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Pablo Zulaica: “Viajar en tren supone alcanzar un destino en sí mismo”

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Al viajero y escritor Pablo Zulaica (Vitoria-Gasteiz, 1982) le maravillan tanto los trenes que al hablar con él uno intuye hasta un suave traqueteo en su voz. Lleva más de 14 años viviendo en Ciudad de México y, tal vez, sea su nuevo acento lo que aporte ese ritmo a la conversación o, tal vez, sea la pasión que le despierta compartir vivencias de sus viajes por medio mundo tras las huellas de los raíles. “Viajar en tren es en sí mismo un destino”, enfatiza.

 En 'Paisajeros: 20 viajes en tren y sus protagonistas' (editorial Libros.com) nos regala en forma de libro la crónica de una década de aventuras por los trenes de Guatemala, Bolivia, Noruega, India, la ruta de la Seda, Paraguay o China, entre otros. Todos le sirven como excusa para ayudarnos a comprender esos lugares, la vida de sus gentes y los retos a los que se enfrentan en la actualidad, mientras que nos envuelve en ese ritmo suave, el mismo que desprende su voz.

En “Piedra de Toque” hablamos con Pablo Zulaica (@zulaicap) desde la estación de tren de Vitoria-Gasteiz, cercana a su casa familiar y al colegio en el que estudió. “En clase me pasaba las horas atento al sonido del tren para descifrar el horario de los mercancías”, confiesa. Ahora recuperamos la conversación que mantuvimos hace unos meses para dotar al verano de ese traqueteo suave, monótono e hipnótico.

El libro arranca en Guatemala, donde la multinacional estadounidense United Fruit Company controlaba el 40% de los trenes del país para el transporte de sus mercancías. “Hubo un tiempo en el que se podía medir la riqueza de un país por los kilómetros de vías con que contaba”, explica para demostrar que en función también del uso de esas vías se podría comprender cómo era la riqueza de ese país. En el caso de Guatemala apenas contaba la población para esos raíles, sólo las mercancías.

“Hubo un tiempo en el que se podía medir la riqueza de un país por los kilómetros de vías con los que contaba”

En India nos sube al techo de un tren hacinado de gente y nos acuesta en el suelo de otro, tras 30 horas de viaje, e incluso nos muestra el primer tren hospital del mundo. “Ocho meses necesité en India para seleccionar de qué tren quería hablar. Es un mundo tan complejo que requiere de tiempo hasta comprender lo más básico”, cuenta el autor.

En la ruta de la Seda caemos en la cuenta de la cantidad de mercancías de nuestro día a día que proceden de allí y de Asia Central la complejidad que plantean las nuevas fronteras para la gente que necesita moverse todos los días para trabajar en el entorno de Moscú.

Zulaica consigue con sus crónicas, que puedes seguir en su blog, lo que consigue el tren, que nos olvidemos de él y nos regodeemos en las historias que hay detrás de cada detalle. Ahora esperamos con ganas que dé forma a su nuevo libro sobre la vida en la montaña alavesa. A saber qué nuevas historias de vida encerrarán sus páginas.

Escucha ahora la entrevista completa en el podcast y descubre nuevas maneras de viajar y de mirar el mundo en el que vivimos con los trenes como excusa.

Al viajero y escritor Pablo Zulaica (Vitoria-Gasteiz, 1982) le maravillan tanto los trenes que al hablar con él uno intuye hasta un suave traqueteo en su voz. Lleva más de 14 años viviendo en Ciudad de México y, tal vez, sea su nuevo acento lo que aporte ese ritmo a la conversación o, tal vez, sea la pasión que le despierta compartir vivencias de sus viajes por medio mundo tras las huellas de los raíles. “Viajar en tren es en sí mismo un destino”, enfatiza.

 En 'Paisajeros: 20 viajes en tren y sus protagonistas' (editorial Libros.com) nos regala en forma de libro la crónica de una década de aventuras por los trenes de Guatemala, Bolivia, Noruega, India, la ruta de la Seda, Paraguay o China, entre otros. Todos le sirven como excusa para ayudarnos a comprender esos lugares, la vida de sus gentes y los retos a los que se enfrentan en la actualidad, mientras que nos envuelve en ese ritmo suave, el mismo que desprende su voz.