Bizkaia invertirá 475.000 euros en derribar y retirar amianto de la fábrica de Dalia, sede del futuro Guggenheim de Urdaibai
La fase de retirada de amianto y demolición de la antigua fábrica de Dalia, emplazamiento donde está previsto una de las dos sedes del Guggenheim de Urdaibai, cuenta con una inversión de 475.000 euros y un plazo de ejecución de 30 meses, según ha explicado el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga. La apoderada de EH Bildu Iratxe Arriola ha llevado al pleno control de las Juntas Generales de Bizkaia de este miércoles una iniciativa sobre el proceso de descontaminación de los suelos de las antiguas fábricas de Dalia y el uso que tendrán.
La juntera, que ha censurado al Gobierno foral su “poca sensibilidad” con el patrimonio industrial, ha lamentado que se va a “imponer” el proyecto de ampliación del Guggenheim Urbaidai “de espaldas a la ciudadanía” y con una “respuesta social que nunca se ha visto en la comarca”.
En su respuesta, el diputado de Infraestructuras ha relatado que las actuaciones en la antigua Dalia se han diseñado en varias fases, de manera que en una primera etapa en 2023 se procedió a la retirada de los materiales de todo tipo, tanto peligrosos como no peligrosos, que habían sido “depositados y abandonados tras el cese de actividad” de la empresa. Cada uno de ellos, ha subrayado, “fue tratado específicamente por empresas diferenciadas”, todas ellas “con las homologaciones necesarias”.
Tras esta primera fase, ha explicado, “quedaba el edificio con sus elementos estructurales, incluidas las placas de asbesto-cemento y las tierras y aguas subterráneas contaminadas” por años de actividad de la cubertera. Así, se ha entrado en una segunda fase que incluye la retirada de las placas con contenido de amianto por parte de personal especializado. Para ello, se ha dotado de un presupuesto de 116.000 euros, con un plazo de ejecución de diez semanas. Por su parte, los trabajos de demolición del edificio han sido contratados por un importe de 339.000 euros y un plazo de ejecución de 20 semanas.
En una tercera fase, según ha indicado, la demolición de soleras y cimentaciones se va a hacer de manera diferenciada para tratar de “alterar lo mínimo posible el estado de los suelos potencialmente contaminados”. También se llevará a cabo el tratamiento de suelos y aguas subterráneas parcialmente contaminadas por la actividad de una empresa cubertera.
El diputado ha avanzado que en las tierras se encuentran metales pesados y PCB, “elementos especialmente contaminantes que no deberían tener ningún problema en tratarse adecuadamente siguiendo los procedimientos técnicos correspondientes”.
Sin embargo, ha apuntado, otra cuestión técnica “más compleja” es el tratamiento de suelos y de las aguas subterráneas, que “impregnan todo el entorno en diferentes niveles de contaminación por disolventes clorados”. Según ha precisado, “el tratamiento posible es el tratamiento in situ por remediación de aguas o por bombeo y posterior tratamiento”.
Una vez completados todos los trabajos se procederá a la caracterización del suelo resultante, “un suelo alterado con toda probabilidad”, por lo que “se harán pruebas complementarias y un análisis cuantitativo de riesgos”. Con todo ello, se efectuará la correspondiente solicitud de declaración de calidad del suelo ante el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco en la que se solicitará “su potencial uso como suelo equipamental museístico”.
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