Periodista. Entre rebote y rebote 'cambió' el baloncesto por la actualidad.
No pasa nada, somos vascos
Euskadi es un país tapado por una bandera. En esta tierra, nada importa porque tenemos una gran fortuna: somos vascos. Que el lehendakari diga en el Parlamento que no se va a crear empleo en los próximos meses, aunque sea su máxima prioridad y deba ser casi su único objetivo, pues no pasa nada. Se promete que se crearán 8.000 nuevas empresas, no 7.867 ni 8.201, y patada a seguir. Anda pues. Somos vascos y lo importante es que seguiremos luchando por encontrar nuestro encaje o nuestro estatus. Que cuando nuestra selección juegue en el San Mamés de los 150 millones de euros ya haremos descuento a las personas desempleadas.
Si en Euskadi a dos altos cargos del PNV les investigan por llevárselo puesto y cobrar casi 80.000 euros al año, como Gallardón, por no ir a trabajar, casi como Gallardón, y son imputados por un Juzgado, pues no se cuenta, no se nombra y no se explica. Que somos vascos y aquí no hay corrupción. Acaso, por poner un ejemplo, chalés pagados con sobres, vacaciones en Bali aun con sueldos de concejal, pisos en el centro de Madrid o sedes ensobradas. Pero, a quién le importa. Somos vascos y somos gente de palabra, buen comer y buen vivir. Y eso cuesta.
Si en Euskadi, concretamente en Bizkaia, el diputado general, con un par, dice que conoce casos de defraudadores pero no los denuncia 'porsiaca'... Pues no pasa nada. Que aquí el que defrauda es amiguete y con lo que ahorra pues nos paga un par de pintxos. Qué buenos están, pero no veas si son caros. Y pelillos a la mar, que los defradaudores son vascos, de los nuestros.
Si en Euskadi hay paro y se reducen los cursos de formación para las personas desempleadas, pues no pasa nada. En Euskadi ya venimos formados de casa y además, la culpa siempre es de otro. Los recortes que impone Mariano o Merkel o los hombres de negro -no confundir con el Bilbao Basket, que a esos hombres de negro no les afectan los recortes- son los culpables. Y aquí, aunque no se forme a las personas desempleadas, jamás seremos ni-ni. Porque siempre seremos algo: somos vascos.
Si en Euskadi se paga a un periódico por publicar informaciones amables con el Gobierno, no pasa nada. No digo insertar publicidad, digo comprar noticias. Pero es lo normal. Que no podemos dejar caer al periódico de la casa y además, son noticias amables con los vascos y perversas con el Gobierno de España. Que una cosa es que el dinero sea público y otra que sea de todos. Denunciarlo es un ataque a lo nuestro, a lo de aquí, a lo que nos diferencia.
Si en Euskadi se acaban las ayudas a la conciliación familiar, no pasa nada. Se deja a los niños en el parque y entre todos los cuidamos. No hay dinero para apoyar a las familias pero sí para otras cosas más vascas como nuestro folclore.
Si en Euskadi queremos correr más que otros, pues hacemos un equipo de Fórmula 1. Y pagamos a escote, o lo que es lo mismo, pagamos entre todos con el dinero público. Pero si sale mal, de nuevo, la culpa es de otro y si me piden explicaciones pues que si quieres arroz Catalina. Pero si llega a salir bien... imagina un Euskaltel Euskadi con cuatro ruedas y un motor cargado de decibelios vascos...
Si en Euskadi hay un caso que salpica al partido más vasco, como el que afecta a Alfredo de Miguel, el fiscal tendrá que lidiar con reses bravas y esperar y esperar y esperar y esperar y esperar a que la Ertzaintza le mande un informe durante meses y meses y meses. Que si quieren que seamos más rápidos que nos pongan un bólido...
Si en Euskadi haces un artículo como éste, entonces sí, entonces podrías tener un problema porque quizás te digan que ya no eres vasco y que les tienes manía... Aunque en realidad lo que pretendo, por lo mucho que me importa mi pueblo, es que abramos los ojos y veamos que nuestra Euskadi en muchas cosas está desnuda.
Euskadi es un país tapado por una bandera. En esta tierra, nada importa porque tenemos una gran fortuna: somos vascos. Que el lehendakari diga en el Parlamento que no se va a crear empleo en los próximos meses, aunque sea su máxima prioridad y deba ser casi su único objetivo, pues no pasa nada. Se promete que se crearán 8.000 nuevas empresas, no 7.867 ni 8.201, y patada a seguir. Anda pues. Somos vascos y lo importante es que seguiremos luchando por encontrar nuestro encaje o nuestro estatus. Que cuando nuestra selección juegue en el San Mamés de los 150 millones de euros ya haremos descuento a las personas desempleadas.
Si en Euskadi a dos altos cargos del PNV les investigan por llevárselo puesto y cobrar casi 80.000 euros al año, como Gallardón, por no ir a trabajar, casi como Gallardón, y son imputados por un Juzgado, pues no se cuenta, no se nombra y no se explica. Que somos vascos y aquí no hay corrupción. Acaso, por poner un ejemplo, chalés pagados con sobres, vacaciones en Bali aun con sueldos de concejal, pisos en el centro de Madrid o sedes ensobradas. Pero, a quién le importa. Somos vascos y somos gente de palabra, buen comer y buen vivir. Y eso cuesta.