La confesión la hace el propio Luis Bárcenas. Así lo explicó en junio de 2013, durante su interrogatorio con el juez Pablo Ruz. Algunas pistas importantes: Paco Yáñez era uno de los responsables de la tesorería del PP desde los tiempos de Alianza Popular y Alberto Recarte era en esos años el presidente de Libertad Digital.
Sr. Magistrado-Juez: Hay otra que pone “Paco Yáñez”.
D. Luis Bárcenas: Si, Paco Yáñez... ¿es de un importe elevado?
Sr. Magistrado-Juez: Se lo digo.
D. Luis Bárcenas: Si son ciento y pico mil euros. si es esa la cantidad, esa es una entrega. Vamos a ver, aquí me tengo que extender un poco.
Sr. Magistrado-Juez: Sí, sí, hágalo.
D. Luis Bárcenas: En un momento determinado, Ángel Acebes había recibido una llamada de D. Alberto Recarte y llamó a Álvaro Lapuerta y yo lo acompañe. Subimos Álvaro Lapuerta y yo al despacho de Ángel Acebes. Nos pidió que él quería echar una mano en una ampliación de capital de una sociedad del Sr. Recarte, vinculada a los medios de comunicación, y que si podíamos poner en contacto con el Sr. Recarte a gente que colaboraba con nosotros dado que, en ï¬n, el proyecto —digamos—mediático podía corresponder un poco con la ideología del donante nuestro. Y en ese sentido, Álvaro Lapuerta habló con una serie de personas que colaboraban con nosotros, algunos decidieron aportar, otros decidieron no aportar, pero terminaba el plazo para cerrar ya la ampliación de capital y quedaba alguna cantidad pendiente de suscribir, ¿no? Entonces, yo creo que el Sr. Recarte habló con Álvaro Lapuerta para ver si se le ocurría la posibilidad de hablar con alguna persona más. Como la premura del tiempo era escasa porque quedaba poco tiempo, pues lo que se le ocurrió a Álvaro es que determinadas personas del partido, determinadas personas y con cargo a los fondos que teníamos en efectivo en la caja del partido, suscribiesen temporalmente las acciones correspondientes hasta que encontrásemos una persona que se las quedase deï¬nitivamente. Una de las personas que se ofreció a… vamos, que se ofreció no, a la que preguntamos si podía hacerlo, se lo pregunté yo personalmente por la amistad que tenia con él, fue Francisco Yáñez. Uno fue Francisco Yáñez, otro fue Alberto Dorrego, no recuerdo otra persona más... el propio Álvaro Lapuerta, yo creo que retiró dinero en efectivo y suscribió una serie de acciones a su nombre. Bueno eso es en deï¬nitiva, además estará en el listado de accionistas de la sociedad.
Curiosamente, Bárcenas se esfuerza mucho en no dar el nombre de esa “empresa mediática” ideológicamente afín al PP que respaldaba Alberto Recarte. Sin embargo, él mismo lo acaba confesando en otra respuesta del interrogatorio, una hora después.
(...) Sr. Magistrado-Juez: Otra que pone: “Rosa Iglesias - L. Digital” y otra “Paco Yáñez —L. Digital”.
D. Luis Bárcenas: Esas son las dos devoluciones que he dicho. Esas son las cantidades que se retoman como consecuencia de los gastos que han ocasionado el haber tenido acciones de Libertad Digital.
En total, según recoge la contabilidad manuscrita de Luis Bárcenas del año 2004, el PP inyectó a Libertad Digital más de 400.000 euros en dinero negro, procedentes de su contabilidad en B. La propia mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, participó en la operación de compra de acciones con los fondos del partido.
A los lectores más veteranos de este blog, la historia de cómo el PP subvencionó a los “liberales” de Libertad Digital les sonará. Hace varios años, el 19 de abril de 2009, escribí este artículo para Público: Cuando el PP rescató a Jiménez Losantos. Recupero algunos párrafos, que están de plena actualidad.
(...) Sucedió en otoño de 2004. Libertad Digital S.A., la empresa capitaneada por Losantos, hacía aguas. Después de casi cuatro años en la Red, este diario online se encontraba en una situación crítica. La derrota del PP en las elecciones de 2004 había mermado tanto sus ingresos como sus expectativas, y el panorama que aparecía por delante no aparentaba ser mucho mejor.
El 9 de septiembre de 2004, a la desesperada, la junta de accionistas de la compañía decidió lanzar una ampliación de capital para intentar conseguir 5,34 millones de euros con los que superar el bache. La empresa pretendía captar ese dinero a través de lectores rumbosos, la oferta se presentaba más como una donación a la causa que como una inversión con visos de convertirse en negocio. “La ampliación de capital (...) comporta riesgos, pues a la excepcionalidad del medio hay que sumar la posibilidad de pérdidas de ingresos futuros que podría provocar nuestra defensa de un ideario liberal-conservador”, aseguraba Libertad Digital en la comunicación que presentó ante la CNMV: “No podemos dar garantías económicas de rentabilidad futura del proyecto”.
Las acciones en venta valían para bien poco, pues la empresa no cotizaba ni cotiza en bolsa, por lo que eran después difíciles de vender. Tampoco aportaban control sobre el proyecto, que sigue en manos de sus fundadores. Con todo, Jiménez Losantos confiaba en que su indiscutible tirón popular serviría para recaudar el dinero necesario entre sus fieles seguidores. No fue así.
Losantos decidió entonces pasar al plan B. Durante el fin de semana del 23 al 24 de octubre de 2004, se reunió con dos de sus principales aliados en la derecha: Ángel Acebes, entonces secretario general del PP, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Según explican fuentes del PP, Losantos quería que el partido utilizase su influencia entre empresarios afines para ayudarle a colocar lo mucho que quedaba por cubrir de la ampliación de capital. El plazo era muy corto, apenas una semana. Ambos políticos le dieron su apoyo, pero Aguirre argumentó que sería más eficaz si la petición de respaldo salía del PP en Génova, y no del Gobierno de Madrid. Ángel Acebes se ocupó así de la tarea, que gestionó junto con varias personas más del aparato del partido. Gracias a la ayuda del PP, Losantos y su socio Alberto Recarte, presidente de Libertad Digital y también consejero de Caja Madrid, lograron cerrar por los pelos la ronda de generosos inversores. Libertad Digital, un medio que dice ser defensor del pensamiento liberal, que reclama la no intervención de los gobiernos y los partidos en la empresa privada, se salvaba así gracias al PP. El liberalismo bien entendido empieza por uno mismo.