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Las Administraciones vascas fijan en 2.058 millones el golpe de la pandemia en la recaudación

Reunión del Consejo Vasco de Finanzas, este jueves en Vitoria

Iker Rioja Andueza

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Las Administraciones vascas han puesto ya cifras al agujero económico dejado por la pandemia de COVID-19: 2.058 millones menos en recaudación de impuestos en 2020 y un 2021 en el que solamente se recuperará un 40% de esa cantidad, 839 millones. Por el sistema de reparto de fondos interno en Euskadi, el 70% del impacto corresponde al Gobierno vasco y el resto a las diputaciones. Estos números, además, están sujetos a unas premisas que aún se tienen que cumplir en un escenario de gran incertidumbre sanitaria y económica. La primera es que los ingresos de 2020 caigan un 13,3%, menos que el desplome de 16,6% que es el último dato real hasta agosto. La segunda, que se fundamenta también en la recuperación sólida del pulso económico, es que el PIB suba un 8,9% y meta en las arcas Hacienda un 6,3% más de fondos.

Este jueves se ha reunido en Vitoria el Consejo Vasco de Finanzas, el órgano que sienta al Gobierno autonómico, a las tres diputaciones y a la principal asociación municipalista, Eudel, dirigida por el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran (PNV). Habitualmente el gran titular de esta cita anual es el techo de gasto para el ejercicio siguiente. Este año, por las circunstancias especiales, la clave estaba en el alcance de las cifras que arroja la pandemia. Los datos indican, además, que el golpe ha sido mucho mayor para las empresas, con una caída del 38% en el Impuesto de Sociedades -en Álava algunas aportaciones de autónomos se han desplomado hasta en un 70%- frente al 1,8% del IRPF. El IVA -que marca la evolución del consumo- se ha situado en el entorno del -18%.

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha querido destacar que la caída de ingresos en Euskadi es “importante” -posiblemente la mayor de la historia en un golpe- pero “menor de la esperada”. “Hablábamos de un 20%”, ha dicho citando las previsiones más negras durante el confinamiento, calificado por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu como “coma económico” en múltiples ocasiones. El 13,3% o 2.058 millones -el presupuesto anual de la Sanidad pública vasca es de unos 3.000- se configura como un mal menor que se compensará con la reordenación de partidas presupuestarias y, en el caso del Gobierno vasco, al que le afectaría en el entorno de 1.400 millones, con una emisión extraordinaria de deuda equivalente y que tendrá que ser autorizada por el Parlamento Vasco.

También de cara a 2021 se prevé mantener un marco presupuestario estable o incluso expansivo merced a la flexibilización del déficit. Azpiazu ya adelantó en su momento que no era tiempo de austeridad y sí de ser “valientes”. Además, Euskadi cuenta con dos ventajas, según ha indicado. Una, que su nivel de endeudamiento ronda el 16% y es menor que el de otras comunidades autónomas. Y, dos, que la colocación de bonos en el mercado es ahora barata: “Los tipos de interés están muy bajos. Se pueden colocar cantidades importantes con costes financieros relativamente bajos. Ayer estaba 0,20% el bono a 10 años”.

Presente en la comparecencia pública, el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria (también del PNV, como todos los presentes en el Consejo Vasco de Finanzas) ha querido poner un punto de mayor prudencia y hablar a la ciudadanía con “claridad”. “Estamos en la mitad de la pandemia. Hay que decirlo claramente: esto puede ir a peor. Tenemos que ser muy conscientes de ello”, ha enfatizado. Y ha lanzado otro mensaje: “El déficit es una muy buena herramienta, pero para un momento concreto. Es un parche. El endeudamiento es una solución coyuntural pero no es la solución. El futuro no pasa por que nos ahoguemos con la deuda”.

¿Y una reforma fiscal para captar más recursos? “No podemos ser frívolos cuando hablamos de nuevas fiscalidades”, ha opinado Rementeria, que considera que no hay cambio posible que saque de la manga más de 2.000 millones con efecto inmediato. Azpiazu, incluso, ha considerado que actuar en la fiscalidad en este contexto podría ser contraproducente y generar un “efecto contractivo” en la economía. Nada se ha comentado sobre acciones especiales contra el fraude fiscal para captar fondos extraordinarios.

Los diputados generales de Álava y Gipuzkoa, Ramiro González y Markel Olano, también han hecho constar que las cifras son malas –“salta a la vista”, ha asumido el segundo- pero han coincidido en que son mejores que el peor escenario que se dibujó en primavera y que la economía marca una tendencia alcista. Finalmente, el alcalde de Vitoria y presidente de Eudel ha reclamado protagonismo para las entidades locales en la recuperación, ya que controlan “el 20% del gasto público” en Euskadi.

Sobre el Consejo Vasco de Finanzas ha sobrevolado la promesa de fondos europeos que compensen el golpe de la crisis y activen transformaciones. Este 15 de octubre era un día marcado en rojo para la presentación de posibles proyectos susceptibles de ser cofinanciados desde Europa. Euskadi ya presentó un primer listado en agosto. Azpiazu ha indicado a preguntas de los periodistas que continúan trabajando en colaboración con otras instituciones y empresas en el listado definitivo, que tendrá propuestas “sólidas”. “¿Cuánto dinero y cuándo? No sabemos”, se ha sincerado. Los diputados generales han coincidido en señalar que activarán sus planes estratégicos con recursos propios sin esperar a Europa.

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