“Durante la pandemia, no habíamos visto algo de este tamaño o intensidad. Éste ha sido el brote más significativo en este sentido”, apunta Xabier Urdangarin, alcalde de Astigarraga, una localidad de Gipuzkoa con 6.200 habitantes pegada a Donostia. De hecho, de su ayuntamiento a La Concha no hay más de seis kilómetros). Según el último informe de la evolución municipal de la COVID-19 en Euskadi, la tasa de incidencia en este municipio superaba los 1.100 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Era un dato diez veces más alto que la media vasca ese día y pulveriza los 67,07 puntos actuales de media en España. En esta fase de la pandemia después de que hayan desaparecido la mayoría de restricciones por la muy alta cobertura de la vacunación, Gipuzkoa es la provincia con más contagios y ha vivido en pocos días una fuerte subida.
El brote de Astigarraga ha sido también repentino. El 25 de octubre, la tasa marcaba 29,97 y había aparecido un solo caso en toda la semana anterior. “El origen no está claro, pero el foco ha partido de la escuela”, relata el alcalde. En el municipio solamente hay una, la Herri Eskola de Primaria. Por edad, ninguno de sus alrededor de 300 alumnos está vacunado. El regidor está en permanente contacto con la directora del centro, que le detalla que día a día hay aulas que tienen que confinarse. Este viernes, la mitad del alumnado que sigue yendo a clase tendrá que someterse a una prueba de saliva. Desde hace unos meses, el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) utiliza esta técnica para recoger muestras de manera rápida y menos invasiva, aunque luego se procesan como una PCR normal y su fiabilidad es casi la misma.
Oficialmente, no hay datos de contagios desde el lunes, ya que en Euskadi con el final de la emergencia sanitaria se eliminó el parte diario y se envía ahora un único boletín semanal. “Pero esta semana mucha gente se ha hecho la prueba y ha dado positivo”, confirma el alcalde, que indica que el virus ha saltado ya de las aulas a las casas. “Padres y madres ya se están contagiando también”, añade. “Se está notando en los parques después del colegio. Se nota un número mucho menor de niños y niñas”, lamenta. De momento, el pasado fin de semana se suspendieron las actividades infantiles municipales y se pidió que se pararan también las de las asociaciones privadas, recomendación acatada por la mayoría. Y este próximo sábado y domingo “tampoco habrá txotxongilos” (marionetas). Eso sí, Urdangarin protesta por no tener más datos cada día. “Está siendo un poco farragoso. Agradeceríamos más información. No sabemos si la curva está subiendo o bajando, la verdad. Así es difícil evaluar medidas”, se queja.
Donostia, al lado de Astigarraga, es la capital vasca con más casos. En Gipuzkoa, a falta de datos oficiales, la tasa podría rondar ya los 200, ya que este lunes era de 175 y han continuado registrándose muchos positivos. Un dato: en siete días, la incidencia de este territorio era mayor que la de Álava y Bizkaia en 14 días. Hasta el diputado general, Markel Olano, está confinado y ha tenido que ausentarse de varios actos institucionales tras haber contraído el Sars-Cov-2.
En general, Euskadi es la segunda comunidad autónoma en incidencia, con 131 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Solamente tiene un dato más alto Navarra, limítrofe con Gipuzkoa y que llega a 146. No obstante, el Servicio Navarro de Salud (Osasunbidea) realiza un 80% más de pruebas diagnósticas (sumadas las PCR y los antígenos) que Osakidetza. Hay 104 personas hospitalizadas. La incidencia más alta se concentran en los no vacunables, con 264, el triple que la media española.
En este contexto, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, han lanzado avisos consecutivos el domingo, el lunes, el martes y el miércoles apelando a la necesidad de que se observen las medidas en vigor -particularmente el uso continuado de la mascarilla si no hay distancias, incluso en exteriores- para no tener que dar pasos atrás de cara a Navidad. “Hablando de responsabilidad, estamos asistiendo a un repunte de los casos de coronavirus en toda Europa, también en Euskadi. Está en nuestra mano revertir esta situación y evitar tener que adoptar nuevas medidas restrictivas. Hago un llamamiento a la prudencia. Prudencia significa cumplir con rigor las medidas en vigor, mascarilla, distancia social y evitar aglomeraciones de personas. Estamos a tiempo”, recalcó Urkullu desde una fábrica de Coca-Cola. El Gobierno vasco, en todo caso, no aclara qué medidas maneja o qué medidas podría aplicar sin emergencia sanitaria y sin estado de alarma.