La abstención fue, junto con Iñigo Urkullu, la gran triunfadora de las elecciones vascas que se celebraron el 12 de julio. Participó menos del 53% del censo. En Bilbao y Vitoria votó incluso un porcentaje inferior a la mitad. Ahora, casi tres meses después de los comicios, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho público un estudio poselectoral en el que un 18,8% de los abstencionistas asegura que no acudió al colegio “por miedo al contagio del coronavirus”.
Son un 14,2% quienes han alegado esa razón de salud pública con primera razón y otro 4,6% quien la emplea en segundo lugar. Preguntados por qué partido votaron en 2016 los que marcaron su miedo a la pandemia como primera opción, fueron más los temerosos que habían apoyado a Elkarrekin Podemos (26,6%), frente a exvotantes del PNV (25,6%) y los del PSE-EE (24,6%). Más de un 80% de ese colectivo participó en las autonómicas anteriores, por lo que la pandemia sí afectó a una bolsa importante de votantes. En número redondos, un porcentaje del 18,8% equivaldría a unas 160.000 personas retraídas por el coronavirus, justamente la diferencia entre los alrededor de 900.000 votantes de 2020 frente a los 1.070.000 de 2016. Lógicamente, otra parte de la abstención -más endémica- se explica por otros motivos, como la inexistencia de alternativas políticas satisfactorias, (24,7%), el hartazgo (22,7%), el pensar que votar “no sirve para nada” (15,7%) o la falta de confianza en los partidos (32,4%).
El CIS acota aún más la búsqueda de explicaciones y plantea a quienes no votaron pero querían haberlo hecho que lo expliquen. Aquí el 40,7% explica que estaba “ausente” -quizás de vacaciones por la época del año- frente a un 19,8% que se vio impedido por la pandemia. Aquí, la mayoría de afectados eran simpatizantes de EH Bildu (53,4%). El sondeo dibuja también que la ciudadanía percibió la emergencia sanitaria y la economía como temas centrales de la campaña y que se informa cada vez más a través de medios de comunicación digitales.
En el plano más político, el CIS trata de indagar entre qué opciones dudaron los electores hasta el final. Y son dos. Hay un grupo del 12,6% que pendulaba entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos y otro de similar tamaño (12,5%) que dudaba entre los dos socios de Gobierno, PNV y PSE-EE. También hay una bolsa relativamente importante (6,8%) fronteriza entre PNV y EH Bildu.
Iturgaiz, el peor valorado
En cuanto a la valoración de los líderes políticos, el lehendakari y ganador de las elecciones, Iñigo Urkullu, sale con la nota más alta (5,8 sobre 10), seguido de Maddalen Iriarte de EH Bildu (5,1). Todos los demás suspenden, aunque la socialista y nueva vicelehendakari Idoia Mendia se queda en el 4,9. Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos-IU) suma 4,1 puntos y su valoración entre los simpatizantes no llega ni a 6. Algo parecido le ocurre a Carlos Iturgaiz, que además ahora va a ser el presidente del PP vasco también. Su nota es de 2,1, peor incluso que la de la portavoz de Vox, Amaia Martínez Grisaleña.
El sondeo se realizó entre el 8 y el 24 de septiembre con 3.000 entrevistas, 950 en Álava, 1.040 en Bizkaia y 1.010 en Gipuzkoa. El margen de error general es del 1,8%.