP) ante el resto de los portavoces. Contra pronóstico del propio PSOE, la previsión de Hernando parece estar muy cerca de cumplirse.
2. Pedro Sánchez llega al Congreso de los Diputados con más opciones de las que ha tenido nunca una moción de censura. Tiene ya casi seguros los votos de Unidos Podemos, Compromís, ERC y el PDeCAT. Solo le faltan los del PNV, y los últimos movimientos indican que va a contar también con ellos. Solo así se entiende el tiempo que está tardando el PNV en enseñar públicamente sus cartas.
3. Todo apunta a que el PNV va a dar su apoyo a Sánchez por varios motivos. El primero, porque les costará explicar entre los suyos que Rajoy sigue por su apoyo y, al apoyar los catalanes a Sánchez, la decisión depende íntegramente de ellos. Pero también porque mantener a Rajoy en el Gobierno no es una opción sostenible a largo plazo y el PNV quiere que los nuevos presupuestos, tan generosos con Euskadi, duren al menos un año.
4. Si Sánchez pierde la votación del viernes, Rajoy se enfrentará a corto plazo a otra moción de censura instrumental con un único punto en el programa: convocar elecciones. Por eso el Partido Nacionalista Vasco no puede elegir entre Sánchez y Rajoy. Tal y como interpretan importantes dirigentes del PNV, sus opciones son otras: o Sánchez o Rivera. Y lo que menos le gustaría al nacionalismo vasco es que, en unos meses, gobernase Ciudadanos.
5. ¿Puede dimitir Mariano Rajoy? Desde La Moncloa ahora lo descartan con contundencia, pero ha sido una de las opciones que ha estado sobre la mesa para evitar la derrota en la moción de censura y prolongar al PP en el Gobierno. Para el presidente Rajoy era una opción muy difícil de asumir, incluso humillante si se pone en marcha con el debate ya empezado. Sería tanto como admitir el fin de su carrera política y optar por una salida que es mala para Rajoy y buena para su partido. Conociendo su trayectoria, no parece un sacrificio fácil, pero no es descartable.
6. Con todo, la victoria de Sánchez en la votación del viernes aún no es segura. Dependerá también del discurso del candidato socialista y de otros movimientos que se podrían estar dando en la sombra. Mariano Rajoy ha sobrevivido a tantas bolas de partido que su historial casi parece el mejor argumento para dudar de que esta vez no será lo mismo. Si se aplica la estadística, Rajoy sobrevive otra vez. Si es la lógica, Mariano no llega al verano.
1. Este lunes, en la última reunión de la Junta de Portavoces del Congreso –donde están representados todos los grupos parlamentarios– solo había un partido que pensara que la moción de censura podía prosperar. No era el PSOE, que fuera de micrófonos asumía sin tapujos que la moción no saldría adelante y negociaban la agenda parlamentaria para las próximas semanas con Rajoy en La Moncloa. Era el PP quien temía una derrota. “Aquí todos dais por hecho que no sale pero yo dejaría abierta la opción”, dijo Rafael Hernando (PP) ante el resto de los portavoces. Contra pronóstico del propio PSOE, la previsión de Hernando parece estar muy cerca de cumplirse.
2. Pedro Sánchez llega al Congreso de los Diputados con más opciones de las que ha tenido nunca una moción de censura. Tiene ya casi seguros los votos de Unidos Podemos, Compromís, ERC y el PDeCAT. Solo le faltan los del PNV, y los últimos movimientos indican que va a contar también con ellos. Solo así se entiende el tiempo que está tardando el PNV en enseñar públicamente sus cartas.