1. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha defendido la publicación de los mensajes de Puigdemong a Comín. Dice que “prevalece el derecho a la información” frente al derecho a la intimidad.
2. Hoy defiende el derecho a la información. Cuando los medios publicamos la foto de Rodrigo Rato detenido, Catalá no pensaba igual. “El derecho a la información no es absoluto”, decía entonces. Incluso modificaron la ley para impedir que volviera a pasar.
3. Y cuando los medios publicamos las conversaciones de Eduardo Zaplana con Ignacio González, tampoco le importaba el derecho a la información. Para el ministro Catalá, eran “cotilleos” y “conversaciones privadas”. Aquellos “cotilleos” demostraban las maniobras de dirigentes del PP para quitar y poner jueces y fiscales a voluntad. En ellas el propio ministro no quedaba demasiado bien.
4. Cuando en eldiario.es publicamos los mensajes de los reyes a su amigo, Javier López Madrid, el ministro también lo criticó. Llegó a anunciar una investigación del Gobierno contra eldiario.es de la que nuca supimos más y también sugirió que estábamos incumpliendo la ley. Para el ministro, nuestra exclusiva era un “posible delito de revelación de secretos”, no derecho a la información. Que el jefe del Estado respaldase a López Madrid tras conocerse el escándalo de las tarjetas black no le parecía una noticia de interés.
5. Rafael Catalá también propuso multar a los medios que publicamos noticias obtenidas de los sumarios judiciales. Lo hizo en mitad del terremoto que para el PP supuso el caso Lezo, porque lo que salía de esos sumarios le venía muy mal. El derecho a a la información entonces no era tan fundamental y lo importante era “respetar la presunción de inocencia”. La misma presunción de inocencia que cada día el ministro se salta cuando se trata de procesados que no son del PP.
6. De las filtraciones judiciales que afectan a independentistas no se ha quejado, tampoco cuando se conocía información bajo secreto de sumario. Incluso ha ejercido de portavoz, adelantando qué el Tribunal Supremo va a inhabilitar a Puigdemont. La tradicional separación de poderes del Gobierno español.
7. El PP también aprobó con todos los demás partidos una condena unánime en el Congreso cuando un fotógrafo de El Mundo pilló una foto del móvil de Rubalcaba. Entonces decían que prevalecía la intimidad y que la foto del sms en el móvil del entonces líder del PSOE era un “temerario acto de invasión de una comunicación protegida”, una noticia que nunca se debió publicar.
8. Tras lo que ocurrió con Rubalcaba, el presidente del Congreso, Jesús Posada, encargó un informe jurídico que argumentó que su secreto de las comunicaciones había sido vulnerado. Ese mismo informe se usó también con otro caso posterior, cuando pillaron a Celia Villalobos jugando a un videojuego en su tablet mientras presidía un pleno. El periodista que grabó ese vídeo, Antonio Maestre, recibió una advertencia por incumplir el reglamento del Congreso.
9. Personalmente yo ya me pronuncié ayer. Si estos mensajes de Puigdemont hubieran llegado a eldiario.es los habríamos publicado, como hemos hecho con muchos otros. Su interés informativo es evidente y no creo que en este caso se haya violado la intimidad de Comín ni por el método utilizado –una cámara en una sala de prensa– ni por su contenido.
10. Pero entiendo también las dudas legales que provoca su publicación, un debate interesante y necesario donde tendrá que opinar la justicia belga, y que puede que allí no esté tan claro como lo vemos en España. Hoy publicamos un documentado reportaje de José Precedo, que ha hablado con un montón de expertos que no ven delito. También un artículo de Elisa Beni, que opina justo lo contrario en un texto que hay que leer.
11. Lo que no es defendible es que grabar la pantalla de un móvil con un zoom sea legal o ilegal en función de a quién le toque. O vale para todos o no vale para nadie. O vale para Rubalcaba, Villalobos y Comín o no vale para ninguno de los tres.
12. Y lo que hace el ministro Catalá, y tantos otros, es un ejercicio obsceno de hipocresía y doble moral.