Las barreras de la barrera de látex: desinformación, poca accesibilidad y tres veces más caro que un condón masculino
A raíz de la falta de información y concienciación, el uso de este tipo de preservativos es escaso, lo que hace que la vida sexual de lesbianas, bisexuales o transexuales sea menos segura
Al entrar en cualquier farmacia es común encontrarse con estanterías repletas de condones masculinos de todo tipo de sabores y tamaños, ¿pero qué ocurre con las barreras de látex? elDiario.es/Euskadi ha realizado un recorrido por distintas farmacias del centro de Bilbao haciendo esa misma pregunta. En ninguna de ellas había disponibilidad en tiendas y tan solo en una farmacia de cinco contaban con la posibilidad de realizar un pedido por internet para adquirir un paquete de tres unidades por 9 euros, tres veces más caro que un condón masculino. ¿Las razones? La falta de demanda e información al respecto: en cinco años solo 3 mujeres se habían acercado a preguntar si contaban con la conocida como barrera de látex.
La barrera de látex es una película que se utiliza tanto en la boca como en la vagina y permite practicar de forma segura el sexo oral o, en el caso de sexo entre personas con vulva, sexo vaginal. La falta de accesibilidad e información acerca de este producto en comparación con los productos destinados al sexo con penetración, hace que su uso sea escaso y que para lesbianas, bisexuales o trans su vida en pareja sea menos segura.
“No lo vendemos y no lo hemos vendido nunca porque no nos lo piden. A mí en todo el año solo me lo ha pedido una persona, mientras que a mi compañera en cinco años tres chicas. Tampoco nos lo ofrecen los proveedores. Creo que es una cuestión de falta de información, la gente no sabe qué es ni que existe. No tendríamos ningún problema en venderlo si la gente lo pidiera ”, confiesan desde la farmacia ubicada en la calle Bidebarrieta del Casco Viejo.
Es una discriminación hacia las mujeres porque al final tampoco se piensa en esto, parece que no existe y sí existe, las ETS están ahí igual
A unos metros de allí, en la Plaza Nueva, sí que disponían de barrera de látex en 2018, pero desde entonces no han realizado más pedidos. “Simplemente no se vendían, de hecho se nos caducaron”, señalan. En la única farmacia de cinco visitadas en la que ofrecen la posibilidad de realizar pedidos de este producto si el cliente lo solicita es en Correo 4, ubicada en la calle que lleva su mismo nombre, también en el Casco Viejo. “En seis meses solo ha habido una petición, de un chico, concretamente. Nosotras no vendemos, pero en esos casos lo pedimos a una farmacia online, ya que los proveedores no lo distribuyen. Hay paquetes de tres preservativos por 9 euros. Es notablemente más caro que los preservativos masculinos, pero es porque tampoco hay mucha demanda. En el caso de este chico, le dijimos que se lo podíamos pedir y llegaría a la tarde o al día siguiente, pero prefirió no hacer el pedido”, explican.
En esa misma farmacia, al igual que en las demás -y en tiendas y supermercados- se encuentran disponibles paquetes de 12 condones masculinos desde 7,95. Su precio varía dependiendo del tipo de condón y el tamaño. A pesar de que también existen los condones femeninos, que se utilizan para la penetración pero es la mujer la que se lo introduce en la vagina, no sirven para proteger de enfermedades a personas con vulva que practiquen el sexo entre ellas y tampoco se encuentran disponibles en farmacias.
Amaia tiene 27 años y a lo largo de su vida ha practicado el sexo tanto con hombres como mujeres. “Si comparo la primera vez con un hombre y la primera vez con una mujer te puedo decir que con la mujer en ningún momento se piensa en preservativos, en cambio con el hombre ese pensamiento siempre está ahí. La primera vez que mantienes una relación sexual con un hombre siempre va a haber preservativo, con una mujer no”, confiesa.
En su caso, al igual que la mayoría de las personas que realizan este tipo de prácticas sexuales, no utiliza ningún preservativo. “No utilizo preservativos, pero me gustaría utilizar. Estoy concienciada y sé los problemas que puede haber, lo que pasa es que no tengo conocimiento sobre ello, por no hablar de los precios, que me parece fatal. Además, la sociedad nunca habla de ello. De hecho mi ginecóloga tampoco me ha dado ningún tipo de información. Es una discriminación hacia las mujeres porque al final tampoco se piensa en esto, parece que no existe y sí existe, las ETS están ahí igual”, lamenta esta joven, que ha preferido no decir su verdadero nombre.
Sobre esta última cuestión han trabajado en la asociación Sare Lesbianista, donde realizaron una campaña para que Osakidetza tuviera en cuenta a las mujeres lesbianas a la hora de informar sobre el VPH. “Las lesbianas no solo recibimos información contradictoria por parte del personal sanitario que desconoce los riesgos y la transmisión del VPH en prácticas de mujeres”, manifestaban los folletos creados y distribuidos en hospitales vascos. Además, realizaron una hoja de reclamaciones para exigir una “revisión del protocolo y trato de lesbianas entorno al VPH”.
“Claro que hay discriminación en Osakidetza, hay muchas cosas que no se recogen entorno a este virus y las formas de contagiarse en prácticas entre mujeres. Con la campaña conseguimos que quitaran de los ambulatorios imágenes que fueran exclusivamente heterosexuales aunque es cierto que desde los 90, desde las campañas del SIDA no se han vuelto a hacer cosas sobre preservativos para mujeres”, cuenta Dunia Taher Muti, miembro de Sare Lesbianista, a este periódico.
Entre las propias ginecólogas el desconocimiento sobre los productos como este también es latente. “Sobre barrera de látex mucha información no tengo, tampoco manejamos mucho sobre el tema ya que no nos presentan nada sobre ese método”, confiesa una ginecóloga que actualmente trabaja en un hospital de Osakidetza a elDiario.es/Euskadi.
Desde Berdindu, el Servicio del Gobierno vasco de información y atención a personas lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales (LGTBI) y que trabajan, además en el ámbito de la comunidad educativa, confiesan a este periódico que también “carecen de información”. Su función se basa principalmente “en temas relacionados con la identidad y orientación sexual” y en las escuelas realizan talleres de “diversidad sexual y de género con el objetivo de erradicar todo tipo de fobias y prejuicios sobre el colectivo”, según informan a este diario.
¿Cómo van a utilizar la barrera de látex si no hay información sobre ello, ni es accesible y encima es más caro?
Sí que conocen el producto en Gehitu, la asociación de gais, lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales del País Vasco, sin embargo, tampoco lo distribuyen ni están realizando ninguna campaña de divulgación sobre ello, al menos en estos momentos. “En Gehitu hemos tenido barrera de látex un par de veces, pero no se han vuelto a pedir porque no tenían salida. Tenemos pensado meterle caña a este tema, porque es importante. El problema de este recurso es que es caro y poco accesible. Si nos ponemos a comparar la barrera de látex con los condones masculinos, ¿cómo van a utilizar la barrera de látex si no hay información sobre ello, ni es accesible y encima es más caro?”, indica a elDiario.es/Euskadi Maitane Arzalluz, miembro de la asociación.
Según Arzalluz, para que este producto llegue a utilizarse, lo fundamental es la divulgación y las campañas informativas desde asociaciones e instituciones. “Es un recurso que existe y que debería estar al alcance de todas las personas. Cuando se habla de sexo todo el mundo piensa en la penetración, al igual que ocurre con el mito de la virginidad. La gente le da más importancia al embarazo que a las enfermedades y como solo puedes quedarte embarazada con penetración, se piensan que con las enfermedades pasa igual, que solo se contraen si hay penetración, que practicar sexo oral sin protección es menos peligroso y no es así. Por eso, aunque podrían, tampoco los heterosexuales lo utilizan. Queda muchísimo trabajo por hacer al respecto”, concluye.
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