Las chicas son de bicicletas de gravel, aunque muchas todavía no lo saben
Si solo quiere disfrutar, le dan miedo los coches, no quiere hacer bajadas complicadas con la bici y le gusta descubrir caminos, entonces está claro: es una chica gravel, aunque ella aún no lo sabe
La palabra 'gravel' viene de grava, material que se usa para la construcción de caminos entre otros usos. Ya hay datos del uso de esa palabra en EEUU desde hace 20 años, pero como siempre, aquí las novedades llegan con retraso, o no.
Cuando empecé a competir, allá por los 13 años, acudía a los entrenamientos con mi equipo en la categoría de infantiles muchas veces sola, y no era raro que me entretuviera y se me hiciera de noche para volver a casa. Era entonces cuando recorría los 10 km hasta mi pueblo rodando por caminos con mi bici de carretera, para así evitar los peligros del asfalto. No tenía luces como las de ahora, ni me daba miedo la noche. Estaba haciendo gravel, pero no o sabía.
Unos años más tarde llegó el boom de la bici de montaña y como inquieta que soy fui de las primeras en experimentar esa nueva forma de pedalear. Me desenvolvía bien con esa bici, sobre todo en las subidas. Las bajadas eran ya otro cantar. Todo eso lo viví desde el mundo de la competición y, aunque disfrutaba mucho, a largo plazo me di cuenta de que me faltaba algo. Tras muchos años de competir en disciplinas como la carretera, el mtb o el ciclocrós, llegó la hora de disfrutar de otra forma: simplemente andar en bici.
El gravel ha supuesto un cambio radical en el mercado de bicis y en las experiencias que se pueden vivir con ellas. Y aunque haya muchas personas que puedan decir que la gravel es como la bici de 'trekking' o la de ciclocrós, lo cierto es que no es lo mismo.
He tenido bicis de todo tipo y las sensaciones que aporta una bici de estas no te las proporciona ninguna otra. Ni siquiera la de ciclocrós, ya que esta última está pensada para la competición y la geometría cambia radicalmente.
Asesoro a muchas chicas a la hora de comprarse una bici y siempre les hago la misma pregunta: ¿por dónde quieres andar? Si quien responde tiene claro que es para ir por asfalto, quiere una bici ligera y busca rodar lo más rápido posible, sin duda la bici de carretera es para ella.
Pero si por el contrario, la respuesta es: no tengo prisa, sólo quiero disfrutar, me dan miedo los coches, no quiero hacer bajadas complicadas con la bici y me gusta descubrir caminos. Entonces, yo lo tengo claro: es una chica gravel, aunque ella aún no lo sabe.
¿Cómo es la bici de gravel?
Es a primera vista como una bici de carretera, pero hay muchos detalles que la diferencian y la convierten en una bici muy versátil y dinámica, a la vez que divertida.
Es algo más pesada que la bici de carretera. De cuadro muy robusto, normalmente de aluminio, aunque también los hay de carbono (en bicis más dirigidas al rendimiento) y acero. Son máquinas con las que puedes rodar por caminos sabiendo que aunque te salte una piedra, tu cuadro va a seguir intacto.
La geometría:
La geometría es más cómoda que la de una bici de carretera, muy parecida a una gran fondo, diseñada para pasar horas sobre ella, porque eso es lo que buscamos, un ciclismo sin prisas, saboreando cada pedalada. El cuadro es ligeramente más alto en la base del pedalier, para así poder pasar por zonas con raíces o salvar piedras.
Los frenos:
Los frenos de disco aportan comodidad y seguridad para todas las rutas, sin tener que sufrir en las frenadas como con unos frenos cantiléver o Vbrake de las antiguas bicis de ciclocrós o BTT.
Algunas bicis incorporan doble maneta de freno (como las de montaña) en la parte más ancha del manillar, para así tener mejor acceso al freno. Se recomienda para chicas que hacen la transición de la bici de monte a esta.
Los desarrollos:
No tiene los desarrollos que tiene una bici de montaña, ya que no se busca poder salvar grande pendientes. Tampoco tiene amortiguadores, pues las bajadas por las que se transitan no las necesitan. Para eso ya están las bicis de monte o enduro.
Los desarrollos de la gravel son algo superiores a una bici de carretera, lo que te permite rodar por caminos de tierra sin necesidad de ir atrancada. Los hay con monoplato, pero sin lugar a dudas es mejor doble plato, para así tener mayores combinaciones. Es la bici ideal para largas escaladas pirenaicas en las que buscas disfrutar de la subida. Puede ir montada con un 32x34 en vez de un 34x28 que llevan habitualmente las de carretera.
Las ruedas
Las ruedas son o de 700 como las de carretera, donde puedes poner cubiertas de hasta 40“ o las hay de 650 ,que te permiten montar algo más de neumático para ir por terrenos más abruptos como lo harías con una mtb. Yo llevo algo mixto, que me vale para ir por pistas y por carretera sin tener que cambiar el neumático.
Ahora he optado por comprar otro juego de ruedas y tener un par montado para gravel y otro montado con neumático más liso para carretera.
Nuevas experiencias
Lo que le hace a esta bici tan interesante es poder transitar por una carretera vieja y bacheada sin preocuparte de que vas a pinchar. Es poder meterte por un camino de piedritas conduciendo distraídamente sin miedo a los coches. Es la combinación de rutas que puedes imaginar si mezclas las carreteras habituales por donde ciclas y esos caminos por lo que vas con la bici de monte.
Cada vez hay más rutas “colgadas” en plataformas como wikiloc o koomot, diseñadas para bicis gravel. También abundan artículos de viajes en bici de gravel, con bolsas colocadas por los tubos de la bici y bolsas de bikepacking, sin necesidad de colocar un porta bultos o parrilla aligerando así la bicicleta.
Para muchas chicas es la bici ideal para iniciarse. No es tan rápida como la bici de carretera, lo que permite ir a ritmos más suaves, ni tan pesada como la bici de montaña. Si te da miedo ir por carretera. Eres de las que no se tiran por trialeras con la btt y prefieres las suaves llanuras de 'sterrato', esta es tu bici ideal.
En definitiva, una bici para explorar nuevas rutas, vivir aventuras investigando caminos, realizar un viaje sola o con amigas, o simplemente andar en bici sin la preocupación del tráfico o las zonas técnicas que te brinda la bici de montaña.
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