Cristina Cifuentes: “Para mí la imputación por el tema de Púnica ha sido personalmente un mazazo. Yo no creí que esa imputación se fuera a producir, lo digo con toda sinceridad”.
Falso. Cristina Cifuentes no puede estar sorprendida porque esta imputación se veía venir desde hace ya dos años: desde que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil la acusó de cohecho y prevaricación. En aquel momento, mayo de 2017, Cifuentes cargó contra la UCO, a la que descalificó por emitir “un juicio de valor sin fundamento jurídico”. Después ese mismo informe ha sido avalado por la Fiscalía y por el juez Manuel García Castellón.
Cristina Cifuentes: “Yo en esos años no tuve absolutamente nada que ver ni con la gestión económica del Partido Popular ni con la gestión de sus campañas electorales ni con nada de nada”.
Falso. Cristina Cifuentes estaba muy presente en la maquinaria de la caja B, según la investigación de la Audiencia Nacional.
La expresidenta de Madrid está imputada porque en esos años estaba en tres sitios que son claves para entender la financiación en negro del PP. Primero, en el patronato de Fundescam: la fundación opaca que el partido utilizaba para recoger donativos ilegales de empresarios afines. Segundo, en el comité regional de campaña del partido, cuyos gastos en parte se pagaban con estos donativos ilegales. Y tercero, como vicepresidenta de la Asamblea de Madrid, que entregó varios contratos a uno de los donantes de Fundescam: Arturo Fernández. Unas adjudicaciones, las de la cafetería de la Asamblea de Madrid, que la Audiencia Nacional asegura que fueron amañadas para “gratificar” a este empresario por sus donaciones ilegales al PP.
Cristina Cifuentes: “A mí se me imputa por una adjudicación que se realizó en la Asamblea de Madrid en la época en la que era vicepresidenta de la Asamblea”(...) “Yo no modifique ni una sola coma en los informes técnicos ni participé en la elaboración de los pliegos, ni tampoco participé en la puntuación y en la baremación. Es decir, fueron decisiones técnicas”.
Falso. Según la Audiencia Nacional (ver un framento del auto donde se la imputa al final del artículo), Cristina Cifuentes fue una de las personas clave “para asegurar la adjudicación al Grupo Cantoblanco”, la empresa de Arturo Fernández, donante de Fundescam. Cifuentes no solo presidía la mesa de contratación: al mismo tiempo formaba parte del comité de expertos que decidió “de forma arbitraria” la adjudicación, en contra de “la legalidad vigente”, según la Audiencia Nacional.
Cristina Cifuentes: “Parte de mis problemas judiciales y por supuesto, el calvario judicial que yo he tenido que pasar y el que todavía me queda por pasar probablemente lo hubiera podido evitar si no hubiera renunciado a mi aforamiento. Como consecuencia de ese aforamiento, la causa del máster hubiera recalado en el Tribunal Supremo, que lo hubiera archivado previsiblemente, como ocurrió con gran parte de la causa que llegó al Tribunal Supremo y con alguna otra persona”.
Es una media verdad. Es cierto que el aforamiento benefició enormemente a otro político al que regalaron un máster de la URJC, esa “otra persona” de la que habla Cifuentes: Pablo Casado. El actual presidente del PP se libró de una imputación penal gracias a que la decisión sobre su máster la tomó el Tribunal Supremo y no la jueza ordinaria que investigaba a Cifuentes. De los cinco jueces que decidieron no investigar a Casado, cuatro habían sido nombrados para el Tribunal Supremo por los vocales del CGPJ nombrados por el PP.
Sin embargo, Cifuentes también se benefició de ese decisión del Tribunal Supremo. Tras ese auto, la jueza que llevaba el caso Máster decidió exonerar a todos los alumnos que habían recibido un máster regalado. No solo se libró Pablo Casado: también Cristina Cifuentes, los demás alumnos enchufados en la URJC y los profesores que regalaron esos títulos.
Cifuentes siguió siendo investigada y se va a sentar en el banquillo, pero por un delito distinto al que en un principio se le acusaba –prevaricación, por recibir el máster fraudulento–. La Fiscalía pide para ella tres años de cárcel, pero por falsedad documental: por la falsificación de esa acta de su trabajo de fin de máster con la que la expresidenta de Madrid intentó desmentir las informaciones de eldiario.es. Además de Cifuentes, está imputada la profesora que falsificó ese papel , Cecilia Rosado, y la asesora de su gobierno que presionó en su nombre, Mayte Feito.
También sigue imputada en otro juzgado la periodista que destapó el caso Máster, Raquel Ejerique. Y también yo, como director de eldiario.es. A ambos Cifuentes nos acusa de un presunto delito de revelación de secretos, que está penado con hasta cinco años de cárcel.
Cristina Cifuentes: “Fue el Gobierno que tuve el honor de presidir a instancias mías que nos personamos en la causa Púnica para ejercer la acusación particular en defensa de los intereses de los madrileños. Por eso a mí esto resulta especialmente doloroso”.
Aguirre destapó la Gúrtel y Cifuentes la Púnica, al parecer. La expresidenta de Madrid da a entender que fue su Gobierno quien denunció ese caso de corrupción protagonizado por el exsecretario general del PP de Madrid, Francisco Granados. Y es falso. Fue una investigación que arrancó la Fiscalía Anticorrupción y la UCO en 2014; Cifuentes llegó a presidenta de Madrid un año después. El Gobierno de la Comunidad de Madrid se personó en el juicio en 2015, pero su papel es irrelevante en esta investigación.
También el PP estaba personado como acusación en la Gürtel, hasta que el juez les echó porque más bien parecían otra defensa de Luis Bárcenas.
Cristina Cifuentes: “Yo no me he llevado jamás ni un euro público”.
Se llevó un título universitario que al común de los mortales le cuesta un año de esfuerzos y duro trabajo.
Cristina Cifuentes: “A mí se me debe juzgar por la utilización que yo he hecho como gestora, como política, del dinero público”.
La Universidad Rey Juan Carlos se financia con dinero público. Y fue gracias a su condición de política, no a sus méritos académicos, como Cifuentes obtuvo un título de máster sin ir a clase, sin ir a los exámenes, sin ningún esfuerzo que mereciese ese título.
Cristina Cifuentes: “Respecto al asunto del máster (...) mantengo que he dicho la verdad en todo momento pero este es un asunto que está pendiente de juicio y por consejo de mi abogado yo, lógicamente, tampoco voy a entrar en detalles, más allá, por supuesto, de ratificar al cien por cien todo lo que fue mi declaración judicial”.
Falso. Sobre el máster Cristina Cifuentes no ha dicho nunca la verdad, tampoco en sede judicial. Como cualquier imputada, Cifuentes tenía derecho a mentir. Y lo hizo, también en esa ocasión. Cuando fue interrogada, hace un año, aseguró que había hecho el curso y que entregó su trabajo de fin de máster. Es algo que las propias profesoras ya confesaron que no es verdad.
Cristina Cifuentes: “Las cremas obviamente llegan a mi bolso porque las meto yo. Esto es una obviedad que las meto yo. Las cremas solas no entran, pero lo que yo quiero explicar es que indudablemente yo ese día meto las cremas en el bolso por equivocación. Es una equivocación fatal con unas consecuencias fatales. Fue un error del que obviamente me arrepiento. Un error que subsané en el momento, puesto que las cremas se pagaron”.
En el momento en que la pillaron con cremas en el bolso, al intentar irse sin pagar.
Cristina Cifuentes: “Además esto ocurrió antes de que yo tuviera responsabilidades de gobierno de ninguna clase, porque fue antes de que yo fuera incluso delegada del Gobierno”.
Cifuentes sí tenía responsabilidades importantes. En el momento en que la pillaron con las cremas en el bolso era diputada autonómica y vicepresidenta de la Asamblea de Madrid.
Cristina Cifuentes: “Yo creo que (el vídeo de las cremas) tiene mucho que ver con las cloacas del Estado, indudablemente”.
Las cloacas del Estado… en un momento en que el Estado estaba en manos del PP.
Cristina Cifuentes: “En este país hay una doble vara de medir, porque vemos el caso de los EREs que lleva no sé cuánto tiempo parado, que ahora se les imputa...”
Falso. El juicio de los EREs de Andalucía no solo no está parado sino que ya ha sido juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Solo falta la sentencia, que está al caer, y que probablemene suponga serias condenas para sus principales protagonistas.
Cristina Cifuentes: “Creo que lo que a mí me ocurrió fue algo que se planificó bien, no fue algo que de repente pasó por casualidad. Fue algo perfectamente planificado en un despacho y ejecutado con una precisión matemática (...) Había personas que indudablemente me la tenían jurada desde el momento en el que yo empecé a levantar alfombras”.
Falso. Y a quien quiera saber cómo Cifuentes acabó en los juzgados les recomiendo este podcast sobre el caso Máster. Detrás de esta investigación periodística no están ni las cloacas del Estado, ni los corruptos del PP ni ninguna mano negra. Solo los socios y socias de eldiario.es.