El activista saharaui retenido en el aeropuerto de Bilbao desde hace más de diez días ha comenzado una huelga de hambre para tratar de evitar su deportación a Marruecos, que previsiblemente tendrá lugar este viernes debido a que la Audiencia Nacional en Madrid ha desestimado la medida cautelarísima presentada por los abogados del turno de Extranjería del colegio de Bizkaia por no ver indicios suficientes por los que el joven necesite protección internacional.
Ante la respuesta de la Audiencia Nacional, el joven de 23 años que se encuentra desde el pasado 23 de junio en la 'sala de rechazados' del aeropuerto, ha informado de que ha comenzado una huelga de hambre y que se mantiene “firme” en su “derecho al asilo y refugio”. “Estoy bien, ahora mismo estoy un poco agotado por el impacto de la huelga de hambre que llevo haciendo desde ayer, pero sigo firme y resistiendo por mi derecho al asilo y al refugio. Tengo sentimientos contradictorios respecto a la espera de la respuesta de la Audiencia Nacional, por una parte, tengo miedo al pensar en mi posible deportación a Marruecos y lo que me espera allí; y por otra parte siento esperanza, sentimiento al que estamos ligado el pueblo saharaui desde el comienzo de la lucha por la libertad y la independencia, desde 1973”, ha indicado en una carta recogida por la asociación Zehar Errefuxatuekin a la que ha tenido acceso este periódico.
“Decidí venir por el acoso al que me sometían las autoridades de la ocupación marroquí y la imposibilidad de vivir con plenas garantías a mis derechos como saharaui dentro del territorio ocupado. Era activista dentro del movimiento estudiantil saharaui, repartíamosâ¯folletos, colgábamos pancartas en instituciones marroquíes y escribíamos consignas por la independencia del Sahara Occidental en las paredes de en diferentes instituciones. Fui arrestado por las autoridades marroquíes, torturado la última vez”, ha explicado.
Según ha expresado, el joven ha solicitado asilo en Euskadi después de volar desde Marraquech en un vuelo hacia La Habana, pero con escala primero en Bilbao y después en Madrid. Allí fue retenido por la Policía Nacional por portar un pasaporte sin sello. “No puedo pensar en planes futuros. No estoy tratando de pensar en ello, pero no puedo aceptar mi regreso al infierno. Solicité asilo en Bilbao porque sé que la sociedad civil española es lo opuesto al actual Gobierno español; es partidaria de la lucha del pueblo saharaui, especialmente en el País Vasco. En cuanto al destino, La Habana, era solo para llegar hasta aquí, hasta Bilbao”, ha reconocido.
Sobre el trato recibido por parte de los empleados del aeropuerto, ha confesado que algunos “le tratan bien”, pero otros “con dureza”. “â¯La última noche ha sido demasiado larga, cada minuto esperaba la decisión de deportación. No pude dormir en toda la noche. En un momento, la policía se me acercó y me dijo: ”No hables ni te resistas mucho, en caso de que te devolvemos a Marruecos, no hagas ninguna acción que te impida regresar a España en un futuro“, a su vez me negué, y les dije, que no acepto mi deportación bajo ningún concepto”, ha indicado.
Por último, en el escrito ha expresado la gratitud y solidaridad de las personas que están siguiendo su caso y apoyándolo. “En primer lugar, me gustaría ofrecer un montón de gratitud, gracias a la solidaridad con mi causa y todos los que preguntaron por mí y se molestan en viajar al aeropuerto para visitarme y todos mis amigos; a la sociedad civil española, especialmente en el País Vasco, que ha vuelto a triunfar sobre la verdad y las cuestiones justas. Mi situación es una pequeña parte de la falta de libertad de expresión y de condiciones de vida en el Sáhara Occidental experimentada por los jóvenes saharauis como resultado de las condiciones de ocupación y del bloqueo de Marruecos a la región”, ha concluido.
El joven voló desde Marraquech en un vuelo hacia La Habana, pero con escala primero en Bilbao y después en Madrid. En Bilbao, los agentes de la Policía Nacional se percataron de que su pasaporte no tenía sello y el joven confesó que quería llegar a España para solicitar asilo o refugio, debido a que por su perfil de activista se encontraba en peligro de ser encarcelado. Tras 10 días de espera, el Ministerio del Interior denegó este miércoles su solicitud, pero los abogados del turno de Extranjería del Colegio de Bizkaia comenzaron un proceso para solicitar el reconocimiento del estatuto de apátrida para el joven por su origen saharaui. No obstante, la Audiencia Nacional ha desestimado la medida cautelarísima ya que no ha visto indicios suficientes por los que el joven necesite protección internacional. La deportación a Marruecos puede producirse en las próximas horas.