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Dos opciones para el 20D

El próximo 20 de diciembre los españoles tenemos ante nosotros una decisión clave que marcará nuestro futuro y el de nuestro país: que siga como presidente Mariano Rajoy o que gobierne Pedro Sánchez.

A estas alturas, pocas personas en este país creen que haya otras posibilidades. El exlehendakari socialista Patxi López, por ejemplo, tiene claro que solo hay esas dos opciones: Rajoy o Sánchez. Y estoy de acuerdo con él. Atrás han quedado aquellas quimeras que nos intentaron presentar como proyectos políticos serios y que en algún momento captaron, gracias a un discurso facilón y populista, la atención de muchas personas.

Pero estamos viendo que muchas de esas personas han dejado de ver esas propuestas como una alternativa realista, y a día de hoy está claro, como demuestran todas las encuestas, que el PP y Rajoy siguen siendo la opción preferida para gobernar de aquí a 2019 y que la segunda fuerza política sigue siendo el PSOE. Por detrás, ya a mucha distancia, quedan proyectos como los de Podemos o Ciudadanos, que alguna vez quisieron ser mayoritarios, pero que han demostrado que carecen de un verdadero proyecto para el país y para responder a las inquietudes reales de la gente. Una gente que no se deja engañar con cualquier promesa sin base y que sigue confiando en fuerzas políticas con un programa real, y con una experiencia de gobierno probada.

En el Parlamento Europeo he conocido y llegado a apreciar al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Es una persona muy formada pero, desde mi punto de vista, con unas ideas muy equivocadas sobre lo que necesita España.

El discurso de Podemos, que nunca llegó a ser proyecto sólido, no ha tenido al final tanto éxito como algunos pensaron en los primeros meses tras su irrupción en la política española. Lo hemos comprobado en las recientes elecciones catalanas y lo dicen cada día las encuestas. Incluso los que en algún momento considerábamos un duelo Rajoy-Iglesias (yo mismo lo dije en una entrevista en COPE el año pasado) hemos empezado a hablar de opciones más realistas.

Es verdad que en los últimos tiempos algunos dan a Iglesias por amortizado. Pero es verdad también que aún queda tiempo para el 20 de diciembre. Algo parecido hemos visto en Grecia con Syriza, el partido al que tanto apoyó Pablo Iglesias y que recientemente ha vuelto a tener el apoyo de las urnas aunque ya no tenía tantas ideas imposibles de realizar en su programa. Al final,en Grecia se ha vuelto a poner de manifiesto que el único camino es aplicar las reformas necesarias para levantar el país de su desastrosa situación económica. Por eso mismo, el partido de Alexis Tsipras se parece hoy más al PSOE de los años 80 que al proyecto de izquierda radical con el que una vez se presentaron ante sus ciudadanos.

Así que estoy de acuerdo con Patxi López en que a día de hoy volvemos a estar entre las dos opciones tradicionales de la política española, las que pueden presentar un proyecto de futuro para este país, pero con una clara diferencia: Rajoy y el PP tienen unas propuestas claras para continuar en la senda de crecimiento, la mejora del empleo y la ampliación de los servicios a la ciudadanía, mientras que la alternativa, Pedro Sánchez y el PSOE, no ha sabido cambiar la fórmula que hundió a este país hace unos años y que nos llevó al borde del desastre.

Somos conscientes, no obstante, de que queda mucho por hacer, que aún hay muchas personas que lo está pasando mal. No lo olvidamos nunca. Pero tenemos el deber de convencer a los españoles de que, si seguimos con la actual política económica, podemos superar definitivamente la crisis económica y sus efectos para seguir haciendo un país mejor entre todos y para todos.

El próximo 20 de diciembre los españoles tenemos ante nosotros una decisión clave que marcará nuestro futuro y el de nuestro país: que siga como presidente Mariano Rajoy o que gobierne Pedro Sánchez.

A estas alturas, pocas personas en este país creen que haya otras posibilidades. El exlehendakari socialista Patxi López, por ejemplo, tiene claro que solo hay esas dos opciones: Rajoy o Sánchez. Y estoy de acuerdo con él. Atrás han quedado aquellas quimeras que nos intentaron presentar como proyectos políticos serios y que en algún momento captaron, gracias a un discurso facilón y populista, la atención de muchas personas.